Rodrigo es mi primo, el del iPhone.
Rodrigo es mil ideas a la vez, mil vídeos de Youtube, mil risas. Rodrigo es creatividad en estado puro.
Rodrigo es fines de semana en Haro, mañanas de domingo en la Pajarera inundados de sol frío del Norte. Rodrigo es abrazos y enfados repentinos que se deshacen como islas de espuma.
Rodrigo es una melena que no deja de crecer y hay que tener a raya. Rodrigo es un mítico anuncio que hizo para un trabajo escolar, profesional cien por cien y con un amigo que llevaba una americana raquítica.
Rodrigo es tu personal shopper para cambiar de compañía telefónica. Es debate cortés pero tenaz. Rodrigo es veinte veces por minutos "te tienes que cambiar al iPhone", "te tienes que cambiar a Wordpress".
Rodrigo es a ver quién hace la mejor foto del pintxo, yo con mi Samsung o él con su flamante iPhone. Es patatas picantes en el bar Benigno. Es querer la última gota, la que pica más. Rodrigo es "¿pedimos un poco de pan para rebañar?". Rodrigo es "trae, que te abro la botella de Solán de Cabras". Rodrigo es luchar con las botellas vacías como si fueran espadas, y mi abuela al fondo con su atenta imaginación de peligro, "os vais a hacer daño".
Rodrigo es sensibilidad y humor, es la hora de José Mota y cariño emocionante. Rodrigo es Gomaespuminglis, espuminglis. Rodrigo es el último vídeo de parodias de canciones.
Rodrigo es poner el belén en Navidad. Rodrigo es Noche de Reyes. Rodrigo es el Día de La Rioja.
Rodrigo es mi hermano adoptivo. Hoy cumple diecinueve años, y quiero decirle que sin él no me gustaría tanto Logroño, Ni Haro. Ni La Rioja.
Mi primo el del iPhone, en Haro Foto mía |
Rodrigo es mil ideas a la vez, mil vídeos de Youtube, mil risas. Rodrigo es creatividad en estado puro.
Rodrigo es fines de semana en Haro, mañanas de domingo en la Pajarera inundados de sol frío del Norte. Rodrigo es abrazos y enfados repentinos que se deshacen como islas de espuma.
Rodrigo es una melena que no deja de crecer y hay que tener a raya. Rodrigo es un mítico anuncio que hizo para un trabajo escolar, profesional cien por cien y con un amigo que llevaba una americana raquítica.
Rodrigo es tu personal shopper para cambiar de compañía telefónica. Es debate cortés pero tenaz. Rodrigo es veinte veces por minutos "te tienes que cambiar al iPhone", "te tienes que cambiar a Wordpress".
Rodrigo es a ver quién hace la mejor foto del pintxo, yo con mi Samsung o él con su flamante iPhone. Es patatas picantes en el bar Benigno. Es querer la última gota, la que pica más. Rodrigo es "¿pedimos un poco de pan para rebañar?". Rodrigo es "trae, que te abro la botella de Solán de Cabras". Rodrigo es luchar con las botellas vacías como si fueran espadas, y mi abuela al fondo con su atenta imaginación de peligro, "os vais a hacer daño".
Rodrigo es sensibilidad y humor, es la hora de José Mota y cariño emocionante. Rodrigo es Gomaespuminglis, espuminglis. Rodrigo es el último vídeo de parodias de canciones.
Rodrigo es poner el belén en Navidad. Rodrigo es Noche de Reyes. Rodrigo es el Día de La Rioja.
Rodrigo es mi hermano adoptivo. Hoy cumple diecinueve años, y quiero decirle que sin él no me gustaría tanto Logroño, Ni Haro. Ni La Rioja.