lunes, diciembre 24, 2012

¡Feliz Navidad!

Así luce la calle Portales de mi nueva ciudad, Logroño. Ayer la niebla hacía que las luces encendidas brillaran aún más. Luz de Luz.


C/Portales (Logroño)



Os deseo Feliz Navidad con esta imagen, y con un par de haikus navideños que deprisa y corriendo he decidido pergeñar:


Los Reyes Magos
somos nosotros (cuando
queremos serlo.)

Hay angelitos
tocando la trompeta
sobre nosotros.

No es niñería
jugar a las casitas
con este Niño.

domingo, diciembre 16, 2012

Un poema de "La llave dorada"

...Lo leí ante jurado y público ayer, al conseguir un accésit del Adonáis, por lo que considero justo ofrecerlo también aquí:



LA ATRACCIÓN DE LA PIEDRA IMÁN

Un segundo tan solo y para siempre,
lo nunca visto, lo que brilla oscuro,
secreto, tan sin nombre de llamarlo,
y deslumbrante hiere, y no se marcha.

Basta un tenue segundo
de sol incandescente y doloroso
para encender el mundo, puro incendio. 

Ese dardo feroz y luminoso
es lo que mueve el mundo de un poeta.

Un segundo que puede corromperte
o llenarte de lluvia soleada:
lo mismo que te abisma te da a luz.


El libro saldrá a la luz en Marzo.
Gracias, de todo corazón, a Pablo Moreno, a Fidel Villegas, al gran Beades y a Miguel d´Ors, que leyeron o escucharon poemas del libro antes que nadie y me alentaron y ayudaron a mejorar.

viernes, noviembre 30, 2012

Tuitear o no tuitear... esa no era mi cuestión (y ahora sí lo es)

Señores, me he hecho un twitter.

Nunca pensé en abrirme una cuenta. Amanecí esta mañana sin tener idea de hacerlo, como siempre. Ya se sabe: Adaldrida: ni facebook ni Twitter. Con dos blogs (y uno de ellos mediopensionista) va más que aviada. No tiene tiempo. Ni entusiasmo, que es lo peor, porque no ha buceado aún en todo ese planeta ignorado.
¿Facebook? ¿para qué? No voy a fiestas molonas para enseñar ni querría enseñarlas tampoco. Voy a recitales, voy al teatro, voy a la calle Laurel con amigos o sola, trabajo en la Universidad Internacional de la Rioja, navego en mi bañera, compro la revista In Style, leo a Jane Austen y al Cardenal Newman, releo No hay burlas con el amor de Calderón, voy a Sephora y a Bodybel, me pierdo en la Perfumería Muro, me sumerjo en la librería Castroviejo. Veo El ala oeste de la casa blanca en el cañón de mi casa y sufro (o disfruto) partidos del Athletic de Bilbao en el bar de mi calle. Todo eso lo puedo decir y lo digo en mi blog, ¿para qué más?

Pero hoy he asistido al Congreso Cites 2012 organizado por mi Universidad. Y José Luis Orihuela me ha convencido. Orihuela es un encantador de serpientes. Orihuela dice que la vida virtual es vida real. Que ya está bien de decir al hijo adolescente. "baja de la burbuja, vuelve al mundo real". Que ese lenguaje ya no funciona porque esto no es una moda pasajera, sino el habitat real de muchísimos jóvenes (y no tan jóvenes)
Que la red comunica a personas, y no hay nada más auténtico que eso. Que el mundo virtual y el mundo físico pertenecen, ambos, a la maravillosa realidad. Y que esa realidad fluye de un medio a otro constantemente: que hoy pueden dejarte por "wassap" y tus lágrimas salpicarán el smartphone.

Orihuela habla de personas. Boronat, el ponente anterior, también lo hizo. Y mientras hablaban, en mi mente iba surgiendo la idea. 140 caracteres. Todo un reto para un poeta. Si no me da la vida, lo cierro. O lo dejo volando por estos mundos virtuales, digo reales. Total, a nadie dejaría colgado, porque mal que bien pienso seguir con mis blogs.

Me han cautivado. Y en la realidad de Twitter soy @adaldrida.

jueves, noviembre 22, 2012

Romance del día feroz

Dedico este post a Diana... y pido perdón por el retraso. Vuelvo.


Las jornadas laborales son únicas: liebres tras una esquina. Cada una con su propio desafío y sorpresa. La rutina es ritual, camino que te lleva de la mano. Pero a veces hay días como túneles. Los atraviesas y ves la luz. Y si el túnel se alarga, de una isla a otra isla, se va alejando la luz azul y la tienes que inventar.
Ayer la mañana parecía un páramo, un desierto de papeles que se amontonaban encima de mi mesa de trabajo. Por eso se me ocurrió un poemilla tonto, para conjurar el día feroz, para distraer al lobo y que me enseñara el atajo breve, pero el de verdad:

Quiero ir a mi casita
y meterme en mi camita
taparme con la mantita
para hundir mi cabecita
en la feliz almohadita,
¡que venga mi mamaíta
para darme la manita!

Toda esta salmodia fue coronada con risas por parte de mis compañeros de isla, que bautizaron la broma poética como "romance del día feroz". Yo protestaba, esto no es un romance, tendría que rimar en libre a, además no rima, solo acaba todo en diminutivo, y eso no vale, es trampa... Pero en medio de mi argumentatio, y a punto de emprender otro túnel de papeles, caí en la cuenta de que todo eran octosílabos...
Más que romance era conjuro, porque conseguí acabar todo lo que me había propuesto y el día de hoy ha sido azul, radiante, repleto de trabajo, sí, pero trabajo soleado.
Es la felicidad del lunes o del jueves: terminar la jornada "radiantes de cansancio".

miércoles, octubre 31, 2012

Luz de Luz

He escrito un poema.

Había decidido no publicar poemas en el blog mientras no terminara mi cuarto poemario, "La llave dorada"... pero como ya lo he acabado y Don Enrique Monasterio me pedía un poema, que ha publicado en su blog, lo subo yo también.
Normalmente, cuando un libro se termina de escribir, el autor "se queda seco", y tarda en coger de nuevo la pluma un cierto tiempo prudencial, al menos a mí solía ocurrirme eso. Pero este poema me ha salido del tirón, por lo que mi primer arrebato ha sido desconfiar, pensar que no es bueno.

