No me gustan nada los blogs que no actualizan. Pasa una semana, pasan dos, y el triste post de final de febrero sigue allí, colgado y solitario. No me gusta carecer de inspiración para otra cosa que no sean mis amadas pinturas de guerra, pero hoy por hoy es precisamente eso lo que me sucede. Y no lo puedo evitar.
No me apetece mantener un blog en silencio o semipenumbra sin daros ninguna clase de explicación.
No, no voy a cerrarlo, sólo voy a dejar la puerta entrecerrada... esperando el furor poético.
Sigo en mi otro blog delirante. Allí me encontraréis siempre.
Pero no me despido, os dejo con un esperanzado "hasta luego".
Adaldrida.