martes, marzo 20, 2012

Sevilla, marzo... in memoriam

El aire cada vez más azul, frío por las mañanas, frío con sol en el mediodía, malva brillante al anochecer.
Sevilla en los primeros días de la primavera es un caótico reino de palmeras y azahar. El aire cada vez más azul huele al calor primero, ése que trae un viento diminuto y que despoja abrigos por primera vez. El aire saturado de aromas, jazmín en una esquina, fruta cítrica y flor casi podrida en la otra, nos revuelve el pelo. El cabello en el viento se esparece, desleído en los perfumes de la primavera.

Naranjos en mi pelo... guitarras, recitales, lo que ya no es. "Lo no me comunica sus virtudes", diría Cirlot. Lo no siempre es hermoso, pero inconstante. La Rioja me devuelve otros aromas.

domingo, marzo 04, 2012

Gustos y disgustos son no más que imaginación


Imagen tomada de Google books


Curioso y profundo título el de esta obra de Calderón de la Barca...
Me ha parecido que puede ser un buen broche para el corrillo de debate que se ha formado en los comentarios del anterior post.
La entrada no intentaba juzgar a nadie sino reflexionar en un tono ciertamente algo irónico sobre el canon de belleza masculina, las caras de sorpresa que puedes hallar al aventurarte con un no rotundo... y los gustos y disgustos, que no son más que imaginación, y nunca juicio estético.
También quiero detenerme en el concepto de "pereza infinita" aplicado a un galán. Puede sonar un poco crudo pero en ningún caso se refiere a la persona, con sus cualidades, su tesoro oculto en vaso de barro... solo a la idea abstracta de "chica busca chico... y sabe perfectamente qué clase de chico desea no encontrar". Un malo de película con barba de tres días me provoca pereza, pero también me la causa la lluvia cuando cae sobre mí. Y verla detrás de los cristales me conmueve y reconforta.

Quiero agradecer la conversación amena a todos: a Ana Agüero, Pilar, Jane, Tegemé que asintieron, a Balaverde que disintío, a Miguel con su primer comentario breve y desconcertante y su posterior comentario tan lúcido, a Lú con su filo de espada lenguaraz, al anónimo que acusó a Gatoflauta de ser mi caballero andante... y a Gatoflauta por serlo.