De cualquier modo, como Don Henry lo ha publicado, ya no tiene remedio: aquí os lo dejo. Intenta "circular" en torno a ese precioso versículo del Credo: Dios de Dios, Luz de Luz.



Luz de Luz

Debajo del paraguas y a través

de la lluvia que lanzas con mesura

solo veo tu Luz: la más barroca

y la más despeinada, la sublime

y diminuta luz brillando sola

en una catedral, y en el supermercado

esa luz que me trae el pan contigo."

miércoles, octubre 24, 2012

Loca por Dani Martín



Lo reconozco: estoy atrapada.
Cada noche enciendo la radio aguardando a que cadena Cien sepa recompensar mi amor callado y rendido con alguna de sus canciones. A las ocho de la mañana, dando tumbos por el pasillo, suena en la cocina "Peter Pan" y mi día se enciende. Cuando deambulo en circuito cerrado es muy probable que esté paladeando "Son sueños", una y otra vez.
ya lo dijo Amalia Bautista en ese programa de Radio Clásica, los poetas tenemos un punto obsesivo. Amores o sanas obsesiones, ¿qué más da? Desde los primeros acordes me electriza y me calma al mismo tiempo, me hace soñar, me lleva de la mano a mi niñez o a ese momento en el que me sentí deslumbrada...

Me sirve hasta para rezar. Voy por la calle a primera hora rumbo a la iglesia más cercana y canto en voz baja o media, según tenga el día, "La suerte de mi vida".  Es una de esas canciones que se pueden volver fácilmente a lo divino, como los antiguos poemas pastoriles: "¿qué has visto en mí, que me regalas tu Verdad y tu Cielo, que en esta vida ya no quiero otros besos, y cada día Tú me das tu total?"

Pero pero pero... me pregunta Teresa, ¿cómo te puede gustar tanto? ¡A mí me parece un macarra!
Y yo respondo: Quítale los tatuajes y te quedas con sus canciones, son pura lírica.
Y ella me mira con esos ojos que dicen: como si fuera tan fácil quitarle los tatuajes a un hombre...

sábado, octubre 20, 2012

Poesía y maquillaje: mi vida cotidiana

Una oficina posee praderas, un páramo de mesas blancas y radiantes repletas de ordenadores, teléfonos, papelotes... y cajones.




Hace unos días entreabrí el primer cajón de mi mesa de trabajo y mi compañero, Álvaro, se quedó estupefacto:

-¡Hala, si tienes allí todo un Sephora!

Unos grandes almacenes encerrados en un cajón. La mente femenina se dispersa en una cantidad fatídica de acasos calderonianos: Y si como fuera, necesito un cepillo y pasta de dientes, y si no suena el despertador y tengo que correr hacia el idílico oasis, ¡sin pintar! Horreur y paveur, necesito una polvera y colorete cuanto menos. ¿Y si me despeino? Necesito un peine... y colonia porque ocho horas son ocho horas metafísicas pero muy concretas al mismo tiempo... Y así, sutil y sinuosamente (o sea, de un modo femenino), el tímido depillo de dientes de transforma en una sucursal de la perfumería del Corte Inglés.

Y al abrir el cajón segundo...



Se desbordaban los poemarios y antologías que utilicé hace un par de semanas para rematar un artículo sobre poesía publicada en Sevilla en los últimos años y así anecarme algún día...
Álvaro contempla atónito la visión y exclama:

-¡Y en el segundo cajón, guardas toda una libería!

Sephora y Castroviejo en mi mesa de trabajo... ¿será un símbolo?

domingo, octubre 14, 2012

¿Literatura o historia?

He pasado el puente del Pilar en Haro, con mi abuela, mis tías y mi primo Rodrigo, que tiene dieciséis años y en un día no muy lejano revolucionará el mundo de la informática, porque ya en primero de bachillerato ha creado un buscador para su profe de matemáticas...




Caminando por la zona vieja de la ciudad hemos encontrado esta placita enmarcada por un arco de piedra levemente ojival. Y, volviendo ya a casa, excavada en la piedra sonriente, esta hornacina, que guardaba una virgencita a la que he bautizado como Virgen de la Literatura:






- Odio la literatura, susurraba Rodrigo pensando que no podía escucharle. Le miré y se sonrojó:
- Bueno... solo un poco: solo a los autores.
(Risas por mi parte. Más azoramiento.)
- Eeeeh a los poetas no, a los autores que vienen en mi libro. Es que son muuuchos y hay que estudiar el nombre de toooodas sus obras...
Ahora la que se pone roja soy yo, pero de ira.
- Claro... no hay derecho... ¡os explican la Literatura como si fuera Historia!
- ¡Hombre, si me comprendes!, se sorprende él.

Luego me cuenta que ahora se ha puesto de moda en su clase hablar todas las frases con el verbo al final. Yo le digo que, entonces, hablan como en la Roma clásica. Cierto es, me responde: Joven soy. Y participios, muchos participios al principio de la oración. Todo el camino de vuelta hemos ido desgranado la jerga nueva:

- Suspendido me han.
- Asombrado me has.
- Aborrecido la han.
- Suplicado le he.
- Idolotrado la han.

Al llegar a casa, le digo que estos juegos son literatura, y no la lista completa de novias que tuvo Lope de Vega. Respira aliviado.

miércoles, octubre 10, 2012

Poemails

Este es un inefable vocablo que ha inventado hoy el poeta portugués Fernando Do Vale. Hemos cruzado varios mails (o emails) hablando de poesía, intercambiando poemas, corrigiéndonos y admirándonos, como hacíamos cuando yo vivía en Sevilla... Han sido días de reconcentración poética en pocas palabras y con archivos adjuntos..., en lo que Fernando ha bautizado también como "nuestros encuentros de otoño digitales".
Nadie diga que es frío el correo electrónico, si no son frías las palabras que navegan por él. Las palabras son chimeneas, y hasta una chimenea puede plegarse como un sobre y mandarse por correo electrónico. ¿Por qué, si no, podemos llamarle al diálogo cibernético "fuego cruzado"?

jueves, octubre 04, 2012

Cosas que debes hacer en sevilla


Vas a pasar unos días en Sevilla, y me preguntas...
 
