viernes, junio 27, 2008

El día que me hice futbolera

Salíamos de Misa en la Catedral y rodamos bajo el calor hasta el bar más cercano, que estaba lleno de gente gritona y emocionada. Había una mesa libre arramblada bajo la televisión plana, panorámica, que hacía guiños verdes de campo de fútbol. Al principio, cuando pedíamos cervezas y cocacolas, mantuvimos nuestra pose de "a nosotros qué el fútbol". Pero por una casualidad presencié en directo el primer gol, el del cero a uno, el de la esperanza. Fue tan bonito que se me llenaron los ojos de lágrimas, "si vieras tu cara ahora mismo", me decía Charo.
Todos gritaban y yo también: nunca volveré a llamar panda de desequilibrados a los que gritan viendo un partido. Con los brazos en alto, la melena recién limpia y revuelta, las mejillas rojas y la tortícolis incipiente, seguí el resto del partido minuto a minuto. Ya nadie me podía apartar de la hoguera televisiva. Me enorgullecí por lo bien que jugaban los nuestros. Sufrí con cada "¡uuuuy!", me indigné con cada falta, vibré con los dos goles que vinieron después. Un hombre borracho, entre tacos y lagrimones, bendecía con dedos temblorosos a la selección y exclamaba: "¡Que Dios sus bendiga!"

jueves, junio 26, 2008

Súper Galleta


Siempre me han dado un poco de pena esos niños que desayunan donuts, bollicaos o palmeritas de chocolate. En cambio, me dan envidia las personas que toman por la mañana algo distinto: tortitas con huevos revueltos en el vips, o fruta fresca y troceada, embutido y queso en un hotel de la costa.
De pequeña, en Maestu, desayunaba con mis primos un zumito de naranja y colacao con un sinfin de galletas redondas y pobres. Antes del desayuno escenificábamos un capítulo más de la grandiosa serie, "Súper Galleta". Nuestra invencible heroína se peleaba con las galletas malvadas en un duelo cósmico sobre el tazón humeante. Una a una eran derrotadas las galletas villanas, que caían en un abismo de leche y eran trituradas por la máquina del Glópita-glópita, o sea, nosotros.
Era verano. El tiempo nos pertenecía. Y Super Galleta siempre quedaba vencedora: seca y ajada, la guardábamos en el pupitre para la batalla del día siguiente. Niña, cómete la galleta. No puedo, es la protagonista de mi serie favorita.
Pero los protagonistas éramos nosotros, y no nos dábamos cuenta.

lunes, junio 23, 2008

Hormonas

"Estoy apática", digo. "Serán las hormonas", me respondes. "Las hormonas lo son todo". Las hormonas juegan malas pasadas a las mujeres. Y a los hombres, me respondes. Hormonas y hormonos.
Un anónimo o anónima me pregunta que dónde me meto. Ay. Un poco de paciencia con mis hormonas, Anónimo. ¿Dónde me meto? Ay, eso quisiera saber yo. Si me encontráis por alguna parte, llamadme al instante para decírmelo.
Y no: lo peor, peor es que no es ningún chiste de Gila.

martes, junio 17, 2008

El Podio


He decidido que voy a apartar el tema "maquillaje" de este blogg por un tiempo: es mi granito de arena para sobrevivir a la crisis. Dejaré de tentaros y dejaré de tentarme. Puedo encarar el verano sin pisar las rebajas, pues tengo protectores solares a granel, gel de aloe vera casi entero, tres cuartos de gel limpiador Cleanance, un bote de agua de rosas de Carla de Bulgaria: (son quince euros pero merecen la pena...), maquillaje en polvo Colorstay de Revlon, bronzer mosaico de Avene, un favorecedor gloss de Deborah en tono Cherry y la maravillosa barra naranja dorada de Mac.

La poesía es algo que no se compra... por más de siete euros: es el precio de las Cuatro estaciones de Cabanillas, o del Discurso de la ceniza de Pablo Moreno. Ayer me entretuve pensando en cuántas veces he nombrado aquí a mis grandes, mis maestros, mis poetas vivos preferidos. Aquellos que sin saberlo, o sabiéndolo ya, me enseñaron a escribir decentemente allá por el año dosmiluno, y siguen enseñándome.
He hecho un recuento y un ránking: aquí están los resultados. Excluyo a poetas muertos (Chesterton, Garcilaso, Machado, Lope, San Juan de la Cruz...) o a amigos de mi edad, porque de otra manera la lista sería demasiado larga.

Miguel d´Ors: 15.
Enrique García Máiquez: 9.
Jose Julio Cabanillas: 5.
Amalia Bautista: 4.
Julio Martínez Mesanza: 3.
Carmelo Guillén Acosta: 3.
José Mateos: 3.
Rafael Adolfo Téllez: 2.

Gana por goleada Miguel d´Ors: una nueva oportunidad para que los críticos saquen conclusiones. Me he dado cuenta de que no nombro en absoluto a Eloy Sánchez Rosillo: esto es un error que estoy reparando ahora, ya que su poesía me cautivó y me influyó de algún modo, sobre todo a partir de La certeza.

P.S.: La preciosa foto es del gran Toi, artista capaz de sacar brillos plateados de una piedra cualquiera (o una piel con rosácea).

jueves, junio 12, 2008

Recital en la casa del libro

Ayer, vestido con un traje gris y con sus manos de poeta, Jose Julio Cabanillas nos leyó varios fragmentos de su quinto poemario, publicado en Adonáis.
Qué elegante está Jose Julio, me dijeron cuando lo vimos llegar, y era cierto. Ya conocéis mi debilidad por los hombres con pantalón de raya, chaqueta y corbata, aunque creo que ésta última faltaba en el conjunto. El color gris sentaba muy bien a un hombre que siempre ha hablado y recitado en voz baja, que presume de peinar canas y nos muestra sus versos con pudor, ajeno a la luz tan alta que va naciendo de sus palabras en sotto voce. Ese ma non tropo que se va convirtiendo en un allegro molto vivace por obra de arte, por obra de Gracia, ya que en la poesía de Cabanillas la Gracia y el arte se dan la mano de forma tan misteriosa y bella.
Abrió el acto Carmelo Guillén Acosta, que habló de la génesis del libro y presentó con calidad y calidez al poeta. Es una maravilla ver cómo ambas virtudes se pueden conciliar, cómo estábamos congregados allí bajo un mismo fuego, lo dijo Jose Julio en el comienzo, una pequeña muchedumbre de poetas hermanos, poetas amigos, incapaces de mentirnos una sílaba.
Ana Acevedo presentó el libro y dijo con palabras sencillas lo que todos pensábamos. Yo se lo agradecí. Hablar de lo profunda y sincera que es la poesía de Cabanillas es como decir que dos y dos son cuatro, pero corremos el peligro de que nadie diga nunca en voz alta, por temor al perogrullo, que dos y dos son cuatro.
Luego recitó él. Recitó pocos poemas para mi gusto. Abrí al azar el libro y encontré un poema que recreaba el tapiz de La dama y el unicornio, tan inolvidable para mí. París, siempre al fondo. La niñez como una película que se repite y se inventa. El Cabanillas de siempre, pero dando un paso más, añadiendo tres ocuatro revelaciones a su mundo de hadas y domingos de fiesta en Benzelá.

viernes, junio 06, 2008

Pop + Bronce = Verano

En los años ochenta, los de mi niñez, estaba muy de moda Don Algodón entre las niñas pijas y se estilaba un maquillaje "de nubes", con sombras en azul cielo, rosa bebé y amarillo pop. En los minimalistas noventa crecimos y todas juramos que aquello era una ñoñería muy hortera, pero los colores flúor vuelven y la estética pop se tiñe de nostalgia. Se convierte en un grito de alegría, una llamarada naranja en los labios y amarilla en los ojos.
Somos las que usábamos walkman, las que escuchábamos a Michael Jackson cuando era el amo de la pista. Somos las que veíamos Fragel Rock, las mismas que suspirábamos por el rubio de A-ha o el castaño de Wet wet wet. Las que contemplábamos los vídeos aquellos en los que Jason Donovan buscaba a Kylie Minogue en un paisaje de palmeras.
Quizás comprarse una sombra amarilla hoy sea como entonar un himno. Por eso hago mi peculiar homenaje a los ochenta proponiendo un look para el verano, por supuesto de Mac.
En los ojos, podemos aplicar en todo el párpado la sombra Goldmine (dorada amarilla), y combinarla con Sumptuose olive (verde dorada) a ras de pestañas y en la esquina externa del párpado móvil. Como estamos en verano, aplicaremos un colorete melocotón-bronce, el Sunbasque.
En los labios, las más atrevidas pueden encarnar el flúor power con la barra CB96, naranja con reflejos dorados. Si no te atreves, si no te parece natural, te doy otra opción: el gloss Pink Grapefruit de la colección de verano. Como su nombre indica, es entre rosa y naranja, alegre pero correcto.
Así preparo yo el escenario de un verano pop: bolsa de playa color naranja ácido, fanta de naranja Zero y tank tops llamativos para sudar un poco con el método Curves.

jueves, junio 05, 2008

Flores amarillas



Comienza el calor en Sevilla y hay obras en mi jardín, que parece el Líbano en tiempos de guerra, con cascotes y césped quemado por un amago de incendio. También recuerda a la luna, en su vertiente menos romántica, de paisaje desolado.
Antes, en mi jardín, había rosas. El portero regaba las rosas rojas cada mañana, y crecían con ese lustre y ese aspecto de terciopelo que da el agua abundante. Muy rojas, soberbias, con altivez real.
Debajo de los arriates de rosas estaba el garaje, que empezó a poblarse de goteras y amenazaba ruina. Así que los porteros dejaron de regar y las rosas murieron. Durante veinte días, en las parcelas del jardín hubo sólo tierra, hierbajos y sol.
Con las últimas lluvias, crecieron porque sí diez o doce flores amarillas, completamente salvajes.
Entonces empezaron las obras, y el Líbano se instauró tras la cancela verde. Como Rafael Adolfo Téllez puedo decir: todos han muerto. Murieron las rosas rojas, murieron las flores amarillas, murió mi juventud y estoy velándola.

domingo, junio 01, 2008

Compacto con ginebra azul

Se rompió en mil pedazos mi sombra de Mac preferida: Satin taupe, marrón grisácea, la justa medida entre una mirada limpia y unos ojos ahumados...
Resbaló al impecable suelo de vinilo blanco de la biblioteca. Pensé cantarle un réquiem y reunir dieciséis euros para conseguir una sombra nueva, pero de pronto recordé unas instrucciones para compactar sombras rotas que había leído en el blog de Paupe, Beauté a porter..
Se necesita un palito, alcohol, un pedazo de cleenex y una moneda. En casa de sons, reunidas en la cocina en torno a la sombra, íbamos recolectando los ingredientes cuando nos dimos cuenta de que no teníamos alcohol de noventayséis grados. La botella de Bombay Saphire nos presidía desde la alacena...
La sombra ha queddo bien. Una heroica grieta la surca, y un ligero aroma a ginebra habla de nuestra andanza nocturna. "Huele a fiebre de sábado noche", nos dice Chus: "alcohol y maquillaje."

jueves, mayo 29, 2008

Por fin, otro poema

Pampaluna te inspirará, me dijo Sonsoles. Y tenía razón.

MIEDO

Con tus ojos oscuros encendías
el mundo, con tus ojos arrojados
como piedras al río de mis ojos
donde las ondas iban destejiéndose.
En la primera onda tu silencio
provocaba lejanos cataclismos
y la serenidad de tu sonrisa
despertaba caballos en la nieve.

