sábado, marzo 21, 2009

LLorar en la peluqueria

Dedico esta entrada a mi amiga Conchi Perea, y por supuesto a Meli, de Koupas, autora de mi nuevo corte de pelo.

Sobre este asunto se ha escrito mucho: las catastrofes que desatan los peluqueros al grito de "tú calla que de esto no sabes". De esto puede que no, murmuras, pero de mi pobre ser con ovalo facial más bien redondo, frente algo ancha y pomulos prominentes sé yo mas que nadie, que para algo me miro al espejo todos los días.
Pero el profesional-como-la-copa-de-un-pino continúa erre que erre, inmerso en el sadismo de las tijeras.
Ya lo he dicho más de una vez, pero lo que más me divierte de las revistas de moda es el makimarujeo que me ilustra sobre cómo se pintan, qué trapitos usan y cómo se cuidan las estrellas del astro imperante. En este apartado es Telva la que se lleva todos los premios de la loteria, con esos brillantes reportajes a toda pagina: "este verano, cuatro modelos te cuentan que reciclar, que conservar y en que invertir", o "el armario de... Patricia Conde".
Y si las it girls del momento me provocan a ira con sus sandeces sempiternas tipo "yo lo que hago es beber mucha agua y dormir ocho horas al día", me llenan de envidia cuando dicen La Frase: "Solamente pongo mi pelo en manos de Kuki, del salon Kuki Fernandez-Schmidt, en la calle Velázquez". Aleluya, pienso. Alguien ha encontrado a su coiffeur. Y me imagino a la famosa de turno cruzando a Ekseption en busca de unos pendientes de alto copete, que es la reaccion natural que te embarga cuando sales satisfecha tras varias horas de lavado + corte + color. Los ricos también lloran, y estoy segura de que aunque te llames Natalia Verbeke en algun tiempo remoto habrás sufrido torturas inenarrables hasta dar con tu media naranja peluquera.
Algunas tienen suerte y despues de mucho buscar, encuentran. Yo, por ejemplo. Despues de toda una decada de experimentos atroces, he encontrado a mi coiffeur. Esa que te escucha, te recomienda, se tira a la piscina contigo y comparte sus dudas, "ay Dios, tu madre me mata". Tanta humildad enternece, sobre todo porque lo que sale de sus manos es una obra maestra.
Se llama Meli, de la peluquería Koupas aqui en Sevilla, en frente del Hotel Colón. La primera vez que me entregué a su oficio, hace un par de años, supe que aquello sí era el comienzo de una gran amistad.

jueves, marzo 19, 2009

Poesía (...y maquillaje)

El recital en Cádiz me hacía mucha ilusión. Nada menos que la Universidad de Cádiz. Me llamó Buko, oye que nos vamos,y luego nos invitan a comer. Dije sí, y sólo dos segundos más tarde pensé dolorosamente en mis ocho horas de estudio.
En el tren, Fidel nos lanza la clásica pregunta: ¿qué estáis leyendo últimamente? El temario de la opo, se me ocurre al momento. La semana pasada compré el nuevo poemario de Carmelo, que es profundo y reflexivo. Y me apetece meterle mano de nuevo a Persuasión, de Jane Austen, y a La luz apacible, de Louis de Wolh. Claro que la primera opción es impensable, porque me he puesto por norma no leer novelas mientras duren las oposiciones. Al menos lo de Wohl lo he devorado unas dieciocho veces y sería un simple repaso. Y debo confesar que ayer me dormí con Cuando Hitler robó el conejo rosa debajo de la almohada: tengo que hacerme mirar esta pasión repentina por la literatura juvenil. Así que respondo: El temario y Judith Kerr.
En Cádiz esperan Inmaculada Moreno y Enrique García Máiquez. De nuevo hablando en verso, escuchando versos después de tanto tiempo. Los metapoemas de Enrique dan pie a un sabroso debate sobre metapoesía, ¿creación, reflexión u ombliguismo? ¿El fin último de un poeta es comunicar? Yo diría más bien crear belleza, como el pintor que pinta la lluvia o Inma Moreno recreando el Génesis: a mí también me parecen mágicas las palabras.
De vuelta, ya de noche, enciendo el ordenador y le echo un vistazo rápido al Foro Mac. En la carpeta "Nars", alguien pregunta por el colorete Gina, mi preferido junto con Luster y el primero que me compré, en París, con un dinero que me dieron por haber defendido mi tesis. Así que respondo emocionada, como una metralleta:

Perfecto, yo no sé por qué no se le hace más caso, es el Gran Desconocido. Es mate, y yo adoro los mates, pero al contrario que el Gilda le da muuuucha luz a la cara, sólo que la luz nace del color, no de la textura (brillos purpurinosos etc...) No. Es perfecto para el verano, tan alegre como un zumo de naranja, nada artificial. Parece que has tomada vitaminas y que el sol te ha sonrojado la cara pero sin bronceártela...