Te aconsejo que entres a los reales Alcázares, que te tomes tu tiempo para mirarlos y pasearlos y, cuando creas que ya no hay más, pidas un café en su cafetería que tiene terraza y te empapes de la visión tras los arcos de estuco.
Y que visites la Capilla de San José, en plena calle Sierpes, dejándote sorprender por la calma divina envuelta en el mejor arte barroco.
Y la placita de Santa Marta junto a la catedral, con tres naranjitos inolvidables en los que aún resuena el memorable haiku de Pablo Buentes:
 
"En Santa Marta
un triunvirato mágico:
tú, yo y el viento".

Y que por la noche vayas a tomar unas copas a la terraza del Hotel Doña María, junto a la catedral, y te llenes los ojos de la contemplación de la Giralda iluminada.
Y que comas de tapitas en la Antigua Abacería de San Lorenzo en la calle santa Rosa (En El Porvenir), que es como un colmado antiguo y tiene chacinas que son obras de arte.
Y que vayas a la librería Beta de la Calle Sierpes, que está situada en un antiguo teatro y la poesía está colocada en pleno escenario.
Y que vayas de tiendas a la calle Amor de Dios, a comprar discos de vinilo, espejos y máscaras. Y en esa calle, no dejes de ir a la tienda Isbilia, de comprarte un anillo recordándome.


(Este post está dedicado a Pilar, de Secondo me, y copiado casi literalmente de un mail que le mandé)

domingo, septiembre 30, 2012

Ganas de Adviento

Este es mi trimestre favorito, porque comienza en verano y acaba en navidad. Quiero creer que Dios es bromista y un gran hacedor de metáforas, y ha creado este trimestre como un trasunto de esta vida, que empieza con algo bueno y termina con algo aún mejor.
Las ganas de navidad nacen aún antes de que se engalane de rojo y oro (o de azul y plata) el Corte Inglés. Cada persona tiene su termómetro, aunque por nuestra estabilidad emocional es mejor que no salten las alarmas hasta, al menos, el puente de Todos los Santos.
Hoy he sentido levantarse dentro de mí, no las ganas de navidad, es pronto aún, sino las ganas de Adviento. Con la edad provecta vas aprendiendo que la espera es casi mejor que lo esperado, y añoro esos últimos días de noviembre en los que quiero ser ya y todavía no soy. Eso que de niña despreciaba. Los últimos días antes del gran viaje.

Mientras tanto, termino un artículo, acabo un poemario, comienzo nueva asignatura, aguardo la feria del libro antiguo, preparo fin de semana en Sevilla, escucho a Javi Nieves, me enamoro un poco más de mi universidad, saco las botas grises del armario, releo a Lope de Vega  y descubro a William Blake.

martes, septiembre 25, 2012

Madrid, ciudad de vacaciones

Regreso por enésima vez a Madrid... y a este blog.
Ahora que Don Henry me enlaza y vuelva hablar de mi poemario (ése que estoy a punto de terminar), siento remordimientos  por dejar este rincón con chimenea tan abandonado...
Para abrir boca, un pequeño texto sobre Madrid que he escrito este fin de semana. Yo no vivo en Madrid. Por eso, para mí, Madrid será siempre ciudad de vacaciones.


MADRID, CIUDAD DE VACACIONES

Madrid es amigos, es museos, es librerías, es siempre fin de semana.
Madrid es la poeta Amalia Bautista y sus hijas, Madrid es una mesa con pastas en una distinguida casa de alguna de mis tías-bisabuelas. Madrid es Jaime García-Máiquez enseñándonos El Prado, orgulloso, como si lo hubiese construido con sus dos manos poderosas.
Madrid es Franc Delgado, maquillándome en el corner Nars de Goya. Madrid es Kitty descubriendo conmigo las olorosas bombas de baño de Lush. Madrid es Koizumi en la calle Fuencarral, con bolsas y lluvia. Madrid es Mónica encandilándome con el tornasol del colorete Luster de Nars.
Madrid es enamorarme de Calderón de la Barca, de una vez y para siempre, viendo una comedia dirigida por Rafael Pérez Sierra a la tierna edad de dieciocho años. Salir del teatro diciendo "quiero hacer una tesis sobre esta maravilla", y quince años más tarde haberla publicado.
Madrid es Cantaloupe almorzando conmigo en la cafetería Avantys de General Pardiñas un viernes de cuaresma... entremés de bonito.

lunes, septiembre 03, 2012

Vino blanco de Muga

Vino blanco de Muga: una copa chispeante. De color oro pálido, muy pálido. Sin burbujas, que no es champán. Si fuera champán picaría en la garganta, y Kim Bassinger le podría decir al japonés ese de las geishas que es pis de caballo, y vaya jaleo se armaría. Y sin Bruce Willis para reconducir la situación, muy mal.

De pequeña me gustaba Bruce Willis, porque sonreía con los ojos. Mi prima y yo veíamos La jungla de cristal. Éramos adolescentes, nos pintábamos los labios de naranja neón mate. Y mi prima me dijo: cuánto más andrajoso está, más me gusta. Yo ya apuntaba maneras, me gustaba Danny el padre de Padres forzosos que se peinaba bien el pelo y sonreía, y olía a after shave cítrico, seguro. Y me encandilaban, ya, tan pronto, los trajes de corbata, esos que no le gustan nada al creador de Cobi, que en cambio admite sin rebozos que usa chaquetas de mujer. Están locos estos creativos, o yo he bebido ya la copa entera de Muga.