Del salón en el ángulo oscurísimo
desde donde te miro, tengo miedo.
Tus ojos abren una puerta gris
y es el invierno todo, con sus brazos
de sombra.
Han crecido los años y los árboles,
pero en Mayo me sigues dando miedo.

martes, mayo 27, 2008

Hombres

Que no mienta ninguna de nosotras diciendo aquello de "los hombres cuando se quedan solos no saben hablar más que de mujeres, mientras las chicas tenemos tantos temas de conversación..." Porque podemos comenzar el diálogo sobre Aristóteles o H&M, pero siempre acabaremos hablando de ellos, velada o descaradamente. Es igual que nos lo propongamos o que no.
Con dieciséis años sí que nos lo proponíamos, y la más lanzada del grupo lanzaba aquella frase horrible: "hablemos de la virilidad masculina"... Y luego risas, piropos, anécdotas, gramos de atractivo aquí o allá... virilidad masculina manoseada y expuesta a granel. Daba un poco de pena.
Pero también puede hacerse bien, y resulta divertido. Ayer, en Pampaluna, caímos en un momento adolescente y decidimos compartir en voz alta nuestros sueños. Ojos verdes, nariz larga. Que te abra la puerta, no es antiguo, no: es genial. Pelo en pecho, no por Dios un bosque, hay que navegarlo, pues se navega oye. Calvo y con gafas de pasta, ¿en serio que te gusta? Que sí, que sí.
Nos estábamos desviando, y zanjó la cuestión mi amiga con un rotundo "Si yo no pido tanto..." Se conforma con un chico, uno solo para ella. Y remató la sentencia con un "yo quiero uno, grande y libre".
Como España, le dije yo.

lunes, mayo 26, 2008

El rito de los tres algodones

Llueve. Con la humedad, el pelo se hincha y alborota, rebelándose y haciéndome añorar un corte a lo garçon. La visita al peluquero incluiría, ya que tanto atrevimiento necesité para cortarlo, un tinte cobrizo pelirrojo, y un set de pecas artificiales para distribuir sobre mi cara. Pero no es el momento.
Para qué engañarnos, me favorece más el pelo largo y rubio. Intento domarlo recogiéndolo en una coleta, porque aborrezco los bálsamos, ceras de peinado y demás enjuages que sólo sirven para ensuciarlo más y más. Mi política es champú dos en uno, o tres en uno o cuatro en uno, pero champú a fin de cuentas, vamos, un bote por lavado. Y luego, aire libre.
La piel es otra cosa. Como soy la contradicción en persona, para la piel no me importa usar cuatro cremas diferentes, cada una con su función bien definida. Al gel de aloe vera y la pantalla solar, viejos conocidos, añado ahora el descubrimiento del año: la línea de agua de rosas búlgara de Carla Rollo Villanova. Es sencillamente buenísima para pieles sensibles o problemáticas. Yo tengo el tónico multifunción y el hidragel calmante, y son droga dura. Calman, hidratan y miman la piel sin aditivos raros, olores fuertes o texturas grasas, que hoy por hoy son mis tres enemigos cosméticos.
Por la noche empiezo ante el espejo el rito de los tres algodones, haciendo masajes en el rostro primero con un desmaquillante (la loción micelar de Vichy, por ejemplo), luego con el tónico de rosa búlgara y luego con "una nuez" de gel de aloe. Tras el rito, mi cara está limpia y puedo aplicar el hidragel calmante, unas gotas de colonia en el cuello y a dormir, a ver si soñando se me ocurre algo poético para resucitar este pobre blogg.

viernes, mayo 16, 2008

Y van bien vestidas

Sofía y yo, en medio de la nieve del Norte, disfrutábamos de una semana blanca. Teníamos veinte años y estrenábamos chalet, el chalet nuevo de sus tíos. Desde el mirador de cristal veías la nieve, y por detrás había una calle normal, con carretera, otras casas y un estanco. Y dos contenedores de basuras: uno verde y otro azul.
Solía tirar la basura José, el tío de mi amiga. Tarde tras tarde, a las seis, se calzaba unas botas y se colgaba las bolsas al hombro con gesto antiguo.
José había cumplido su tarea hacía, por lo menos, media hora. Sofía empezó a ponerse nerviosa buscando tres billetes de cinco mil pesetas. Tres hermosos billetes azules que se perdieron en la basura. Como un flash doloroso recordó el gesto, la bolsa blanca, la mano furtiva.
Salimos a la calle con un taburete del cuarto de baño y un palo larguísimo. Yo sostuve la tapa del contenedor y ella, subida al banco (y vestida con vaqueros de Zara y chaquetita roja de Carolina Herrera), metió medio cuerpo para revolver las bolsas con el enorme palo, que crecía por segundos.
Anochecía. La nuestra era una calle alegre y colorista: pasaba gente. Puede oír cómo una chica murmuraba "cómo anda el patio". Y un hombre guapísimo, de ojos profundos y nariz barroca, se nos quedó mirando y dijo, como para sí, con gesto soñador:
- Y van bien vestidas...

martes, mayo 13, 2008

Gustos y disgustos son no más que imaginación


El título de este post coincide con el título de una comedia calderoniana, y parte del "Gustos y disgustos" de Sonsoles, que me parece un titulazo. Y me parece bien eso de decir siete cosas que me gustan y cinco que no me gustan, porque los gustos siempre deberían sobrepasar a los disgustos: allí voy.

Lo que me vuelve loca:

1) El maquillaje. -¿De verdad, chica? -Mmmm... Bueno, voy a decir algo que no sepáis. Me entusiasma revolver y encontrar cosas nuevas, o cosas perdidas que de pronto vuelven. Que mis amigos pongan cara de marciano diciendo ¿Mac... no es lo de los ordenadores? (Y mientras, mi colección de sombras crece... To be continued.)
2) Los recitales poéticos. Me gustan los meses de Noviembre y Mayo, porque vuelve la poesía. Me encanta ver las novedades en el stand de novedades... y comprar tres o cuatro poemarios y asistir a tres o cuatro recitales, como el de Pablo Moreno hoy (miércoles 14) en la Casa del Libro de Sevilla.
3) Los bebés. Entre tres meses y dos años, la edad mágica. Me encandila hablar con ellos en su lenguaje de alegría porque sí... y me encantaría enfurruñarme como ellos.
4) Los amigos. Queda moñas decirlo pero... adoro verlos, hablar con ellos por teléfono y etcétera etcétera.
5) Viajar a Algeciras un fin de semana. Y caminar por la calle ancha con María Eugenia mientras digo... ¡esta ciudad tiene un encanto oculto!
6) Viajar a Pampaluna. Sé que siempre hay una botella azul esperándome.
7) Las piscinas. Sueño con ellas...

Lo que me produce urticaria:

1) El alcohol. Nodisparenalpianista me está levantando fama de borrachuza, pero en realidad soy medioabstemia. Odio el descontrol y el desfase, los comas etílicos...
2) Los abstemios totales: son unos sosos. El vino se hizo para celebrar el mundo.
3) Las críticas y polémicas. No puedo con ellas.
4) Los que van de guais dejando tirado a medio mundo por el camino.
5) El aborto. El chantaje terrorista. Los insultos indiscriminados a la iglesia católica. Esto me suena de algo, lo he dicho ya...

Nomino a todos. Poned lo que queráis...

viernes, mayo 09, 2008

Siempre llueve cuando compro un poemario

En la feria del libro de Sevilla sólo busco una cosa: la caseta de la librería Renacimiento. Y, en ella, el cajoncito de cartón repleto de poemarios que compro por cuatro cincuenta, cinco o seis euros, no más. Me siento como un mendigo revolviendo en un contenedor, pero lo que yo me llevo a casa son auténticos tesoros. Así conseguí hace años las Canciones del alba.
Este año se me fueron los ojos a las portadas con rombos de colores. No sé por qué, pero me alegran la vida. La felicidad es algo extraño, y a veces se concentra en un vaso de cocacola, con los hielos cantando su canción. En Pampaluna la vista de los autobuses urbanos me llenaban de una felicidad intensa e inexplicable. Y la lluvia puede producir tristeza o júbilo dependiendo de qué. Nadie lo sabe.
Compré la antología de Rudyard Kipling traducida por Benítez Ariza: es importante el detalle de quién traduce, porque leyendo Lepanto, una puede disfrutar alternativamente (páginas pares o impares) de Chesterton o de las versiones en español. "La novedad", por ejemplo, tiene el toque Máiquez, de alegría con sol, mientras que "El último disfraz" tiene el toque Cabanillas, de alegría reflexiva, noche y embrujo.
Ayer decidí buscar en el baúl de cartón el poemario de Salvago, Volver-lo a intentar. Y me puse a leerlo en el tranvía, acordándome de Girondo. En la calle abrí el libro de nuevo. Llovía. Un par de gotas salpicaron el verso "y me la fue vistiendo de hermosura". Llovía como en navidad, como en las páginas de Para siempre.

domingo, mayo 04, 2008

Roma bien vale un poema

EN UNA IGLESIA DE ROMA

En el claro zaguán
el frescor de las calles siempre en sombra,
el fuego de tus ojos aguardando,
el silencio de siglos esperándome.

lunes, abril 28, 2008

Planto cibernético

He borrado de un plumazo, sin darme cuenta, todos los mensajes que atesoraba en mi móvil. Ya sé que es una tontería, pero me cuesta mucho desprenderme de ese saco de palabras digitales que, desde la pequeña pantalla, gritaba que era mío. Mío.
Tú no lo entiendes, y me dices que sueles borrar cada mensaje que lees como si fuera a autodestruirse en cuatro tres dos uno*. Pero si Bécquer pensaba que un poema era la memoria viva de lo que se ha sentido, yo creo que cada sms era un pedazo vivo de mi historia.
En uno de ellos, Pablo me daba la gran noticia: era finalista del Adonáis. Enrique me amonestaba, ¿vienes al Puerto o no vienes?, y Cris susurraba aquello de "sólo tienes que tirarte del balcón". La señora de Beades me invitaba a comer en su nueva casa. Nico me anunciaba que estaba esperando un hijo.
Sonsoles me dijo "ven al Policarpo, se me está ocurriendo una idea", y aquella noche cemanos bajo las estrellas un cuarto de libra con queso. Una muchedumbre de amigos me felicitaron por mi tesis recién defendida, alguno incluso entonó el Gaudeamus igitur. Y Merl me felicitó por mi cumpleaños a las cero cero cinco del día quince con un "quería ser la primera"...
-No sigas, no sigas, que me deprimo.
-¿Lo entiendes ahora...?

(*) Esto lo he copiado de una entrada en algún blog, pero no recuerdo cuál.

viernes, abril 25, 2008

Creación


Dios crea cada margarita separadamente, pero nunca se cansa de crearlas. Puede ser que Él tenga el apetito eterno de la infancia. Porque nosotros hemos pecado y envejecemos, pero nuestro Padre es más joven que nosotros."
-GKC-

La vida está hecha de postales, de tazas de café y servilletas que resbalan al suelo, y en el hilo de un segundo entre la mesa y las baldosas blancas, si captas el flash de una sonrisa te puedes enamorar. Ése es el juego, y ayer decidí aceptarlo.
El protagonista de mi tarde fue un niño rubio, de dos años, que miraba una silla como si fuera la primera silla en el mundo. Tal vez para él lo era. Y luego levantó la vista y me vio.
Para un niño todo es nuevo, un niño tiene siempre un poco de filósofo y otro poco de poeta. Por eso me hace pensar y me agrada el entusiasmo que algunos de mis amigos sienten por los muñecos que exhiben en sus salones. Una espada con láser infrarrojo en manos de un poeta es un símbolo: es igual a un columpio o un vaso de fanta de naranja para mí. No sólo nos devuelven una vida primera en que fuimos felices y desconocíamos palabras como Hipoteca y Atasco. Nos lleva también al origen del misterio, al primer asombro.
He dicho algunas veces que lo peor de mi vida estuvo en mi adolescencia: de los quince a los ventidos años no fui feliz, pero antes lo había sido mucho y después lo sería aún más. Ahora pienso que a los quince encerré mis muñecas en el armario y dejé de jugar por pudor, tal vez por puro sentimiento del deber. Me perdí por un camino de persona mayor y no encontré la salida del túnel hasta que comencé a tomarme en serio mi vocación de poeta. Jugar con las palabras fue mi salvación.

P.S.: La muñeca de la foto es de La boutique de Lupita.

miércoles, abril 23, 2008

I per Sant Jordi ell li compra una rosa...

