Me fascinan los cuentos surrealistas de Julián Ayesta en los que hay un perfecto sentido sintáctico pero no hay sentido semántico. Es altamente liberador, voy a intentarlo:
Título: “Soy Elisenda del mar”
Coge un tofu de esos: Soy Elisenda del mar, nado por jardines sin fin, vuelo sobre delfines... Tiro papelitos que la vida me devuelve, rojos y azules, rojos y azules.
Anda, come tofu, túmbate en el diván y te contaré la historia de Nenfrú. No, ni que te pongas delicioso ni que te pongas verde: Nenfrú duerme hoy bajo mi cama.
No en los edredones, no. Ay, Nenfrú: es un gato muy meloso y se coge el edredón enterito para él. No he de permitirlo, no. He creado un lobby anti nenfrúes, claro está que choca frontalmente contra el lobby animalista. Pero es mi gato, ¿o no es mi gato? La razón me sostiene y me asiste.
La vida sería mejor si las letras flotaran por el aire, a su libre albedrío. Una B diminuta, una A gigante. Me desvivo, entro en combate, en singular batalla con la A para cazarla y ponerla en la puerta de nuestra casa, como una nube, para que no te olvides de que te llames Ana. Yo no me llamo Berta, lo sé, pero me gusta: una hilera de diminutas bes en el pasillo. Concédeme este capricho, soy Elisenda del mar.
Bueno, hasta aquí llego, pero podría seguir. Juro que es altamente liberador.
1 comentario:
A mi tb m fascinan ❤️
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