Pero Bruce era diferente. Perseguido por los malos, atronando cristales. La frente chamuscada, la sonrisa errante, los ojos oscurecidos por el coraje. Que sí, que también los omoplatos brillantes de sudor, la corbata transfigurada en tirachinas. Sí, señor, cuánto más guarrete más nos gustaba. Porque era como Superman. Y al final de la película volvía con su mujer, ansiosa de nuevo por lucir su apellido, y le compraría muchos armanis oscuros, ¡seguro! Pero la cara tiznada en medio de la película era la piedra angular para rendir de nuevo a su mujer. Lo importante no es el éxito, sino las manos ensangrentadas y la frente sudorosa del hombre que ha luchado para vencer: un refrán de la época de mi madre, como de fuegos de campamento. Ya he hallado la inspiración recóndita, y el quid de nuestro embobamiento. Eso, y que era Bruce Willis.
Se me ha terminado la copa de vino Muga.

viernes, agosto 31, 2012

Crónica de un verano prodigioso

Hoy quiero despedirme de agosto regresando a este blog con tres fotografías que disparé sobre nuestra finca en Maestu, en una inmensa tarde de verano que parecía no tener fin:




En Maestu ha hecho calor de fruta madura, con aire fresco y sol profundo. He mordido ciruelas y moras silvestres. He cenado chuletas asadas como Obélix, y he escrito un poemita que, como no va a formar parte de mi futuro libro, publico aquí:



OBÉLIX VUELVE A COMER JABALÍ
                                                                       A Marita, Maite y Juan
 
Esta noche me siento como Obélix,
feliz junto a las brasas encendidas

de olores animales y humo denso.

Hay un bardo que desbocado canta,
sin freno que lo ate bajo un árbol.
Como Obélix empuño la barbarie
en forma de chuleta entre mis manos,
como Obélix me siento junto al fuego
feliz tras culminar un largo viaje.







He recorrido el camino encantado de Leorza, su túnel vegetal, su lecho de rocas verdes... y he leído en la hierba, debajo de los árboles, Carta de una desconocida y alguna que otra novelita de Agatha Christie en mi nuevo E-book, regalo de mi padre.
También cayeron en mis manos libros de verdad, con su papel temblando entre sombras verdeazules: Los niños, de Edith Wharton, un clásico que compré en Castroviejo antes de marchar y que me ha embrujado, y Al pie de la letra, poemario que me envió su autor, el sevillano Víctor Jiménez, y que me ha arrancado alguna carcajada lírica.




Y me bañé en el río, antes de la cascada, en una tarde de fuego. Me bañé y ahora soy distinta.

jueves, agosto 16, 2012

Un trocito del Agosto clandestino: crónica del recital en Rodezno (La Rioja.)


Cuantísimas gracias debo dar a la buena gente de La Rioja que me ha abierto sus puertas a tan solo año y medio de ser forastera en esta tierra que ahora es la mía, que ahora siento tan mía. 
Sí, como dijo el poeta Joaquín Antonio Peñalosa y luego repitió Miguel d´Ors toda una vida no basta para pedir perdón, aún menos basta toda una vida para agradecer todo lo que en ella se nos ha regalado.

Esto ha sido así en mi trabajo, esto siempre fue así en mi familia, pero ha significado la revolución inesperada en la vida cultural de la capital riojana que, como decía hace casi un mes ante unos oídos atónitos y nada crédulos, es impresionante.

Primero fue Carlos Villar invitándome a colaborar en la prestigiosa revista Fábula (gracias, en parte, al genial Manuel Prendes.) Luego, Paulino Lorenzo llamándome a recitar en la mítica Jornada de Poesía en Español, un punto neurálgico de la poesía riojana. Tercera escala, Diego Marín, crítico de la seción de Cultura en el diario La Rioja, llevándome al taller de Arnedo donde tanto aprendí de mi emocionante público.

El último regalo ha sido verme en el centro del huracán del Agosto clandestino. Poetas inquietos, eficaces, con ganas de hacer cosas sin ánimo de lucro, poetas muy en la vanguardia pero que saben cocinar versos con trabajo y música interior, como se ha hecho siempre. A la fiesta que supuso verme envuelta en el viaje a Bilbao en el día de Blas de Otero, coche oficial inclusive, para recitar en el Ercilla y volver a casa a altas horas, cuando cualquier mujer honesta duerme, siguió una inolvidable velada en Rodezno.

Los poetas del Agosto clandestino siempre organizan recitales en pueblos de La Rioja, con poetas de la tierra, en un "tomarle el pulso" a qué se está escribiendo últimamente entre viñedos... por eso me emocionó particularmente esta invitación.



El poeta Enrique Cabezón recitando, antes de mí- fotografía: Sonia San Román

Rodezno es un pueblo riojano que cuenta con un restaurante donde la comida es pura poesía: Casa Paco.Si alguna vez recalas en esa buena casa, te recomiendo la carne en cualquiera de sus variedades y, de postre, leche asada. Fue el dueño del restaurante el que nos invitó a recitar en su patria chica, prometiéndonos una colosal cena gratis como pago, las monedas del juglar. Aún recuerdo a Enrique cabezón, mascullando entre croqueta y jamón ibérico "nunca cuatro poemas nos habían rendido tanto..."

Me emocionó lo concurrido que estuvo el acto: cincuenta personas sencillas y con ganas de escuchar poesía nos aguardaban, abarrotando el salón del edificio de usos múltiples.
Recitaron varios buenos poetas, entre ellos Adrián Pérez, el poeta pastor. Enrique Cabezón y Carmen Beltrán, magníficos poetas y pareja (ahora tocaría decir "en la vida real"),  trajeron a su hija, un bebé de meses, y se turnaron en la mesa: él leyó mientras ella daba discretamente el pecho, ella leyó mientras él intentaba que la hija durmiera tras el banquete...

Os dejo, en primicia, un poema inédito que me ha ofrecido la poeta Sonia San Román. "Mi bebé suerme y yo, como una tonta, escribo versos", me confesó. Es una de las inspiraciones más puras que han existido.

Me dedico a vivir
y a rescatar cuadernos
mientras duermes ese sueño ligero
de los niños que nacen viejos
por culpa del pensar inquieto
de sus madres.
Mis ojos venosos y cansados
piensan en ventilarte el mundo
para que entre el fresco
en la vida que te espera.
Y el mundo apesta a bolas
de alcanfor, a cerrado,
a humedad de siglos
y a polvo hecho lodo
en los cajones.
Mis dedos laten insomnes
mientras arañan briznas de sol
que regalarte.
Luz que calme la humedad
reseca de los días caducos.
Brillo que limpie el polvo
injusto de los adultos
inútiles y soberbios.
Quiero para ti los elementos.
La base que hace a la carne carne
y al ojo ojo
para que no te engañen,
para que sepas distinguir
palabras y piedras
y lances ambas
contra el telón del mundo.
Eso quiero. Eso te quiero.
Mientras tanto
pides leche.