Me gusta Serrat, pero me pone triste. Y no quiero estar triste. Sin embargo, Serrat me recuerda que hoy es el día de Sant Jordi, el día de las rosas y los libros. Me gustan las rosas amarillas y los libros de poemas, de crítica literaria, de teatro.
Hoy pensaba recomendar algunos libros; es el día. Y comienzo con la antología de Miguel D´Ors publicada en Númenor, que es un libro increíble. Aunque si alguien consigue la antología de La Veleta, Punto y aparte, ¡debe comprarla!
"Poesía la de siempre", es mi consigna, y no me canso de recomendar poemarios como Casa propia de EGM y Europa de Julio M. Mesanza, ambos de Renacimiento... Pero también os sugiero dos libros recientes, ambos de la coleción Adonais: Un poemario, de Teresa Soto, y Discurso de la Ceniza, de Pablo Moreno.
¿Qué libro estoy disfrutando últimamente? Para entender el Quijote, de Ciriaco Morón. Es una auténtica delicia, una joya científica y divulgativa al mismo tiempo.
¿Un libro para leer en un lento sábado de lluvia? Sin duda Benzelá, de Jose Julio Cabanillas, (Pre-Textos), mientras escuchamos la preciosa canción "sábado por la tarde", versionada por Sole Gimenez.
Más libros imprescindibles: Por supuesto, Perder y ganar de John Henry Newman (Encuentro.) Y Helena o el mar del verano, de Julián Ayesta (Acantilado.) Son aún más geniales sus cuentos, publicados en Pre-Textos.
"Hoy es el día del libro. - Sí, ya lo he quemado". Es un chiste ya mítico en mi familia, procedente de Eugenio o del Roto, no lo sé a ciencia cierta, pero el único libro que yo rompí (y pasé a mechero sus tapas) fue el libro de Matemáticas de tercero de BUP... Mucho tiempo después escribí un poema sobre aquel glorioso momento, tras recordarlo y tras leer los tres o cuatro primeros versos de En lugar del mundo.

domingo, abril 20, 2008

La decepción

Si eres mujer y estás en edad comprendida entre los quince y los ochenta y cinco, te será familiar esta deprimente escena:
Te acercas a tu perfumería en busca del champú, cosmético o perfume de siempre, el que usaba tu madre, el que te recomendó tu amiga a los dieciséis años, el que descubriste viajando a Cuenca. Y de repente no está. Y de repente lo han retirado o, algo aún peor, lo han reformulado (¡cómo les gusta esta palabrita!) y no te gusta nada la nueva fórmula. Y te sientes insoportablemente frívola, pero se te rompe el corazón. Adios suaves reflejos a la camomila. Adios bronzer natural y a la vez brillante. Adios aroma sutil de madera, corazón de vetiver y salida fresca de bergamota. No se ha terminado un simple frasco, acaba una época de tu vida. Y si rondas la treintena, el adios se convierte en una pregunta inquietante sobre tu supuesta y cuestionada juventud.
A mí me ha ocurrido en tres ocasiones. Primero fue mi barra de labios favorita: Pour la vie de Bourjois, en tono Peche juteuse. Era un color melocotón luminoso, ni muy frío ni muy cálido, es decir, entre naranja y rosa. Lo llevé en las bodas de mis primas y en un millar de lunes cotidianos. De pronto retiraron esa colección, y yo me quedé huérfana de color y metida de lleno en una búsqueda del lipstick perfecto que aún no ha terminado. Y dejaron de fabricar un botecito de colonia de The Body Shop, que se llamaba Citrella y olía a pomelo y a naranja chispeante. Pero ésto último lo puedo perdonar, porque gracias a esa pérdida descubrí el perfume Aqua Allegoria Mandarin Basilic de Guerlain, el must have más glamouroso de mi neceser.
Hace unos meses Benita me hizo una pregunta sobre cremas solares, que deben ser su cosmético de cabecera. Y sin dudar dije: Avene no, ¡Isdin! Pues ahora digo que, aunque el de Avene no sea perfecto, es lo mejor que tenemos, ya que el gel extrem uva de Isdin ha pasado a mejor vida. Me encantaba ese fotoprotector solar: era realmente ligero, realmente eficaz y olía a bodega en el mes de octubre. La nueva fórmula promete "tacto ligero", pero obstruye los poros, provoca alergia, blanquea la piel y huele a zanahoria.
A lo mejor decidieron "mejorar" la fórmula el mismo día en que yo cumplía treinta años.

jueves, abril 17, 2008

Poeta en Jerez

Cris me pregunta por mi recital jerezano. Estoy entrando en una espiral de pereza en torno al blog, quizás porque tengo mucho trabajo y muchas anécdotas del trabajo a las que podría sacar partido, pero creo que debo ser un poco prudente... A mi jefa no le gustaría mucho encontrarse un diario de a bordo colgado en la red. Me conformo con decir que estoy descubriendo a mis alumnos y descubriéndome a mi misma, que no conocía mi desmedida pasión por Cervantes (yo, que soy calderoniana pura), y que me lo paso bien pringando todo el día, abriendo el mail a las once de la noche y respondiendo preguntas chispeantesde mis alumnos rubios, rubios y pelirrojos.
Hablaré de poesía. Tres cosas me sucedieron en Jerez. Me había invitado el poeta José Mateos a recitar en la Feria del libro, y fuimos en un tren antiguo mi madre y yo, viendo caer la tarde por la ventanilla. El recital era en un bar por la noche, y Jerez me pareció un laberinto de bodegas y calles en obras. Un poco antes de llegar al bar, mi madre (Marita) y yo (Rocío), vimos un par de corazones pintados en un muro, donde se podían leer cuatro nombres:
Marita y Nono. Rocío y Pikuku.
Nos entró la risa, claro. Menudos dos pájaros nos han adjudicado como amantes bandidos. Ya en el bar Bereber, Leopoldo del Puerto me sonríe y me dice "es la primera vez que recito". Le miro con un poco de ternura, pero cuando comienza me doy cuenta de que mi ternura es injustificada y que Leopoldo es un poeta como la copa de un pino, con ironía sutil y con imágenes poderosas.
Después, en la copa que nos ofrecen, gentes desconocidas me saludan y me descubro en la barra hablando de poesía y maquillaje con Carmen, y de Aragorn con Paula. Paula, la montaraz, que no puede soportar tampoco a Viggo Mortensen. Ya somos dos. Y, cinco minutos más tarde, ya somos dos mujeres gritando, valga la redundancia, porque estamos de acuerdo en todo, todo y todo. Colin Firth es nuestro Aragorn. Jude law nos gusta, pero es demasiado guapetón. La amiga, o prima, o hermana de Paula se ríe y comenta, "sois iguales". Y yo me acuerdo de algo que decía Beades de mirar un río, volverse hacia la persona que está a tu lado y preguntarle, ¿tú también?

viernes, abril 11, 2008

Aquí

Abro la portezuela y una ráfaga de lluvia medieval me da la bienvenida. El taxi nos dejó al lado de la casa, pero también al lado de la lluvia. "La lluvia hay que bebérsela", pienso mientras dejo caer mi maleta en medio de un gran charco. A cámara lenta cae, y caen también las monedas que me devuelve el taxista. Buscar monedas en un charco, mientras bebo el agua vertical, me hace pensar en un par de botas altas de plástico, y en esa vida subacuática de barro y phoskitos que vivíamos en la guardería ya derribada. Ahora hay un muro. Pero una vez mi amigo Antoñito, como un héroe, hizo dos agujeros en sus botas porque "esto necesita un desagüe". Teníamos cinco años.
La lluvia es divertida si la tomas como un refresco, botella chispeante, y si sabes que en el piso de Pampaluna está esperando el youtube, el gesto de hombros ése tan sensual que pone Neil Diamond y el danísimo de fresa y plátano que me ofrece Sons.

martes, abril 08, 2008

Paraguas muertos

Hoy llueve en Sevilla de una forma tropical. La lluvia le da a Sevilla un aspecto de extrarradio, de película de posguerra, disuelve los colores en un caos de blanco y negro. Pero la lluvia copiosa, irracional, devuelve los colores a la tierra y le da un aire africano. Las calles invadidas, el fango, la ausencia de taxis. Y ese brillo de isla desértica con monzón asiático: tres continentes en uno por arte de la lluvia.
El Apocalipsis se concentra en un viento salvaje que revuelve mi pelo, recién cortado en la peluquería, (no me peinen, no...) Un viento que destroza los paraguas. Llueven junto a las papeleras esqueletos de paraguas inservibles ya, y es lo único que me recuerda a la lluvia en Pampaluna. Recuerdo entonces que mañana viajo al Norte, y la visión desolada del paraguas muerto me hace sonreír, fuera de lugar y hora, como reiría Hommer Simpson ante una cafetera rota mientras Marge gruñe y gruñe.

jueves, abril 03, 2008

Moratín murió en Francia

Como Machado. Y eso explica muchas cosas. Moratín murió en Francia porque era afrancesado, o era afrancesado porque murió en Francia. No me hagáis mucho caso. Son cosas de mis alumnos, los informes, el dentista, la maldita lavadora... y la tristeza.
Dicen que sólo una frase separa a una niña de una mujer: "No tengo nada que ponerme". Pero yo os digo que hay otra frase mucho más verídica que en verdad separa a una niña de una mujer: "no llego, no llego, ¡no llego!"

sábado, marzo 29, 2008

Música y felicidad

Siempre he pensado que la música es un cóctel vitamínico que te alegra la vida, y que escuchando determinadas canciones es imposible permanecer triste por más de tres minutos, es decir, el tiempo que dura la canción. No sé cómo alguien puede caer en un estado de depresión escuchando, por ejemplo, Brown eyed girl de Van Morrison. Y todos podemos enchufarnos algún tipo de buena música en el cerebro a diario.
En realidad, la música provoca una alegría estática, íntima, por eso al escuchar a los Beatles uno puede sentirse triste y feliz al mismo tiempo, como dicen que se sintió Borges al descubrir al grupo de Liverpool. La belleza puede doler con un dolor despiadado, punzante, pero puede también resucitar de pronto todo lo que estaba muerto dentro de cada uno de nosotros. Sucede a menudo cuando hay un buen músico callejero en medio de una avenida, especialmente si toca el violín. Congrega a una muchedumbre multiforme detenida al borde mismo de su horario laboral. Niños con chándal, mujeres con gorrito, panaderos, ciegos que venden la lotería. Todos apiñados en torno a la violinista polaca. Y en todos ese gesto de cerrar los ojos, de profunda delicadeza, de gratitud, antes de seguir su camino y regalar a su madre una frase como “tía, es la leche”.
Si la música clásica amansa a las fieras, la moderna es un grito de alegría que hace el efecto de un zumo de naranja en la mañana reciente. Es verdad que nos aísla en nuestro ipod último modelo, nano ipod color verde manzana, pero a cambio nos hace descansar y tomar fuerzas en el centro neurálgico del día, en medio del huracán. El descanso así se torna creativo, porque la música es algo evocador que te teletransporta a cualquier pasado en un segundo y, a la vez, es un acelerador del pensamiento que condensa recuerdos y sensaciones de tal manera que pone en jaque a la imaginación y a la memoria en un tiempo récord. De repente respiras, y estás en la puerta gris de tu oficina con el cerebro a punto, lleno de las mejores ideas para encarar el día que comienza.

viernes, marzo 21, 2008

Muere la Primavera


Ayer, Jueves Santo, llovía. Hoy, veintiuno de marzo, nace la primavera.
Ayer llovía en la iglesia, tan lúgubre aún, con la luz concentrada en el Sagrario. Y hacía frío, un frío que venía de nosotros mismos. Porque todos oímos las palabras: "Uno de vosotros me entregará", y yo me pregunté si temblaban de frío los demás como yo preguntándome, preguntándole con miedo, ¿Dios mío, seré yo?