Envío el mensaje y tres segundos después una forera responde:

¡¡Qué descripción, parece poesia!!

jueves, marzo 12, 2009

Inventos y descubrimientos

Son las doce y media, puedo descansar un ratito y pienso, pienso en muchas cosas. En lo asombrosos y sobrecogedores que son los poemas del nuevo libro de Carmelo, ahora que no estoy para leer poesía. En lo mucho que estoy necesitando uno de esos aerosoles gigantes de agua termal de La Roche Posay, ahora que mirarse al espejo requiere diez segundos de puro lujo. Y, sobre todo, pienso en las ganas que tengo de escribir sobre cosas frívolas e importantes, por ejemplo la parafarmacia del Corte Inglés.
Sí, la parafarmacia. Después de mi último brote de granitos rojos de irritación hice un juramento: prometí no mirar a la cara a ninguna crema que no viniese convenientemente empaquetada por un farmaceútico. Aborrezco los tarros de Clinique, Clarins y Estee Lauder, pero detesto de igual manera el rollo eco bío de Lush y toda esa recua de aceites esenciales naturópatas que se han impuesto de moda. No señor; no, señor: vida nueva. Me declaro adicta a la parafarmacia del Corte Inglés.

Ahora paso a detallar los productos que han cimentado mi amor, un amor puro y firme, el sublime amor, el desolado amor... Y comienzo con La Roche posay. El agua termal de esta marca es pura magia, un milagro. Y tenemos la magnífica cremita con olor a pera, Toleriane, que hidrata sin engrasar y calma también la piel. Y los protectores Anthelios, la mejor pantalla solar del mundo en tropecientas texturas diferentes.
Después tenemos la marca Grisi con su gel de aloe vera puro al noventa y nueve por ciento del que ya he hablado tantas veces: sólo añadiré que es una maravilla. Y las toallitas desmaquillantes con aloe vera van perfectas para un apuro puntual.
Crema Biopel para los labios: ¡qué gran invento! Y digo para los labios porque para la cara no es buena: contiene petrolatum, lanolina, aceite mineral y aromas. Es un ungüento tipo alquimia que viene en un tubo hermoso: regenera los labios en un abrir y cerrar de boca, suaviza codos secos y es perfecto para zonas irritadas del cuerpo, repito, ¡no del rostro!
Y no hablo de Korres porque merece una entrada para ella sola, pero apunto aquí que también es una marca farmaceútica.

Por último dejo aquí constancia de dos cosas que sigo comprando en supermercados, excepciones a una regla de oro. El hidragel calmante y el tónico multifunción de Carla Royo Villanova, que llevan un 95% de agua de rosas búlgara y son un auténtico bálsamo para pieles cproblemáticas, y el champú sólido de Lush, que limpia el pelo como ningún otro, dándole cuerpo y sacando tirabuzones ¡sin necesidad de espuma!

lunes, marzo 09, 2009

Fuego de opósitos

Comenzó mi vida de opositora el siete de marzo de dosmil nueve. Ya he leído, subrayado y hecho el esquema de tres temas, voy a tema por día y luego a hacerme yo misma un examen. Vaya un planecito.
Así que para celebrarlo he visto tres películas de cine, una cada fatigada noche, en un claro revival de mis días de apretada tesis. Y como nunca en la vida he sentido estas atroces ganas de dormir la siesta e incluso de escribir poesía, he rebuscado, en una de esas malditas medias horas de descanso, un poema de Ardua mediocritas, libro fotocopiado y encuadernado que me regaló un compasivo amigo poeta diz que hace ya ocho años, mare deu cómo corre el tiempo y blablabá, (ya empiezo a tararme, malo malo...)

OPOSITOR
Fuego de opósitos

Quiero escribir un poema.
Tengo que estudiar. La cama
me llama. Quema la llama
de qué vocación: dilema
entre rima, cama y tema
que me exige una elección.
El Arte en mi corazón,
La Justicia en mi cabeza,
en mi cuerpo la Pereza
y en mí la Contradicción.

Ardua Mediocritas Enrique García-Máiquez, Premio Nacional de Poesía "Mariano Roldán", 1996

miércoles, marzo 04, 2009

Fin de semana en Madrid: apuntes y digresiones

Me escribe una amiga diciéndome que ella y su marido van a disfrutar de unos días en la capital de España... y me pide algunas ideas. Con Madrid me ocurre lo mismo que me sucede con Sevilla: la conozco poco y mal. Al menos he conseguido orientarme en el metro (sigue las señales, sigue siempre las señales...), y eso me ha dado un aire de libertad, una idea tal vez errónea de que domino más esa ciudad para mí de vacaciones y compras que mi lugar de rutinas, bostezos y sol incomparable.
De cualquier modo, estas son mis direcciones no tan secretas para pasar un fin de semana de puro deleite, tanto epicúreo como hedonista.