Sonia San Román

sábado, julio 28, 2012

Todo un curso viviendo sola: lo que me gusta de tener casa propia


Los visillos blancos ondeando, bailando con ráfagas de luz. Ausencia de persianas. El orden y el caos.

El cielo escarchado de Logroño...
Disparé esta foto el día que ganamos la Eurocopa


Andar descalza por la casa, por toda la casa, sabiendo que no se ha roto ningún vaso de cristal en la cocina y que mis pies desnudos pueden tambien hollar lo que antes solía ser territorio proscrito.
Mi cama de matrimonio solitario como una extensa pradera, metro y medio de funda nórdica. Caer rendida y rodeada de revistas y poemarios, a una hora indecente. Amanecer con la luz del sol y de la radio.
Buenos días Javi Nieves. Las cien y una noches. Ruido de radio en la cocina, la lámpara encendida en la entrada y esa sensación de no vivir sola, sino con toda la plantilla de Cadena Cien, y con Dani Martín cuando canta "Son sueños", y  con Luis Fonsi que me recuerda que él no se da por vencido... Y, los fines de semana, cambiar a Radio Clásica y vivir junto a Bach.

Haber contratado a una mujer rumana para que limpie mi casa, sentirme un poco princesa para, momentos después, sentir que estoy generando un mini puesto de trabajo en esta España nuestra, y que gasté una mañana entera en las dependencias de la Seguridad Social y salí victoriosa.
Comprobar que Mercadona no es solo una sección de perfumerías. Comprobar que me gusta más Mercadona que Carrefour. Comprobar que la fruta, los tomates, el jamón york y el membrillo casero no me gusta comprarlos ni en Mercadona ni en Carrefour , sino en una diminuta frutería de la calle San Antón.

Mis amigas de la Unir fumando en el balcón. Mi primo Rodrigo y yo mirando vídeos de youtube, gigantes, en la pared del cuarto de estar. Películas y películas.
Vecinos que saludan. Simpáticos señores de ojos azules y pelo rubio. Un perro enorme que sonríe.

LLegar a casa y llamar por teléfono. Tumbarme en la cama, abrir una cocacola, sentarme en el sofá y hablar con los que están lejos. Máster en voces amigas: tonalidades, cadencias, recibos de Vodafón... el tiempo es oro.
Mi primo ladrándome al oído cámbiate a Yoigo. Compañeros del trabajo que se burlan de mí, con ademán pícaro y delicioso, porque no tengo ADSL.

Mi ordenador. La pantalla que me recibe cada noche, iluminándose. El reposo del guerrero, calmando mi cansancio a fuerza de megas.

sábado, julio 07, 2012

Celebrando San Fermín con vino y literatura

Ayer el crítico literario Diego Marín me invitó a un inolvidable acto en el Ateneo Riojano: una de las sesiones de Gaudeamus Vinitur, que organiza la Universidad de La Rioja, en la que el enólogo de Fuenmayor Gonzalo Gonzalo nos presentaba algunos vinos para catarlos, y el mismo Diego recitaba algunos pasajes de Hemingway que paladeamos con alegría.

Los textos fueron introducidos por una presentación certera de algunos libros del escritor (que, vergüenza me da decirlo, yo descubrí a partir de la grandiosa película de Allen, Midnight in Paris, porque en mi casi niñez leí El viejo y el mar y mi ignorancia se rebeló contra la novela...), y fueron felizmente intercalados por parrafadas de Gonzalo, que dejó claro que ama el vino.

Nos ofreció un rosado navarro que acababa de comprar a las puertas de la plaza de toros de Pamplona, envasado en Bag-in-box, un tinto que no recuerdo porque estaba embebida en Hemingway y un vino amargo de su propia bodega, al estilo de un marone italiano.



Librito de relatos y botella de Gran cerdo
en el rincón más poético de mi mesa de trabajo


Tan impresionada quedé con sus palabras que acabé comprándome una botella de Gran Cerdo, su vino más famoso, llamado así en honor a los banqueros que no le prestaron ni una mísera peseta porque el vino no es un bien embargable.

Con el vino me ocurre una cosa singular. Me encantaría ser una buena bebedora de vino. Amo el paisaje de viñas, me fascina el olor de las bodega, la madera ennoblecida, la humedad litúrgica. Pero tras los primeros sorbos, mi cuerpo dice no. Nunca me enborracharé con un soberbio rioja, y lo proclamo casi con nostalgia.

Por eso me sorprendí a mí misma apurando (casi) la copa de rosado, porque tenía sed y comenzaba San Fermín. Su color rojo dulce y tornasol me supo a fruta de verano y a campo llovido.

martes, junio 26, 2012

Amor inglés

Hoy estoy desvelada, así que hablaré de cine.
Sin comerlo ni beberlo, me he encontrado con dos pelis inglesas en este pasado fin de semana, más el partido que vi con buenas amigas, debatiéndome entre la fascinación renovada por Casillas y el cabreo monumental porque no sacaran a LLorente.
En el antes y el después, me he atizado dos películas desiguales, aunque a mí me han chiflado ambas. Y sabía que me iban a gustar, por supuesto. En los dos casos eran re-visiones, porque mi deporte favorito es leer novelas o ver películas que me cautivaron en el pasado: no hay intriga pero hay placer seguro.

En la sobremesa del sábado, abuela, revistas y duermevela en el sofá, nos sorprendió Lo que queda del día, y a mí al menos me mantuvo con los ojos bien abiertos.
Amo a Emma Thompson: es una actriz inefable, inolvidable, y como por arte de magia la encuentro en todas mis películas favoritas. Mucho ruido y pocas nueces. Sentido y sensibilidad, de la que escribió también el guión, mientras rodaba Mucho ruido y estaba casada con Kenneth Brannagh, ese gran hombre... Cómo pudo dejarla escapar.

Un día vino a verme una chica mexicana que hacía la tesis con mi padre. Entre otras cosas me dijo: "me ha comentado tu padre que te gustan los ingleses". Yo pensé automáticamente en Kenneth y en Colin Firth, y me ruboricé musitando: "Qué cosas dice mi padre". Y ella continuó con naturalidad: "sí, los ingleses. Shakespeare, Oscar Wilde, Jane Austen, Chesterton..."