P.S.: La foto es de Merl

martes, marzo 18, 2008

Mirar el fuego

"Mirar el fuego" ha sido el primer poema que he escrito tras una larga sequía de año y medio. La tesis se comió mi vena poética, pero en navidad mi padre me dijo que ya era hora de abrir el grifo otra vez. Como si fuera tan fácil. La culpa la tuvo Buko, que en la presentación de su genial libro Oro anunció que el poeta tenía que escribir con ganas y sin ellas. O sea, lo de la inspiración y la transpiración. Que yo no creo en eso, porque el de poeta no es un oficio de oficina, de ocho a tres de la tarde, pero es verdad que a veces hay que dar un empujoncito. Tirar de la cuerda. A mí me suele funcionar la cuerda de la infancia: una nostalgia que no duele porque, por un lado, mi infancia fue feliz, pero por otra parte no regresaría a ella, me alegra haberla superado. Estábamos en diciembre y en Vitoria, me puse a pensar y salió un poema medianejo.
En enero recibí un mail de Agus Alonso: con mucha ilusión me pedía un poema inédito para publicarlo en Perkeo, su revista literaria. Y yo que no tenía más inédito que éste, contradije todas las leyes de la elemental sensatez y, como quien dice en taller, decidí mandárselo.
Arp lo ha encontrado (¡ay!) y dice que es maravilloso. Gracias, Arp. El poeta escribe porque ve la belleza escondida en un mundo que [aparentemente] no vale dos pesetas: pero más meritorio me parece a veces el lector, que ve la belleza escondida en lo que el poeta escribe.
De cualquier modo, el poema está en la revista Perkeo: http://perkeo.es

jueves, marzo 13, 2008

Recovecos (I)


De noche sueño con las placitas que bordean mi calle en Pampaluna. Vuelvo a mi calle, tan amplia y tan recóndita a la vez, la calle que fue mía por dos años. Era una calle como a trozos, interrumpida por un colegio, un patio y dos carnicerías. Desde mi ventana se veían dos pedazos de césped, y desde la puerta, flores rojas. Las flores rojas de junio se asomaban en la verja negra, alegrando un poco el paisaje de edificios marrones. El portal de mi casa era marrón, de madera, y no tiene nada especial, por eso me gustaba tanto. Con un corazón pintado en el marco metálico, Nerea por Iker me parece que ponía, no lo recuerdo bien.

Y las esquinas. Era una calle con tres esquinas, por la noche solía rebasarlas con algo de vértigo. En una de las esquinas había un hombre en silla de ruedas con un dóberman negro y grande, como todos los dóbermans. No me daba miedo el hombre sino el perro, claro. Cruzaba con el corazón en la boca y de pronto ya estoy, el clin clin de las llaves, el ascensor a media luz, y lista. Sana y salva, en casa.

P.S.: He actualizado la columna "este mes toca", que ya era hora...

martes, marzo 11, 2008

Por fin, ¡un poema!

...Y de repente, ¡zas! la inspiración.
(Miguel D´Ors)


EL BOLSILLO AZUL
A Juan Arana: mi padre.

Una tarde salimos a buscar
ardillas en un bosque de Alemania.
Los patos en el lago sobre el verde
y el rojo de las casas bailaban en silencio, se mecían
dulcemente los patos en mis ojos de niña de seis años,
y ahora que los veo danzar en mi memoria,
recobro aquel silencio de castillos
verdes en Alemania.
Me dijiste
que las ardillas viven en los árboles,
detrás de cada árbol se agazapan
y corren entre árboles con gestos
delicados de ardillas cuidadosas.
Por eso es tan difícil encontrarlas,
y por eso gasté tantas tardes buscando
ardillas en lugares tan remotos
como el bolsillo azul de tu chaqueta.

sábado, marzo 08, 2008

Mañana de sábado

Los sábados se hicieron para las librerías. Cruzas la calle pensando en poemarios mientras el aire te recibe con "los grados justos/ para salir sin el abrigo". ¿Tienen algo de Chesterton, por favor? ¿Seix barral, Antonio Gala? No hombre no: Joseph Pearce. Hombre y mito, escritores conversos. El hombre se sonríe de medio lado. Tú como siempre. Sí.
Encuentro unos cuadernitos perfectos para el bolso, rayados y en azul marino. Moleskine, los legendarios cuadernos que usaban Hemingway y Picasso.
Últimamente me ha dado fuerte por el color azul, que ya me gustaba en sus tonalidades agua, lavanda, turquesa y noche, pero ahora prefiero en tono marinero y azul gastado, dénim lavado o navy. El turquesa es un color muy versátil, según el matiz me entusiasma o me horroriza, puede ser un brocado en un palacio francés o un collar de cuentas de plástico del bazar chino. Qué horror, tendré que tomarme la temperatura al llegar a casa, pienso cosas muy raras.
Y todo eso mientras pago el moleskine, cuatro noventa. No, yo no es por Hemingway ni mucho menos por Picasso, es que tiene el tamaño perfecto, y luego el nombre que es muy chic, tener un Moleskine me acerca un poco a Carrie Bradshaw en sus días de gloria.
En la acera hay naranjos, estamos en Sevilla. Huelen a calor sin hacer calor aún, por eso me gusta tanto el mes de marzo. Huelen a colonia de Guerlain, mandarina y albahaca, a barra de labios flash´n dance, que en la página web americana de Mac se describe como intense tangerine with pink pearl.
El naranja y el rosa fuerte se unen en mi mente como un grito de alegría, y me apetece de pronto ir al parque, comprar un par de globos y beber fanta de naranja bajo un toldo de rayas azules y blancas, mientra leo a Wislawa Szymborska.

viernes, marzo 07, 2008

Fafi: naranja suave, dénim y verde lima

Hoy tuvo lugar la anunciada sesión de maquillaje en el stand de Mac en el Corte Inglés, al terminar mi segunda semana de trabajo. He probado el colorete Hipness de la colección Fafi: bonito, pero no tanto como para tentarme, como dijo Darcy en el primer capítulo de Orgullo y prejuicio.
Luego me han manchado los labios con una barra chulísima: se llama Flash´n dance y la recomiendo vivamente. De hecho no me suelen gustar los labiales rosas, pero éste me parece maravilloso, ya que no es el típico rosita baby doll (enemigo a la vista, huyamos despavoridos...), ni tampoco un fucsia de neón de bar en Las Vegas. Tiene un color vivo, fresco, que da alegría sin resultar llamativo. Como de haber comido fresas en el campo.
En todo el párpado aplicaron el Paint Bare Canvas: una base de sombras en tubo, color champán, que consigue que las sombras queden fijas, no se cuarteen, no aparezcan rayas etc... También lo recomiendo. Utilizaron después la paleta eyes 2. Yo tenía los ojos semicerrados, e intuía cómo difuminaban sobre mí distintas sombras con varios pinceles. Parecía el juego del veo veo con misterio y sorpresa al final. Al mirarme al espejo "vi" un degradado perfecto en verde lima, naranja suave y azul: un azul desteñido, como de blue jean, borraba de mis ojos el cansancio de toda la semana.

lunes, marzo 03, 2008

Shadowy lady

De verdad, de verdad, de verdad, que estoy en un túnel negro.
No; no penséis en suicidio inminente, malditos, ni en una luz al fondo del túnel (¡No, no, no te acerques a la luz! -No puedo evitarlo, es tan boniiiita... sshhprt....)
¿Veis? Sólo se me ocurren tonterías y asquerosidades. ¡Este es un blog serio! Ay, Dios mío, que llueva... en España y en mi pobre ser. Esto lo he dicho yo ya: me suena de algo. Confirmado. No es mi primera crisis. Debería saber cómo se sale de aquí.
Bueno, lo intentaré con el tema del maquillaje, que siempre ha funcionado. Primero un punto, luego una coma, un pie tras otro y aprendemos a andar. El jueves me maquillan en el stand de Mac con productos de la nueva colección, "Fafi for Mac", que tiene un colorete coral precioso. Pero ya tengo el Peaches, y el Gina de Nars, y estamos en Cuaresma, así que nooo, no, no, no no no, nooo, no, you´re not the one for me. Lo que sí he comprado es una sombra oscura llamada shadowy lady que es incroyable. En dos palabras. Mi trabajo está al ladito del corner de Mac en el C.I. del Duque, señores, qué peligro...
Ya conocéis la ecuación famosa, ¿no? Ojos pequeños = sombras oscuras. El efecto ahumado es lo que mejor me va, y por supuesto mi firma preferida es la que más sombras oscuras puede ofrecer. Ya tengo la Knight divine, un gris oscuro escarchado
con reflejos azul y plata (suena bien, ¿eh?) pero ahora he conseguido esta, que es mate, muuuy oscura y morada, pero parece gris con reflejos morados. Muy cuaresmal, digo yo. Básica.
Para arrancar tras la sequía, he cumplido. El jueves contaré cómo me han dejado.

martes, febrero 26, 2008

Últimas lecturas

Ayer me enfrenté por vez primera a un grupo de doce alumnos, y yo era la profesora. Dar el salto produce un poco de vértigo, aunque estaban callados y muy formales porque eran norteamericanos: todos con mejillas rojas y piel rubia. Tienen consigna de no hablar inglés dentro del centro, pero me da pánico la sola idea de que empiecen a hablar a borbotones en un idioma que leo bastante bien pero no entiendo.
Estudiaremos los Siglos de oro, por lo que tendremos que leer el Lazarillo de Tormes, que no me gusta mucho: La picaresca y yo no somos uno. Garcilaso y San Juan, en cambio, son una alegría que destaca con letras azules en el temario, y Cervantes, y Lope... y Calderón.
En París estuve leyendo por cuarta vez Perder y ganar, de J.H. Newman, y ahora no concibo la vida sino como una larga e ininterrumpida lectura de esa maravilla de libro. Ay, Oxford. Ay las controversias y los desayunos con carne y grosellas. Ay el párrafo de Willis sobre la Misa, "¡O, sapientia, fortiter suaviterque disponens omnia, O Adonai.. . O Expectatio gentium... veni, Domine Deus noster...!"
Ahora leo Retorno a Brideshead, por vez primera. Espero que se convierta también en uno de los libros de mi vida. Y ayer, cuando llegaba a casa "radiante de cansancio", me esperaba mi padre con una última reliquia parisina: el perfume Aqua Allegoria Mandarin & Basilic de Guerlain: lo compró en el duty free y lo reservó para mi primer día de clase. Ahora puedo oler a mandarina y albahaca sin pasar a hurtadillas por los probadores del Corte Inglés.

viernes, febrero 22, 2008

París

Ahora que ha transcurrido casi una semana desde que dejé París, quiero hacer recuento. No me subí a la Torre Eiffel ni al arco del triunfo, ni paseé en barco por el Sena. Esos son planes de turista y yo no quería viajar a París sino "volver" a París, revivir nuestra historia de rápidos encuentros en pequeñas callejas, crepes humeantes y piedras bañadas por la luz. Quería recorrer el París medieval y el más "in" de los maquillajes, de la maison Guerlain y de los anillos de plata comprados al peso como si fueran gominolas.

En Cluny volví a encandilarme ante la penumbra de La Dama del Unicornio y ante los Cristos serenos de piedra azul. El silencio me decía cosas silenciosas pero nuevas, no como cuando era niña y no sabía contemplarlo y me impacientaba. Antes una calle era sólo una calle, ahora son olores, esquinas, rostros. Supongo que eso significa crecer, algo de reposo nos dejan los años.