- No puedes dejar de pasear por el Retiro, preferiblemente un domingo, comprarte un bocata de calamares en cualquier puestecillo antes de entrar al parque y comértelo sentada en un banco: ¡los gorriones de Madrid son geniales! Y después a pasear en barquita por el estanque.

- Ni de visitar la librería del Círculo de Bellas Artes, al principio de la calle Marqués de Casa Riera, se llega con la línea 2 de metro, parada Banco de España. Es una librería que lo tiene casi todo, grande pero con recovecos por lo que parecen muchas tiendas pequeñitas, tiene todas las revistas culturales, poesía, arte, guiones de Woody Allen...

-De los museos, el que más me gusta es la Casa de Sorolla, encantadora y llena de cuadros del pintor, una maravilla. Está en la calle Paseo General Martínez Campos, número 37, se llega en las líneas de metro 7 y 10, parada Gregorio Marañón.

-Mira si hay alguna exposición en la sala Mapfre, paseo de Recoletos, número 23, llegas en la línea 4 de metro, parada Colón.

-De bares y restaurantes lo que frecuento es el Barrio de Salamanca: a mí me gusta La casa del abuelo, una taberna tradicional con buenos pinchos y platos de huevos rotos deliciosos, en plena calle Goya, se llega en las líneas de metro 2 y 4, parada Goya. Es más barato que cualquier bar en Sevilla. Restaurantes, me chiflan tres: Geographic Club, en la Calle Alcalá, 141, también parada Goya, ¡no te lo puedes perder! Es colonial- étnico, con comida mejicana y de distintos países, y con un decorado exótico maravilloso. También, La Galette, en la calle del Conde de Aranda número 11, metro Retiro: restaurante vegetariano romántico y un poco de nouvelle cuisine pero comer, se come. Sugiero las croquetas de manzana, la ensalada de manzana y un plato de arroz y carne que se llama Corona de reyes. Y El inti de oro, calle Ventura de la Vega número 12, línea de metro 2, parada Sevilla. Es un peruano increíble, tiene los mejores ceviches que he probado.

-En cuanto a garitos y pubs no puedes irte sin haber entrado en el Libertad 8, calle Libertad, metro Chueca: el mítico pub de los cantautores, con algo de suerte escuchas a Tontxu o a Paco Bello como a mí me ocurrió.

- Y llegamos a la parte interesante... ¡compras! A mí me encantan los hippies de la calle Goya, junto al Corte Inglés (Metro Goya, líneas 2 y 4.) Tiene un tenderete que se llama La nave va en el que venden cosas de la india, pulseras de cobre, anillos de madera. También por la zona una tiendecita llamada Azul de mar, calle Francisca Moreno (perpendicular a Goya por la altura del Deutche Bank). Venden pendientes para boda, bolsitos joya, muñecas rusas, anillos de piedras de cristal de colores preciosos... bastante barato.

- Y si lo que quieres comprar es... maquillaje, has llegado a La Ciudad. En la misma calle Libertad, número 3, hay una tienda de maquillaje profesional que vende dos marcas buenísimas, poco conocidas e inaccesibles si no viajas a Madrid o Barcelona: Harlow (lo mejor son sus brochas profesionales a precio razonable), y Kryolán, que ofrece sombras de ojos en polvo o crema, con base de agua, en formato de pigmentos... y coloretes y bases de maquillaje de gran calidad y precios más que razonables.
Pero la calle principal para comprar cremitas en Madrid es Fuencarral: ¡me encanta! Se llega en la líneas de metro 1 y 10, parada Tribunal. Tienes Korres, Kielhs, un Sephora, Lush y... la magnífica e increíble tienda profesional de Mac.
Y por último, si tienes ánimos, toma el cercanías de Pozuelo y visita el stand de Nars en el Hipercor de Pozuelo. Creo que a partir de mayo van a colocar un corner mucho más cercano en el Corte Inglés de Goya, pero hasta entonces, si quieres ver en directo los maravillosos coloretes y múltiples de esta marca, ¡hay que lanzarse a la aventura!

Y termino con dos apuntes "soplados" por Benita: La pastelería salón de té Embassy, en el Paseo de la Castellana 12, metro Colón: un anónimo apoya la moción y añade: "mis pasteles preferidos son las barquitas de fresa. Todos los de fruta fresca son deliciosos". Creo que hay que visitarlo...
Y, ¿cómo se me pudo olvidar? La magnífica tienda de Álvarez Gómez, llena de frasquitos de violeta, jazmín, lavanda... En la calle Serrano número 14, metro Serrano, naturally.