Lo que queda del día es deliciosa, pero triste y frustrante, lo aviso. Ya he crecido y sé disfrutar de una película triste, como la maravillosa Tierras de penumbra. Sí... pero mi tendencia al Happy end y al pastel de calidad no ha muerto.

La noche del viernes, esta vez en solitario, decidí rematar un día perfecto con treinta kilos de azúcar filmada, es decir, con Love Actually. Me avergüenzo de que me guste tanto, de haberla visto en siete ocasiones... pero es que la descubrí en pampaluna y no la puedo olvidar.
Es una película coral y por eso alguna de las historias que se narran en ella, falla. Podrían haberse ahorrado, por ejemplo,  la vida del roquero pasado de vueltas y la de Colin, poseedor de un rabo gigante. 
Pero tiene minutos que valen una vida. La historia de amor de los dobladores de cine porno es encantadora precisamente por el pudor que reflejan al enamorarse, por esa despedida en la puerta de la casa de ella, con un beso castísimo, un "lo que quiero eres tú" y un salto de chaval ilusionado por parte de él.
Y Colin Firth enamorándose de una portuguesa es irresistible. Os dejo con mis dos escenas favoritas:



Y, por supuesto, "To me, you are perfect". Tan imposible, tan desesperado, tan subyugado en la belleza devastadora que nunca podrá tener...




Y sí, me pierden los ingleses. Y las comedias románticas.

martes, junio 19, 2012

Asomándome

Últimamente no escribo mucha prosa, quizás porque estoy totalmente volcada en mi próximo poemario. Tengo ya 21 poemas y me he hecho el firme propósito de no publicar ninguno de los nuevos en este espacio... pero Kloster me pidió permiso para publicar uno en Pensar por libre, y se lo di: aquí está.
Ha elegido un poema llamado "La duda" que en realidad trata de la sonrisa y que no me convencía demasiado, pero que luego al enseñárselo a Miguel d´Ors me dijo que era de los mejores del nuevo libro..., así que Kloster tiene decididamente buen gusto.

En estos momentos de puzzle y albañilería métrica, de ilusión sin medida por un nuevo proyecto,  resurgen los amigos de largas conversaciones por teléfono. Merl escribió un poema llamado Versos telefónicos que tuvo a bien dedicarme (con orgullo y casi rubor lo digo), y que terminaba diciendo:

"...Esa conversación
debería durar toda la vida".

Versos a media voz con hilo de por medio. Beades, Pablo Moreno, Enrique García-Máiquez, Carmelo Guillén Acosta, la misma Merl, Jose Julio cabanillas... ¡Miguel d´Ors!

Y hoy, que tres chicas han venido de Pampaluna solo para hablar conmigo, porque una de ellas regresa a Colombia y quería conocer a la menor de los poetas "de Númenor", me asomo a esta ventana medio cerrada, con chimenea apagada ya por culpa del calor... para dar gracias de nuevo, que una vida entera no basta.

jueves, junio 07, 2012

La poesía es de Bilbao


Ayer estuve en Arnedo, participando en un taller poético que organizaba su ayuntamineto y que coordina el crítico y poeta riojano Diego Marín (culpable de esta reseña de Mirar el fuego). Una hora recitando pero, sobre todo, escuchando y respondiendo las dudas del público, que en ningún momento hizo preguntas banales ni recurrió al clásico "y tú... ¿por qué escribes?"...

No, no, nada de eso: allí se trataron altas cuestiones de la teoría literaria. Me sorprendieron queriendo desentrañar la magia del endecasílabo, o debatiendo sobre si la rima estaba o no obsoleta en nuestro tiempos... Escucharon y perguntaron con lápiz y poema en ristre: se notaba que habían trabajado anteriormente poemas del libro y eso me dejó atónita y agradecida.


El final del taller...



Leí poemas de Pampaluna y de Mirar el fuego, y también leí piezas de Las siete barbies... y allí la polémica literaria se desató. ¿Poesía? ¿Prosa? ¿Proesía...? ¿Eso existe? Desde el público se alzó una voz que proclamaba: el lenguaje poético es tan poderoso que puede hacer lo que le salga de las narices..." Y Diego concluyó: la poesía es de Bilbao.

LLevé libros y ¡vendí siete! Hoy debía pagar el recibo de la luz, y adivinen de dónde ha salido el dinero. De poeta no se vive, pero al menos se paga la luz que alumbra tus versos.


lunes, mayo 28, 2012

Bruma

Me encanta celebrar mi santo en el día de Pentecostés. Es el día del Espíritu, que sopla donde quiere.

Hubo una vez en una boda un chico inglés que me preguntó por mi nombre. Intenté hacerle saber qué significaba el rocío, esa lluvia fina que salpica la hierba muy de mañana. No debí explicarlo muy bien porque él me dijo muy convencido que, en su idioma, mi nombre sería Mist.
Luego supe que en realidad Mist significa bruma. Me fascinó la idea de llamarme bruma.
Se pusieron de moda los maquillajes en bruma, y cada vez que veía el alguna perfumería los frascos de Dior Airflash recordaba mi nombre y aquella tarde de esplendor en el campo.

miércoles, mayo 23, 2012

El cuchillo que corta como un endecasílabo

Cenábamos mi padre y yo al amor de la bombilla flotando. Preparábamos la gran ensalada de colores rojos, amarillos y pálidos brotes naranjas con pintas verdes bailando en la fuente de gres...

Pásame el cuchillo, por favor, canturrea mi padre. El cuchillo cuchillea, musito yo recordando abtrusas fórmulas filosóficas o poemas antiguos.

Mi padre levanta la vista, sonrie y comenta:

-El cuchillo cuchichea. ¿Qué te parece? Te regalo el endecasílabo.

Porque para mi padre, todo lo que suena bien es un endecasílabo. De tanto escuharme a mí lo bien que suenan esas once sílabas con acentos, se ha quedado con la música.

sábado, mayo 19, 2012

6 bravos años, 6

El 19 de Mayo de 2006 decidí abrir este blog.Han transcurrido seis años.