En el Sephora enloquecí, como predijo Nebel. Me rizaron las pestañas con el mítico rizador de Shu Uemura, que desde luego no compré (costaba 28 euros y mis pestañas son rubias: el efecto no es tan dramático como para tentarme...) Sí que me dejé tentar por el stand de Stila: compré una sombra llamada Cloud que es todo un básico para vestir los ojos a diario. Cloud significa nube y la sombra tiene ese color, entre gris y blanco, de tormenta. Por la mañana abre la mirada y la deja muy limpia, sin recargar. Mi última compra de Stila fue un nude precioso, tirando a melocotón; y, por supuesto, no salí del Sephora sin mirar los famosos coloretes de Nars: me llevé el Gina, el único tono "ponible" (los demás son muy teatrales): melocotón naranja. Valía 29 euros y mi madre se escandalizó, sin embargo en un restaurante pedían 270 por un plato de caviar, y en Le Bon Marché, 2000 euros por un vestido: ¡París es muy caro! Así acuñé la frase que se convirtió en leit motiv de la semana, "hay cosas más caras que el colorete de Nars". Cada vez que la repetía, ante un nuevo asombro, no podíamos evitar una enorme carcajada.

domingo, febrero 17, 2008

Gaviotas sobre el Sena


La isla de San Luis. La torre de Saint Jaques desde lejos, alta y azul. Dibujos medievales en la piedra. El Sena por la tarde: islas y puentes y retales de sol sobre las torres. El vuelo orquestal de las gaviotas.
Palomas que se cuelan por las altas vidrieras y escuchan misa en San Eustace. La Dama del unicornio, roja y dorada, reza también en su carpa de brocado que dice: mi único deseo. Castillos góticos, tumbas de reyes. Y volviendo, mujeres negras y serenas en el metro, con el rorro a cuestas. Merci de votre comprension. Final de trayecto.
Escaparates de Cartier y Chanel. El Léon de Marseille con su menú de mejillones a dieciséis euros: mules, frites a volonté y créme caramél. Tiendas de Mac, de Origins, de L´Occitane, de Shu Uemura. Marionnaud y Sephora.

viernes, febrero 08, 2008

Benedicto XVI, también poeta


Leyendo La sal de la tierra he descubierto que Ratzinger escribió poesía en su adolescencia. Me ha ilusionado saberlo, la verdad. El entrevistador le pregunta "pero, ¿de qué hablaba en sus poemas?", y el entonces cardenal responde:

"Hacía poesía de todo lo que veía, de todo lo cotidiano, poesías dedicadas a la Navidad, a la naturaleza. Simplemente era una señal de que me gustaba exteriorizar mis sentimientos, sobre todo de que me gustaba dar algo de mí mismo a lo demás".

Dar algo de sí mismo a los demás: eso es lo que un poeta hace.

P.S.: Me voy a París, de ahí que os haya plantado esta foto que nada tiene que ver con B16, pero bastante con la poesía... El blog descansa hasta el domingo 17, pero prometo luego una detallada crónica parisina. La foto es del blog de Nebel, una chica del foro Vogue: http://nebel-allure.blogspot.com.

jueves, febrero 07, 2008

Doctores tiene la Iglesia

"Ya soy doctora", le dije a Juan Montero, mi director, al salir de Río Grande. Él se sonrió con los ojos como es su costumbre antes de responderme: "como Santa Teresa". La noche anterior había dormido poco, la noche siguiente dormiría menos aún... El sol de febrero picaba y los nervios me comían la moral.

El traje elegido para la ocasión era un vestido gris oscuro de lana con talle bajo y mangas ranglán comprado en Zara (talla L, ¡milagro!), combinado con tacones sport negros, bolso hippie de piel india trenzada y chaqueta azul noche de Adolfo Domínguez, "el Ferrari de mi armario" me dije de broma al probármelo. Una mezcla de elementos bohemios y pijos que dice mucho de mí.

La voz no me llegaba a los labios, pero comencé a leer la defensa mirando de vez en cuando al tribunal, que imponía (¡eran cinco!) Me di cuenta en seguida que la defensa estaba bien escrita y que "podía hacerlo bien", lo malo es que luego me llegó el turno de callar y comenzaron a hablar ellos. No fue nada horrible, me señalaron una a una las erratas (sí, ésas que con tanto esmero corregí, y que luego un duende emborronó), y un par de cosas un poco más serias desleídas entre alabanzas y sugerencias al estilo de "siga usted por aquí". No se ensañaron conmigo, me trataron muy bien y tras los minutos de rigor en los cuales esperábamos fuera (con el corazón en la boca), me dieron la nota máxima: sobresaliente cum laude por unanimidad.

El público apalaudió, el jurado me besó, todos me felicitaron, el teléfono tronó a lo largo de la tarde, Blanca Merck me regaló una cadena dorada (cobre envejecido), y yo apliqué capas y capas de Carmex sobre mis labios resecos, y luego gloss de Nuxe color chocolate claro, y otra pasada de colorete Mac en el cuarto de baño del restaurante...

Me quedo con la sonrisa de Begoña López Bueno, presidente del tribunal, al decir "hemos decidido por unanimidar otorgarle la máxima calificación". Me quedo con la alegría de mis padres y con las lágrimas de mi abuela, y con la voz orgullosa de de mi amigo Pablo Moreno, de mi amiga Ana diciendo "María que nos lo ha contado lloraba de emoción". Ese cariño intangible, insobornable: palparlo ha sido lo mejor que podía haberme ocurrido en la vida.

jueves, enero 31, 2008

Númenor en NT


Leo Nuestro Tiempo desde que era niña: recuerdo los ejemplares en el revistero de mi salón y yo con doce años hojeándolos, sin entender gran cosa pero fascinada. Pensaba que los traía mi padre a casa, y como él es filósofo, pensaba que hablaban de filosofía. Algo muy grande y profundo. Luego me di cuenta de que más bien tenían que ver con el mundo de la comunicación: un asunto igual de importante. Ya estaba enganchada: al formato, a las firmas, a los dibujos tan originales...
En junio del 2007 llegué a Pampaluna y me presentaron a Sonsoles, la redactora- jefe. Este es un blog público y la amistad es algo público y privado al mismo tiempo, así que lo que llegó a ser ella para mí en pocas semanas lo guardo o, al menos, lo salvaguardo. Sólo diré lo que es público: que gracias a que leía mi blog me alojó en su piso, y que gracias a nuestra amistad llegué a colaborar en la revista que tando admiré en mi primera juventud.
Lo hice con un artículo sobre Númenor, y por mi culpa se coló una pequeña errata que me he adelantado a subsanar. Quien esté interesado en los libros de Númenor (los últimos son la antología de Carmelo Guillén Acosta y las ópera primas de Cerero y María Eugenia Reyes Lindo, debe dirigirse a:

ediciones@fundacionculturaandaluza.org.


Actualizo: Mañana, 6 de febrero de 2008, a las 11:30 horas de la mañana, y en el aula de grados de la Facultad de Filología, ¡¡¡Defiendo mi tesis doctoral!!!

martes, enero 29, 2008

Poesía en la calle

Esperando el autobús abro los ojos, y leo el cartel que me separa de la lluvia. En él un chico desenfadado, con vaqueros y aureola, sostiene una botella de Habana club y me invita a abrirla y perderme en la noche. Debajo puedo leer: "El culto a la vida".
Y como en una ráfaga vienen a mí esos versos de José Mateos, esa pregunta recóndita:

¿Cómo saber, en la agitada noche
de estridencia y alcohol, cuando te besan,
si es la vida o la muerte quien te besa?

miércoles, enero 23, 2008

La barbera del rey süevo lee Emma, de Jane Austen

La barbera del rey süevo lleva siglos leyendo a Jane Austen. Concretamente lleva disfrutando con sus novelas doce años, desde que en 1995 viera en el cine Sentido y sensibilidad, de Ang Lee. Jane Austen es lo suyo, dice, y se casaría sin pensarlo dos veces con Mr. Knightley o con Jeremy Northam. Sus simpatías por Gwyneth Paltrow datan de cuando actuaba en Emma, de Douglas McGrath (1996), una película deliciosa.

Mr. Knigthley compite en su corazón como mito masculino con el Aragorn de Tolkien, y han venido con el tiempo a fundirse en una sola cosa: un caballero oscuro y reñidor que de repente se muestra a nuestros ojos como alguien perfecto, radiante. "La primavera ha venido/ nadie sabe cómo ha sido."
En el caso de Aragorn, el milagro sucede cuando sonríe por vez primera, y dice aquellas palabras, "te pido una vez más que me permitas ser tu compañero", que convertirían en un Adonis a cualquier mortal sonriente, cuánto más al Heredero de Isildur. Mr. Knigthley es un galán más de andar por casa, sin esos aires de leyenda y ese porte de rey pordiosero, pero no es menos atractivo y sí mucho más accesible como ideal. Su luz va abriéndose camino entre la lluvia de sus silencios y brusquedades, como debe ser, luz oscura e incluso áspera que se va tiñendo de matices cálidos en cada página leída.

La barbera confiesa que su visión austeniana es puramente romántica y subjetiva, y no puede entresacar ningún párrafo superior a otro, porque la novela entera es un todo lleno de ironía tenue, intenso costumbrismo rural y honda introspección sicológica.

sábado, enero 19, 2008

Puerco araña


He visto con mis amigos la divertidísima película de los Simpson. La canción de Spider Cerdo (que es un símbolo de algo pero aún no sabemos de qué, dijo Pablo Moreno), en Inglés suena así:

Spider-pig, Spider-pig
Does whatever a spider can
Spins a web, any size
Catches thieves, just like flies
Look out! Here comes the Spider-pig!

He buscado en Google, y resulta que en Latinoamérica lo han traducido como "Puerco araña". "¡Miraaa! Es el puerco arañaaa". Qué mal. Lo prefiero en castellano:

Spider Cerdo, Spider Cerdo
Hace lo que un Spider Cerdo hace
Puede columpiarse en una red
Pues no puede
Es un Cerdo Atencióooooon!
Es un Spider Cerdo

Claro que sin música pierde mucho, quiero decir, sin Joaquín y Buko entonándola en el restaurante Los Monos a la hora de las brujas.
Adoro los Simpson porque me recuerdan a mis amigos. Hubo una época en mi primera juventud, (hace casi ocho años), en que tener amigos era una novedad en mi vida, y por tanto también en mi poesía. Escribir poemas era igualmente una novedad, así que mis versos hablaban casi siempre de mis amigos, con una mezcla de entusiasmo e infantilismo que era un cóctel atroz y a veces funcionaba. En aquel tiempo escribía sin apenas saberlo mi primer libro, "Magia", y abusé en él de la palabra "amigos", la más alegre y nueva para mí entonces. Y ahora. Y acuñé aquella frase: "empieza la mejor época de mi vida", "estoy en los mejores años de mi vida"...
Creo que esa etapa no se ha cerrado ni ha declinado aún. Han ocurrido cosas más o menos graves, más o menos tristes, pero eso no quiere decir casi nada. Mientras haya amigos locos que se parezcan a Hommer Simpson, habrá poesía.

miércoles, enero 16, 2008

Entrada nº201. -¿Sobre qué va a tratar? -Tictactictactictac... -And the winner is... ¡Maquillaje! -(Ufff... ésta me la salto.)

La eterna pregunta de cualquier consumidora es: ¿maquillaje barato o caro? ¿Supermercado o perfumería? Los expertos dicen: con la piel no se juega. Al menos el fond de teint tiene que ser medianamente bueno. Hay que decir que en Bodybell, Douglas y Sephora os saldrá todo un 10% más barato, como en las rebajas del Corte pero durante el año entero. De nuevo os propongo una lista, ahora no con lo mejor de cada marca, sino con la mejor marca de cada producto. Ofrezco un par de opciones en casi todo, y los precios. Si os parece bien, dentro de unos días cuelgo la lista de la cosmética.

LO MEJOR en maquillaje:

Base: Colorstay de Revlon (25 euros)/ Sense matte de Biotherm (25 euros.)
Corrector*: Concealer kit de Bobbi Brown (24 euros)/ Everfresh Concealer de Maybelline (7 euros.)
Colorete: Mac en tonos Peaches, Melba, Hushabye (20 euros)
Maquillaje en polvo: Sato, de farmacia (18 euros.)
Bronzer (Polvos de Sol): Mac (20 euros)/ Terracota de Guerlain (carísimos pero espectaculares: 27 euros.)
Iluminador: Nars y Bobbi Brown, pero son prohibitivos*. Max Factor tiene un Shimmer Panstick, clon del Copacabana de Nars por doce euros y Sephora tiene un clon del mítico Shimmerbrick de BB por unos 12 euros también.)
Pinceles: Mac (pero son muy caros.)/ Sephora Profesional (brochas profesionales, buenas y baratas o al menos ajustadas de precio: 12/15 euros.)
Barra de Labios: Kisskiss de Guerlain (22 euros.)/ Accord naturels de L´Oreal (12 euros.)/Soft Sensation Vitamin Care de Astor (lo único bueno de esta marca: 8 euros.)
Gloss: Mac (13/15 euros.)/ Biotherm (18 euros.)
Perfilador de Labios: El Spice de Mac (13 euros)
Sombra de Ojos: Mac (16 euros)/ The Body Shop (13 euros.)
Lápiz de Ojos: Mac (13/16 euros)/ Zara (4 euros.)
Rimel: Inimitable de Chanel (25 euros.)

MARCAS BARATAS: Lo que sí y lo que no.

No se os ocurra comprar ni base de maquillaje ni gloss de marcas tipo Astor y Pinaud: estropean la piel y son muy malos. En cambio salen muy bien los coloretes de Pinaud y los de Maybelline. El producto estrella de Maybelline, ya lo he dicho, es su corrector de pincel, no graso pero muy cubriente y luminoso. Prohibidas las marcas de todo a cien como Yolizul, Penumbra o Vera Valenti. Los polvos compactos de los Chinos, Deliplús y Myrurgia son azufre para la piel. En cambio, si entràis en Zara, arrasad con los làpices para la raya del ojo: cuestan cuatro euros y son buenas, buenas.

sábado, enero 12, 2008

Cumpleaños

Dedico esta entrada a Beades, a la Señora de Beades y a Joaquín, pero especialmente, como mi eterno interlocutor, a Lord Scutum.

Viernes tres y media de la madrugada, cuando la música se apaga y todo termina, y todo comienza en el pasado, que siempre nos pertenecerá.
Doblé tu carta en cuatro pliegos y besé cada pliego de tu carta, como quien besa las mejillas y la frente de un hermano. Me diste un anillo élfico, celta, con rosas labradas en plata. Todo concuerda, todo se comunica misteriosamente, hoy que cumplo treinta años y casi un mes y lo celebro con vosotros. Cumplí venticinco años en la lluvia de Pampaluna, y mis amigas de un día, de un mes, de siempre, me regalaron una caja de madera con rosas labradas. Cinco años después, frío soleado de enero y rosas, siempre rosas.
Leo tu carta en duermevela, junto al poemario de Wislawa, uisuaua dice Beades, debajo de una sencilla manta de cuadros y con una luz halógena en mis ojos que da reflejos de color ambarino pensando sólo en ti. Del frío azul al melocotón rosado, ese color de isla mediterránea que tanto te gusta. Leo tu carta y me duermo. El-tiempo-ha-comenzado.

jueves, enero 10, 2008

Paseo de miércoles por mi ciudad

El 21 llegaba en esa hora mágica en que las farolas empiezan a encenderse y la luna a dibujarse. Y el cielo está azul brillante casi malva, y luego azul oscuro casi negro como en la película, pero iluminado. El azul noche, precisamente este, es mi color favorito. Los autobuses por la noche se encienden y parecen islas. Did you ever want to cry, susurraba Mama Kass en mis oídos mientras la máquina se tragaba temporalmente mi bonobús. Pasen al fondo. Señoras con cestas antiguas, niños raperos.
Entro en la Facultad y es ya de noche, del techo penden farolillos de bajo consumo que me deprimen. Tendría que llover para que el cuadro fuera completo, recuerdo la canción aquella, "como Camarón", y el poncho raspberry de mi amiga Merl y nuestro encuentro a la altura de los juzgados, un ocho de enero. No estábamos en la hora mágica, llovía y tronaba el frío, pero desde ese día el mes de enero ya no me pareció tan desolado y desguarnecido como antes. Pronto empezarán a oler los naranjos de la avenida.

martes, enero 08, 2008

La-Vida-Normal

Retorno del lado oscuro y vuelvo a La-Vida-Normal. Y me alegro. Yo, que soy tan navideña, me alegro. La Navidad, con sus largas veladas familiares, sus mañanas plácidas y sus jornadas maratonianas de compras, me mantuvo en estado de encefalograma plano con respecto al blog. Este es un blog muy cotidiano, de lunes partidos por la mitad y prisas y retoques de make up en el espejo de la mercería de mi calle.
Hoy, martes, digo lunes, el más lunes del año, aunque no sea fiesta necesito un sorbo de esplendor... Rebusco en el bolso el Kisskiss excés de rouge, me doy cuenta que al final no lo compré por aquello de que el rojo de labios engorda, y pienso en dar una carrerita a las rebajas del Corte Inglés.
¿Qué me regalaron los Reyes? Un colgante hippie de plata, un anillo pijo de circonitas, un collar de cuentas de cerámica, pijo y artesano a la vez (me lo hizo mi madre con material de Lakú, una tienda pijísima de Logroño), un libro, una colonia, tres cedés de los Beatles y The mamas & the papas y un Ipod.

viernes, enero 04, 2008

Rasga la tela de este dulce encuentro...

Rompe el silencio, me pide Carlos. Como sus deseos son órdenes, tomo entre mis dedos la pluma cibernética.
Y sigo callada. No sé qué decir. Es horrible, ¿no? Espero que se me pase pronto. No quiero cerrar el garito. Houston, tenemos un problemaaaaa!!! Al menos el siete de enero os podré contar lo que me han regalado los Reyes. Porque lo que cuenta es eso, contar. Hablar. La lluvia que caerá sobre mi cuerpo y mojará... Lo dijo Bebe.
Hablaremos. Esto no acaba.

viernes, diciembre 28, 2007

silencio

Silencio en Navidad. Estoy muy callada últimamente: motivos no faltan. Sin embargo hoy, día de los Inocentes, he querido detenerme en un desconocido locutorio de Logroño para desearos feliz año, que las clínicas abortistas declaren huelga indefinida, que los enfermos terminales mueran en paz, que los tacs y mamografías del mundo entero den negativo en sus resultados, y que las parejas separadas o al borde del divorcio sufran un aluvión de recuerdos positivos y decidan pensarlo otra vez. Y que vuelvan las musas a mi pobre ser... Son mis deseos para esta Navidad.
El dos de enero regresaré a este blog. Gracias a todos por leerme,
Adaldrida.

miércoles, diciembre 19, 2007

La barbera del rey suevo lee Para siempre, de Rafael Juárez. (Reseña desenfadada y no remunerada.)

La barbera del rey suevo les ofrece aquí su visión particular de este libro, que tanto le costó encontrar y que tan buenos ratos le ha regalado. El título del poemario es lo primero que le gusta, dice. Para siempre. Juárez tiene títulos geniales de poemas, que es cosa que la barbera del rey suevo envidia y yo también, ya que mis dos libros los han titulado mis amigos (el uno, Beades, el otro Pablo Moreno, los dos accésit de Adonáis.) Es verdad que a partir de títulos de poemas míos, pero vamos, que lo más genial que he hecho en mi vida poética fue aquello de "La noche sobre Pampaluna", y de ahí surgio todo, escribir un libro sobre mi vida en Pamplona y por sugerencia de Pablo llamarlo así, Pampaluna.
Me he ido. Vuelvo. Juárez tiene títulos tan buenos como "Tres recuerdos del cielo". El poema llamado El sueño es buenísimo y lo trascribo entero:

COMO una llave dulce me trajo tu desnudo
el sueño, aquella casa de habitaciones claras.
Siempre hay niños que encuentran en la noche cerrada
pasadizos ocultos.


A la barbera del rey le gusta el modo que tiene Juárez de nombrar las cosas, las cosas más sencillas, con palabras sencillas también y certeras.

He vistos las naranjas
en el árbol, dorando
la mañana, las rosas
de diciembre
(...)

En este libro hay misterio y nostalgia, dos de los ingredientes de la buena poesía. Y no está todo explicado, acabado, como una mesa tan brillante por nueva que nadie se atreve a tocarla. La poesía no debe ser así, y la poesía de Juárez afortunadamente no lo es. Es minuciosa pero a la vez enigmática, como tiene que ser:

Es temprano, domingo y primavera.
Te mira alguien que cruza
la plaza, peregrino de la noche,
el sábado y la lluvia.
Y a sus ojos se asoma la nostalgia
de no haber sido nunca.

*
Hogueras en la vega,
dragones en el cielo.
(...)
*
Por las ramas doradas llega el día.
Recuerdo con piedad lo que he soñado
y no quiero decirlo.


La barbera del rey suevo es un poco caradura. Es verdad que le gusta la poesía de Rafael Juárez porque habla de cosas que a ella le gustan: Naranjas, árboles, noviembre, lluvia. No me canso de decir, lo dije también el el prólogo del libro de María Eugenia, que el oficio de un poeta es nombrar las cosas, y para nombrarlas, contemplarlas.

martes, diciembre 11, 2007

Libros

Descubrí en un recital al poeta granadino Rafael Juárez. En la copita que sigue al acto poético, José Julio Cabanillas me recomendó un poemario suyo, Para siempre, para luego decirme con un poco de sorna que no lo iba a encontrar, "está en la Veleta"... Ya veremos. Este puente me escapo a Logroño, y en Logroño me espera la librería Castroviejo...
Llego y hace frío. La parte vieja de la ciudad me enseña sus luces y sus árboles desnudos, el suelo de piedra antigua. Callejas y tiendas de caramelos: caramelerías. Y té, y especias. Y sombreros. Tiendas bajo los soportales con nombres solemnes, "ciudad de Londres", "Nueva antiqua". Portales despintados, "Tebriz". La calle San Juan y Castroviejo, con música india y gente que busca libros. Gente no, personas. Una madre con dos bebés, un campesino que tras comprarse un libro iba a acudir a la manifestación por los viñedos...
Oiga, ¿tienen un libro de Rafael Juárez que se llama Para siempre y que se publicó en La Veleta? El hombre me mira. No me mira con cara de "de dónde ha salido ésta" porque ya me conoció en verano. Con tristeza me dice qué va, qué más quisiera yo, ya sabes que la Veleta... Sí, ya sé que Andrés Trapiello no reedita. Pues si no lo encuentro aquí, en ningún sitio... Sonríe y mira, ¡por si acaso!, en el ordenador. Un minuto. Aquí dice que hay un ejemplar. Todo se ilumina. Todo menos él, que tras buscarlo y encontrarlo, con un deje de pena comenta, casi no te lo vendo, me lo quedo yo.
Por favor...
Y te lo vas a llevar por once euros, canalla.
Tu tienda es la mejor del mundo entero.
En la calle hace frío. Cruzo dos calles, he quedado con mi tía Carmen en una esquina. No viene. Decido sentarme en un banco para abrir el poemario, no tenía tanta urgencia por leer un libro desde que compré En lugar del mundo. Empieza a caer un tímido sirimiri norteño, como pidiendo perdón porque llegue diciembre. Y yo consigo cerrar el libro, antes de que "aquella casa de habitaciones claras" se diluya entre las gotas.

miércoles, diciembre 05, 2007

A day in the life

un día en Pampaluna. Vuelvo y lo miro todo con ojos de extraterreste, como desde otro mundo. Todos me felicitan por haber depositado la tesis; quedo con Raquel Lázaro, con Anacó, Inés, Teresa, con mi prima Cecilia. En casa de Sonsoles me espera la botella de ginebra azul, pero al final del día sólo soy capaz de beberme dos vasos de leche caliente con Colacao, después de leer el artículo sobre Peter en el último NT. Curioso lo de Peter: cómo se metía en mi blog en los que eran sus últrimos meses de vida, y yo sin saberlo. Le gustaban los palíndromos, inventar palíndromos. Por ejemplo, "¡agur, oruga!" o "No son sirimiris, no son"...
A última hora me hace efecto el efferalgan, bueno, el mismo efecto que dos copas de ginebra, revivo y la borrachera es de aúpa. Me invento una nueva palabra: Chupitanga. Aún no sé lo que significa... nada indecente, espero. Se admiten sugerencias honrosas. Sons y Pegamoide brillan a mi lado, y en la pantalla del PC suenan, alternativamente, all i want for Christmas is you de la peli Love actually y Allí estaba tú, del amigo Onofre (quien lo quiera escuchar, que vaya al rincón de Pacoto y pinche en la sección música, y luego en "chocante"...) Un día glorioso en Pampaluna.