Alguien dijo alguna vez que mis poemas estaban llenos de personas muy queridas para mí. Veo que con el blog ocurre lo mismo: el auténtico protagonista de mis mejores entradas es siempre otro, al que debo dar las gracias. Me permitís que haga una lista, ¿no? Será mi momento Pedro Almodóvar...

Enrique García-Máiquez: su blogg me salvó de caer en el abismo televisivo y me apartó durante un instante de mi sequía poética, comencé a escribir mi blog gracias a la envidia que me provocaba el suyo, y dado que mis comentarios en Rayos y Truenos eran cada vez más largos... decidí abrirme casa propia.

Merl: es la autora del cuadro que encabeza este blog, y flota en muchos de los párrafos, proemas, versos telefónicos que abundan en este blog con chimenea.

Cris: es la protagonista de algunos apuntes diarísticos que también abundan en el blog: le debo la felicidad de muchas tardes de librerías y barras de labios... y este post, entre otros.

Nico (Lord Scutum), Pablo Moreno, Jesús Beades... Es decir, mis amigos poetas, que me han servido como perenne fuente de inspiración: a veces poética, otra veces en plan crónica social, a veces delirante.

Tengo mucho que agradecer a Marie Christine del Castillo y Abelardo Linares, porque los libros que sacan a la luz me inspiraron muchas entradas. A Castroviejo librero porque su librería sale de protagonista en este blog al menos una vez al mes... A Rafael Juárez por inspirarme otro post sobre el mismo Castroviejo, y a José Julio Cabanillas por descubrirme el libro que originó ese post y por su generosidad insondable.

A Amalia Bautista por inspirarme varios proemas, a Miguel d´Ors por inspirarme siempre, a Julio Martínez Mesanza por prologar Las siete Barbies solteras, a Beades por sugerirme el libro partiendo de este post y a Fidel Villegas por editarlo.

Y también tengo que dar gracias a Calderón de la Barca, porque sin él nunca habría escrito la serie "Calderón for ever"... y a Ignacio Arellano y Juan Montero, mis dos directores de tesis, porque sin ellos no habría nacido este blog, en realidad, que surgió en medio del atroz y feliz trabajo de investigación que me embebía por aquel entonces y no me permitía escribir poemas.

A ARP, que ahora firma como Ángel Ruiz, le debo la felicidad de muchos ratos en autobús escuchando a Amalia Bautista... y lo cuento aquí.

Debo también mucho a Pampaluna: sus arces japoneses, su lluvia y Sonsoles Gutiérrez que inspiró este post... y éste... y éste.

Debo a mi amiga Ainhoa, también de Pampaluna, el concienzudo post sobre el bótox.

Gracias, en fin, a todos mis lectores y comentaristas, anónimos, semianónimos, amigos, desconocidos y desconocidos que a fuerza de comentar se han convertido en amigos.

martes, mayo 01, 2012

Mayo me echaba de menos

Leer es volver. Siempre regreso a lo de siempre. Por mucho que compre los bestselleres del hijo de mi más antigua perfumista en la librería Quevedo, por mucho que asista a nuevas presentaciones en Santos Ochoa y atraviese una noche casi en vela pasando un miedo atroz por culpa de una distopía recién salida del horno..., en materia de novelas siempre vuelvo a Carmen Martín Gaite y a Jane Austen.

Y más en mayo.

Chiribitas en Haro -foto mía



Es en "Nubosidad variable" donde la protagonista se pone guapa en el día primero de mayo, tanto que su asistenta le pregunta si celebra su aniversario de bodas... a lo que ella responde:

De mis bodas con mayo. ¿Has visto qué día hace? Aquí estoy de más y mayo me echa de menos


Puente sobre la Fuente de la Salud -foto mía


Así me he sentido hoy en Haro, en pleno campo florido, repleto de flores silvestres blancas que mi abuela llamaba Chiribitas... "Los ojos le hacían chiribitas...", frase que recuerdo de mi infancia, frase como de cómic... y ahora me entra una duda existencial: las chiribitas, ¿se escriben con B o con V? ¿La blancura salvaje y sencilla se escribe con V o con B?

Propósito de Mayo: volver a beberme los poemas de la antología Soy en Mayo de Mesanza. Pero también, comprarme un poemario de Enrique Andrés Ruiz, el prologuista del libro, al que he conocido en las pasadas jornadas poéticas en español (Logroño). Una mujer en el público tuvo la poca vergüenza de tildar de tristes sus poemas, pero es porque no los escuchó bien: desprendían un fulgor antiguo, como de luz de vela.

lunes, abril 23, 2012

Poesía, prensa y kimmidolls

Mañana voy a recitar mi propia poesía en Logroño, dentro de las Jornadas Poéticas en Español que organiza el ayuntamiento y que coordina Paulino Lorenzo, un famoso poeta de esta tierra. Lo haré a las ocho en la Casa de los Periodistas, en la hermosa plaza de San Bartolomé.

La Rioja, sección Cultura, 20 de abril 2012

Y el viernes casi me da un soponcio al ver en las páginas centrales de La Rioja mi foto a todo color. Y he podido constatar de forma empírica un hecho: en Logroño, todo el mundo lee un único periódico, éste. Me han parado por la calle los que me venden el pan todos los días, las dependientas de Sephora y de Misako, mis compañeros de la Unir... El cura que casó a mis padres y miles de amistades familiares han asaltado el teléfono de mi abuela.

Y, como era un día tan especial, como todos parecían aún más emocionados que yo misma y encima el viernes cósmico que se estaba construyendo ante mis ojos iba a finalizar con un concierto para recordar, decidí concederme el capricho que me había negado durante tanto tiempo:


Ayua, "Bondad"

¡¡¡Una Kimmidoll!!!

Estas adorables figuras talladas en madera se han puesto de moda. Evocan la tradición japonesa de construir muñecas y regalarlas, en señal de amistad y amor.
A mí me tenían obnubilada desde hacía tiempo, pero gasto tanto en libros y maquillaje que no suelo permitirme ni un solo capricho que se salga de mis dos arraigados vicios...
Pero el 20 de abril me dije, ésta es una fecha para recordar, y corrí a la librería Santos Ochoa para adoptar mi muñeca japonesa.