miércoles, noviembre 28, 2007

Adaldrida furiosa (o el poder de la mente)

Hace algunos años venía con mucha frecuencia a mi mente la imagen de un hombre con traje impecable, manos implacables y "mirar de fuego detenido". Sus ojos tenían un poder terrible, sonreían con seriedad. Con el tiempo se convirtió en un tema literario, lo que no tuve nunca ni tengo ni tendré. La imagen palidecía.
Ahora, ese hombre es para mí una prueba evidente de que la tentación se puede superar. Con tentación no me refiero a algún trato carnal que no fue nunca posible, sino a dejar de ser dueña de mis pensamientos. Un mundo paralelo en el que él y yo... Y la imaginación deja vía libre a los puntos suspensivos, y qué dulce es la cuesta por la que rodamos sin remedio.
Ante eso sólo vale la humildad de saberse frágil, de ejercitarse en movimientos de despego, maniobras de distracción. En ocasiones la única estrategia es olvidar que hay algo que olvidar. Lo dice Mai Meneses: "Si supieras cuánto tiempo gasto al día para no pensar en ti..." Ahora, cuando alguna amiga me confiesa que "no pudo evitarlo", sin juzgar a nadie soy yo la que no puedo evitar preguntarme, "¿de veras no pudiste?"

jueves, noviembre 22, 2007

La abuela María

Ahora que llega Diciembre y el Corte Inglés se apresura a forrar sus pasillos de alfombra roja, se levantan las voces de quienes aborrecen la Navidad. Tienen todo el derecho. Hablan de hipocresía, de consumismo. Yo no reniego del consumismo, precisamente porque no soy hipócrita. Si me entusiasma regalar y que me regalen, ¿para qué entonar lamentos jeremíacos? Y comprar, con moderación, pues también.
Por lo que no paso es por el momento fúnebre de quienes dicen: "cuando se ha perdido a alguien ya no es lo mismo..." Es como si sólo ellos hubieran sufrido ese tipo de pérdidas. A mí se me murieron de niña mi abuelo y mi bisabuelo, pero la infancia suele borrar esas heridas. Recuerdo a mis tías llorando. De mis dos abuelos recuerdo que eran perfectos caballeros. Mi abuelo se convertía en niño durante el mes de Diciembre, porque le volvían loco los niños y la Navidad. A mi bisabuelo le entusiasmaban los Álvarez Quintero y los musicales de Fred Astaire, como a mí.
Lo que sí ha sido una pérdida en toda regla, y duele, es lo de mi bisabuela. Murió hace dos años, tenía cien. Era dulce y firme, tenaz y muy lista. Le gustaba la política y la Bolsa. Le gustaba Rajoy y no le gustaba Arzallus. Se santiguaba antes de encender la tele, pero no dejaba de ver el telediario. Ni de leer el ABC, "doña María, que no es la Biblia", solía decirle el cura. Le gustaba rezar. Era ecléctica rezando. Fue de las Marías de los Sagrarios y de las Conferencias de San Vicente, y asistió a los círculos que imparte el Opus Dei. Todo le servía...
Le gustaba hablar conmigo. Se le encendían los ojos. Y a mí. Y también me decía aquello de "qué bien que siendo tan jovencita vayas a Misa todos los días, qué alegría me das" Y al oírlo, si llevaba yo digamos un tiempo despistada, decidía espabilarme. Sólo por verla sonreír.

miércoles, noviembre 21, 2007

El día D

¡Acabo de depositar la tesis! He depositado mi tesis, he terminado de leer la autobiografía de Chesterton y he comprado la barra Kisskiss de Guerlain en tono Cuivre ardent, y para celebrerlo todo, os cuelgo la lista D[e cosmética] ¡¡¡Viva la frivolité!!!

Los mejores productos de La Roche Posay:

Esta marca me encanta, tienen talco líquido (“Talcofluid”), tónicos hidratantes y cremas para todo tipo de pieles. Si dais con una farmacia que lo venda todo, mirar el expositor es una fiesta. Yo me lo paso casi tan bien como con Guerlain, Mac o Bourjois, mis otras marcas favoritas.
Me entusiasman sus productos de maquillaje, sobre todo el Fond de teint Unifiance fluid “alisado óptico”, y el corrector en tarrito (Unifiance Touch pro) que lo tapa todo, todo y todo. Es mágico, se funde con la piel por lo que puedes llevarlo en zonas estratégicas sin tener que añadir más pote encima, y está probado en pieles atópiocas y acneicas.
De cremitas me gusta sobre todo la Toleriane: hidratante, calmante, rica en agua termal, sin alcohol ni aceites, y los protectores solares. El agua termal de LRP es buenísimas, y cuentan maravillas de sus desmaquillantes.

domingo, noviembre 18, 2007

Conocerse

Hoy toca teología. O filosofía de la religión, no lo sé. El caso es que he pensado de pronto en cuánta gente fue educada en la fe católica y perdió esa fe a los dieciocho, veinte años. O dejaron de ir a Misa, sin más. Este domingo no, el siguiente tampoco.
Dejaron de creer por culpa de las monjas del colegio, que daban coscorrones, o por la dictadura franquista o por la parroquia más aburrida del mundo, o por pura pereza. O se enamoraron y de repente embarazo y boda de penalti. Y ese runrún de mesa camilla en sotto voce, de sacristía rancia, con prisas y el padre diciendo "la niña tiene que casarse". Y la murmuración. Todo culpa de los demás, todo culpa nuestra. Por esas rendijas se perdieron. Pero ahora, con cuarenta o cincuenta, recuerdan sus ocho años de rezos a la Virgen y mes de mayo en el colegio.
Pienso en mi caso, que es una historia al revés. Pienso en cómo antes de los catorce la Religión no era nada para mí. Es que no tenía conciencia de mí misma, y me creía buenísima e incapaz de toda maldad. Y esa incapacidad anulaba cualquier inquietud religiosa. Dios era para mí eso que mi madre me decía al pie de la cama, jesusito de qué sueño. Era la media hora más triste del domingo, cuando todo acababa. No había razón para oponerse, ni tampoco para pensar en ello más de dos minutos seguidos.
Tuve que meterme en un lío gordo para empezar a ver la realidad. Tuve que sacar cinco cates y congelarme de miedo y falsificar la firma de mis padres para, cuando todo fue descubierto, descubrir a mi vez que yo no "era" buena, que no lo sería nunca sin Dios a mi lado. Conocerse es saber lo que no tienes, lo que Dios te puede dar.

viernes, noviembre 16, 2007

Númenor reedita la obra poética de Carmelo Guillén Acosta

Menuda noche la de ayer. No estaba preparada yo para el ciclón emocional que se me venía encima. Ya dijo Beades que tras escuchar a Carmelo a uno le entraban ganas de hacer cosas buenas, qué peligro. Qué feliz propósito para un poeta, levantar los mejores deseos en el ánimo del oyente, y qué éxito si los cuentos de la lechera casan por una vez y le sale bien el invento, como aquí ocurre...
Carmelo ayer en el parque de Maria Luisa, en un pabellón iluminado entre palmeras nocturnas. Hablando del amor con ritmo insobornable, actuando con miradas y gestos y esas manos grandes que acompañan a la poesía, ¿por qué todos los poetas tienen manos bonitas? Manos de hombre. Hablando de ríos y cafeteras, y peines y móviles, y amigos y montañas.
Esto es poesía, y ayer nadie quedó incólume. Al principio del recital nos nombró a todos, como una lista poética interminable de amigos congregados al calor de sus palabras. Luego fueron saliendo los poemas de su boca, con el timbre de voz justo, propio de quien se mueve ante el público con toda naturalidad, de quien nombra las cosas con sencillez y certeza. La poesía, dice él, es cuestión de ritmo y amor. De las dos cosas hubo en esta noche, y ambas eran palpables, tangibles, reconocibles. Todos salimos con la misma herida. Ya nada volverá a ser lo mismo.
P. S.: Otro día cuelgo aquí un poema suyo, cuando obtenga su permiso.

lunes, noviembre 12, 2007

amenaza surmenage

La ciudad me parece que está hecha de espejismos. El paraíso está en la otra esquina, una esquina que se escapa. Cuando era niña creía llegar al paraíso cuando entraba en la tienda de juguetes más próxima: "si no os hacéis como niños..." Yo ahora no pido un otoño explendente, un calor dorado y atardecido ni una boina en los días de lluvia. Sólo pido que no se esconda el tiempo pintándome puertas de trampa y cartón: si dije esta semana, esta semana debe ser. Y de vez en cuando esconderme en este cuarto con chimenea, para poder decir tonterías hermosas sin rigor alguno.

jueves, noviembre 08, 2007

Sueños inocentes...


Hoy he soñado con la guardería a la que fui de niña: espacio imposible, porque lo derribaron hace tiempo. En el sueño se había convertido en una dependencia de la Junta, y caminaba yo por aburridas salas de funcionarios que sellaban carnets, diciendo "aquí me manché un dedo con pintura azul". El funcionario con cara de ratón y gafas redondas levantaba la vista, sorprendido. "Y aquí había un columpio blanco, porque ésto era el jardín".
De ese columpio nos caímos una vez. Era grande y de metal blanco forjado, con remates dorados en las esquina, y cabían unas cuatro personas. Pero nosotros éramos cuarenta, todos en tropel. Buscando cochinillas por el suelo lleno de barro. Olía a una mezcla de barro, vida submarina y pastelitos de la Pantera Rosa.
Y había también una escalera negra, de mármol: la teníamos que bajar a las cinco de la tarde para merendar tres onzas de chocolate con pan. Había carreras y tropezones, yo bailé por aquellos peldaños en sentido inverso. Dolían. Pero luego el chocolate sabía a cielo después del purgatorio. Con nueve años pensé en aquella tarde y me dije que el purgatorio era una escalera negra que había que bajar rodando, si luego querías chocolate: el purgatorio o la vida.

viernes, noviembre 02, 2007

Invierno

La música del reloj en la cocina es la música del invierno, de todos los inviernos.
En la cocina hay una mesa redonda con mantel de limones estampados, y una lámpara flota sobre la mesa, con una bombilla grande que refleja mi cara. Siempre que leo aquel poema de d´Ors que empieza diciendo “qué dicha no ser Basho” pienso en la bombilla grande de mi cocina, e imagino una escena de amor cotidiana entre fogones. Con las mejillas rojas por el humo.
En mi cocina hay también un radiador, que la convierte en el cuarto más apetecible del invierno. Allí traslado a veces mi PC y los folios en cuarto creciente de la tesis, y al oír el tic tac pienso en Machado y en el invierno. Pienso también en mis días de colegio, cuando llegaba a las seis y media con los deberes sin hacer. A las seis caía la noche a plomo sobre la cocina, sobre la taza de cola-cao y el libro de matemáticas esperando. Siempre era de noche cuando batallaba con los números, el sudor frío y la ausencia de sol.
De niña nunca escuchaba la música del reloj en las largas mañanas de verano, y el tiempo me parecía algo que sólo pertenecía al invierno.

martes, octubre 30, 2007

Mataharis

Ayer fui al cine Alameda para ver Mataharis, la nueva peli de Icíar Bollaín. Reconozco que no tuve estómago para tragarme su anterior trabajo, "te doy mis ojos", y que "flores de otro mundo" me dejó un poco fría. Sí, a mí me va el happy end, no puedo remediarlo. Que por lo menos nos engañe el cine. Lo mío es Shirley Maclaine, John Wayne y James Stewart. Los musicales de Fred Astaire. Y esas deliciosas comedias que recrean novelas de Jane Austen.
Pero algo está cambiando: ya me gustó bastante La vida secreta de las palabras, de Coixet, que es bien durita... Mataharis me ha entusiasmado. No había nadie en la sala, y mi madre dijo claro, es que la gente quiere evadirse, no verse retratada. No nos gusta que nos retraten, que pongan altavoz a nuestras caras tristes o a nuestros problemas. Pero ayer, viendo Mataharis, le di la razón a Alberto Fijo: el dolor es el que hace contraste, por él sabemos dónde están el placer y la alegría. También podemos pensar, como Amalia Bautista, que el dolor no cura nada. Pero eso sería en la realidad, en el cine al menos sirve de catársis.
Sorprende la naturalidad de las tres actrices, la ausencia de maniqueísmo, la cercanía. Bollaín respira frescura y buen hacer. Puede ocurrir (como a mí me sucede) que Diego Martín nos caiga en gracia, pero ésta no es una peli para lucir cuerpazo, para morirse por Colin Firth ni para arrellanarse cómodamente en el sillón esperando besos y surf en California. Y qué. Creo que la sesión de las seis de este sencillo lunes me ha hecho madurar, cinematográficamente hablando. Nunca es tarde...

sábado, octubre 27, 2007

La crónica


Todo empezó el viernes diecinueve de octubre. Otoño y Sevilla. Julio Martínez Mesanza y Miguel d´Ors llegaban a Santa Justa a la misma hora, catorce treinta. En la estación, Julio me dijo: "cuéntame cosas", y es el saludo más original que he recibido en mi vida. Ya en el coche Miguel desbarraba lúcidamente con sus sátiras, en plan tiro con arco. La comida tardía en mi casa fue una piñata rellena de fuegos artificiales, y para mí tuvo el aliciente de saber, paladear que tan sólo era el principio.
Leyó primero Miguel, poemas nuevos y poemas célebres. Le he oído en varias ocasiones y creo que no soy injusta si digo que no fue su mejor recital. Yo disfruté, cómo no hacerlo con tan grandísimo poeta, pero hubiera preferido escuchar otras piezas, tal vez...
Mesanza arrasó. Deben ser hechizos de la poesía épica. Pensé que crecía en cada poema hasta convertirse en un gigante que iba a destrozar mi corazón a fuerza de belleza. Supongo que con lo que acabo de decir no aclaro nada, porque lo he expuesto de manera muy subjetiva. Pero el Paraninfo estaba lleno, Toi disparaba flashes a traición y el indecible silencio avalaba mi pobre descripción de los hechos. Al bajar del estrado, Joaquín me dijo "tengo que devolverte el libro de Calderón... y los calcetines de tu padre".
Al día siguiente estaba hecha trizas. "I go to pieces..." Y me costó recuperarme. El viernes veintiséis recogí, a las seis y media de la tarde, a Amalia Bautista, luego vi en el hotel a Enrique. Leyó primero Amalia, poemas tristísimos y hermosos como enigmas. Con Amalia me ocurre algo singular: leyéndola me siento acongojada, y hablando con ella ¡me divierto tanto...! Me emocionó "El puente", y yo estaba a su derecha, sentada en el sillón rojo como de Reyes Magos, "musa de los cafetines", dijo Beades, y no podía llorar.
Por último Enrique volvió a cautivarme con poemas de droga dura. Porque en Casa propia hay droga dura. Le descabalé pidiéndole que recitase "las moradas", destruyendo un orden difícilmente construído, ya me perdonará. El poeta tiene que hacer que los oyentes perdamos pie, y si él lo pierde también en el viaje, mucho mejor.
Llevaba una corbata con vacas diminutas estampadas, en mi honor. Y en el de Carlos, y en el de Nodisparenalpianista, le recordé.
Ahora ha terminado todo, pero todo comienza. Pronto llegará noviembre.

P.S.: La fotografía es de Toi.

viernes, octubre 26, 2007

El milagro


Una vez subí al castelo de Säo Jorge. Recuerdo mi cansancio, y que pensé que Lisboa era una ciudad de piedra. Y que me gustaban los castillos, pero eso ya lo sabía antes de ir. También pensé que la lluvia fina era la mejor banda sonora del mundo. Al bajar, la lluvia había fermentado la tierra que olía a primer día de la creación, pero sentí vértigo. Y no había ninguna mano amiga a la que acogerme. En el bolsillo tenía un rosario que había comprado en Fátima: apreté el puño muy fuerte mientras decía: "Madre, voy de tu mano". Y me di cuenta de que nunca, nunca hasta entonces había rezado a la Virgen. Y supe que no me caería, porque el primer deseo siempre se cumple.

lunes, octubre 22, 2007

Solución: alquimia

A veces pienso que el mundo de la cosmética no es práctico. Los cosmetólogos deben creer que toda piel sensible es además seca, o que para combatir granitos necesitan usar una fórmula agresiva... Todo está muy bien ordenado en los expositores de Lancome, Clinique, los tarritos de cristal brillando, tentadores; todo impoluto, sí. Pero cuántas mujeres no encuentran lo que buscaban. Quizás es que queremos en un solo frasco todo, y las marcas no hacen otra cosa que sacar al mercado sérums, prebases y precorrectores.
La buena noticia es que la poca flexibilidad de la cosmética excita nuestra imaginación. ¿Has encontrado la hidratante ideal pero no tiene spf? Pues, en vez de embadurnarte la cara dos veces por mañana puedes mezclar en el dorso de la mano una gotita de ésto con un poco de lo otro, trabajarlo, crear una buena textura y voilâ! ha nacido una estrella. Si tienes rojeces y granitos a la par, te sugiero que combines una nuez de gel de aloe vera de Fridda Dorch con un botón de Pura A de Garnier.
Así, lo primero que una madre debería decirle a su hija nada más cumplir los dieciséis es: "hija mía, la crema perfecta no existe. Mezcla, inventa, explota tu imaginación". Y uno de los deberes de cualquier chica debería ser convertir su cuarto de baño en un laboratorio, un lugar para la alquimia.

martes, octubre 16, 2007

El ataque de los CBRs

En mi época, el mundo se dividía en dos: pijos y canis.
Eras lo uno o eras lo otro, y si no eras nada de eso te tenían por raro, mucho más que ahora, si dices que vas a misa. En aquellos años todas íbamos a misa, a remolque de nuestros padres, aunque unas se quejaban más que otras. Se veía bastante claro quién "lo dejaría" antes de llegar a Cou, y luego estaban todos esos debates de si besar era pecado y hasta qué punto y hasta dónde podían llegar las manos para poder comulgar tranquilas el domingo. Eso las que querían comulgar.
Las pijas compraban en Globe y en Benneton y criticaban duramente los almacenes C&a. Y gritaban de horror si veían un chico en chándal y calcetines blancos: lo de los calcetines era definitivo. Algunas llamaban a sus portadores CBR, "calcetín blanco reluciente", y huían o se mofaban de ellos. O las dos cosas a la vez: un CBR, por el solo hecho de serlo, quedaba descalificado como candidato a novio.
Creo que lo que separa mi adolescencia de mi primera juventud es el hecho de que, si en aquélla escuché mil diatribas contra los canis, en ésta tuve que soportar dos mil diatribas contra los pijos. Comenzó con la facultad: cambió el mundo que me rodeaba y cambiaron las claves para transitarlo. Me vi invadida por los cebeerres y vi que no era tan trágico. Eso durante la primera semana, porque ya en la segunda descubrí que sus prejuicios eran aún más feroces que los de las compradoras de polos Ralph Laurent.
Yo nunca conseguí llegar a la categoría de pija, quizás porque la ropa me importaba bien poco. Desde luego no era cani, por mucho que en verano coqueteara con los vestidos hippies y los collares largos. Que luego se convirtieron en icono pijo. Yo no era nada, como me dijo alguna. Y me sentía bastante a gusto flotando en mi ingravidez, mezclando ropa de Naf Naf con pañuelos de mercadillo.

L´Oreal

Hace algún tiempo Benita me preguntó en un comentario por la marca L´Oreal. Entonces me callé, porque mi historia con esta firma es una larga película de encuentros y desencuentros. Ahora que estoy realmente fascinada por lo último que ha sacado al mercado, vuelvo sobre el tema.
Yo suelo juzgar una marca de cosmética por sus bases de maquillaje, no puedo evitarlo: me es muy difícil pasar por alto un pote indeseable, por mucho que la modelo de turno sonría en la tele y diga "porque yo lo valgo"... ¿Porque tú lo vales te salen granos en las mejillas cuando usas el producto milagro? ¡Pues vaya gaita! Un producto no es bueno porque haga salir estrellas de tu piel, si los resultados no se mantienen a medio o largo plazo. Y, sinceramente, ninguno de los fonds de teint de esta casa me convencen mucho. Para eso Biotherm: me lo dijo Sonsoles y no lo creí, pero ahora lo creo.
Pero no sólo de base vivimos las mujeres, y LÓreal tiene muy buenas barras de labios, coloretes increíbles (probad el blush delicieux en tono apricot rose...) y sombras que funcionan bastante bien. Y ha salido toda una gama de desmaquillantes que, cuando la pruebas, te das cuenta de que lo que usabas antes era pura agua; agua irritante, que es lo peor.
¿Cuál es el balance final? A mí me escama tanto marketing, cuando las pestañas que llevaba Penélope en el anuncio de la super máscara eran postizas, ¡qué bochorno! Para el precio de la marca (que ya no es tan económico) yo tiro sin contemplaciones para el stan de Bourjois, que tiene envases originales de aire vintage. Para darme un capricho caro, Guerlain. Y para comprar una base de maquillaje, daré tres opciones: Colorstay de Revlon (¡esta marca es calidad!), Cool matte de Rimmel (barato y efectivo), y mi preferida, Sense matte Biotherm, que se acerca peligrosamente a la perfección...

miércoles, octubre 10, 2007

TODO DEBERÍA SER AZUL


Todo debería ser azul. Ni el agua ni el cielo son azules, nos lo imaginamos azules. El color azul es entonces una entelequia, una quimera, una sombra que todos perseguimos... El agua es transparente, el cielo es negro. Y, sin embargo, todo es verdad: en algunas ilustraciones de cuento, la luna es azul.
Hay muchas clases de azul. Está el brillante casi malva de las farolas en verano, a las diez y media de la noche. La noche soleada de julio. La luz de la tarde noche, que siempre es misterio. Está el azul raro y lechoso del dénim lavado, el oscuro de uniforme y todos los matices de turquesas y verdes mar. El verde mar es azul. Hay el azul agua, el azul lavanda, el añil, el cobalto. El lapislázuli. El príncipe azul. El "baby, why are you blue?" Y el true blue de Madonna, que es un grito de alegría. Y Rubén Darío. Y José Pérez Olivares. Y uno de los libros que más me gustan de Miguel dÓrs es azul. Y, por supuesto, el carmín que mejor sienta a las pieles claras es el que tiene una base de azul.

viernes, octubre 05, 2007

Lo que no me gusta nada

Benita me pasa un meme, y me pide que proteste. Así, protestar, en cuatro o cinco puntos que no me gustan nada. Esto es todo un privilegio, aunque normalmente no me guste nada protestar. Vamos a ver:
1. No me gusta que ninguna marca de cosmética, barata o cara, haya dado con la clave de la base de maquillaje ideal, aquella que sea oil free, libre de alcohol y perfume, ligera pero cubriente, que no me haga brillar como una bombilla y que tenga un color bonito, ni muy claro ni muy oscuro.
2. No me gusta que el colorete de Sisley sea tan caro, y las barras Kisskiss superen los veinte euros... ¡Y tampoco que Bourjois haya retirado sus lápices de labios "pour la vie"! (Concretamente el tono "peche juteuse".)
3. Sigue sin gustarme el aborto ni el clantaje terrorista, pero cada vez me gusta más el color rojo.
4. No me gustan los que van en contra de algo como un todo: en contra, por ejemplo, de los pijos, de los rojos, del Opus Dei. No me gusta el pensamiento anti, ni las críticas masivas o los deprimidos forever.

Paso el meme a Carlos RM, a Nodisparenalpianista y a Batiscafo. (Y a Toi, y a EGM, y al gran Beades...)