Fotos tomadas bajo luz natural



Me conmueve este amor de los japoneses hacia los detalles bellos y aparentemente minúsculos: el haiku, la grulla de papel, las muñecas bellamente talladas y con un significado espiritual... Gracias a ese minucioso y delicado amor poseen una tradición cosmética tan sabia. Aún recuerdo cómo intentaba hace poco transmitir a Marie Christine del Castillo mi pasión por la firma Kenzoki, describiéndole los olores golosos, texturas exóticas y nombres poéticos que poseen sus productos. Ella lo captó muy bien, porque me dijo: Kenzo sería entonces el Ferrán Adriá de la cosmética...

No quise elegir una de cabello negro y me decanté por esta que simboliza la bondad, la amabilidad y el optimismo: tres virtudes que lucho día a día por alcanzar.
Además de su pelo plateado y lleno de luz, me fascina el ligero rubor, casi invisible, que tiñe sus mejillas... un rosa pálido que yo...¡atribuiría al colorete Hervana de Benefit!

martes, abril 17, 2012

Comienzo hipotético de novela (II)

TODA LA CULPA ES DE BLANCA

Hace tres días cumplí dieciséis años.
Como regalo, mis padres me llevaron a comer a Casa Moli, un asador con mantel de cuadros y olor a comida en la trastienda. Comimos en el patio, bajo la parra: hacía ya calor. Pedimos carne barata asada en fogón y una montaña enorme de patatas fritas. Mi padre bebió un licor oscuro y yo me zampé todo un litro de Cocacola. Hay que aprovechar las oportunidades.
Por la noche, mis padres me anunciaron que habían decidido separarse.  Yo alucinaba, claro. Podían haber esperado unas horas, digo yo.
Estoy segura de que Blanca ha tenido toda la culpa. Mis padres eran uña y carne hasta que ella volvió a aparecer por aquí, que nadie la había llamado, digo yo.
En mi casa nunca hubo muchas alegrías económicas, mi padre tenía un despacho de pan y mi madre, una portería en la calle Goya. Tener un padre panadero es la cima del chabolismo social: toda tu casa huele a dulce y comes pan tierno todos los días, es cierto… pero queda fatal cuando lo dices por ahí.
Afortunadamente, mamá y papá tienen también una historia de película. Y a mí me chifla contarla. A cualquiera.
Se habían conocido al final de la posguerra, pero se casaron a principio de los ochenta.
Cuando se conocieron, mi padre estaba ya casado y tenía una hija, la sin sustancia de Blanca. Se enamoraron al estilo antiguo y se veían de forma intermitente, porque mi madre no quería convertirse en  la amante estable de ningún señor casado, por muy enajenada de amor que estuviera. Había además otro hombre que la cortejaba proponiéndole un noviazgo formal. Por culpa de este otro hombre mi padre acabó riñendo con mi madre, y dejaron de verse durante una larga década.
En ese tiempo, mi madre se casó, tuvo dos hijos y enviudó.  Al poco de enterrar a su marido, fue a buscar a mi padre. En una tarde se encontraron, y decidieron marchar juntos a Alemania buscando un buen trabajo y huyendo de la mujer de mi padre.
Supongo que Blanca siempre nos odió a mi madre y a mí. Destrozamos su hogar de hija única. Yo fui concebida en esa misma tarde en que mis padres se encontraron: siempre he pensado en ellos como dos marionetas arrastradas por un amor descomunal. El amor es algo terrible, yo no me pienso enamorar nunca.
Cuando mis padres pudieron casarse, porque ya había divorcio en España, ella tenía ya los cuarenta y él sobrepasaba la cincuentena, pero se les veía jóvenes y felices aquella mañana en el ayuntamiento de Cardoñuera. Mamá vestía un traje color lavanda a juego con el mío: a mis cinco años largos me tocó el trago de ser dama de honor de mis propios padres, y supongo que aún no me he repuesto.
Y diez años después…
“A tu madre le duran los maridos una década”, me ha ladrado hoy la Melu, una vecina meticona y lenguaraz. 
Yo sé que mi padre aún nos quiere, y que toda la culpa es de Blanca.

domingo, abril 08, 2012

Domingo de Resurrección... ¡en San Mamés!

El fútbol es pasión. Y la pasión es arbolaria, furtiva, firme como roca y volátil al mismo tiempo.
Vuelvo de Sevilla, regreso a mi trabajo y a todas esas cosas pequeñas que parecen iluminadas por dentro y me hacen feliz. Y encuentro en mi escritorio, junto a un pájaro indio que perteneció a Pedro Antonio Urbina y que me entregó su albacea, el leoncito de San Mamés que me regaló María, la tarde en que le dije que el Athletic de Bilbao me caía cada vez más simpático:



El leonino león...



Así son las cosas: soy del Betis... y del Athletic. ¿Quién puede permanecer incólume ante el poderoso tacón de Toquero?
Del Betis y del Athletic... Ambos coinciden en la pasión: son mucho más que fútbol: una form a de vivir, de sufrir o gozar... una filosofía de vida. Manque pierdan... o ganen, dividiendo un corazón del Sur.

jueves, abril 05, 2012

El olor de la Semana santa... en Sevilla

Lo primero que me atrapó fue la luz. Iba a llover, había llovido..., pero entre guerra y guerra me recibió una calma de sol tímido, un ligero picor de jersey de verano. Azul de peligro, azul que pronto será gris.
Y luego el aroma. Azahar intenso que invade, que impregna, adentrándose en cada poro de la piel. Azahar que se mezcla con ráfagas de jazmín y cera derritiéndose. La cera huele a las natillas de mi niñez, dulces y ligeramente especiadas. La cera huele a calor y a silencio.
En la capilla de los Estudiantes, flores e incienso. Olor a lluvia, a tierra que se moja y lágrimas que caen.
Y en mi casa huele a sábanas limpias y a jabón, a madre, a felicidad en monosílabos.

martes, marzo 20, 2012

Sevilla, marzo... in memoriam

El aire cada vez más azul, frío por las mañanas, frío con sol en el mediodía, malva brillante al anochecer.
Sevilla en los primeros días de la primavera es un caótico reino de palmeras y azahar. El aire cada vez más azul huele al calor primero, ése que trae un viento diminuto y que despoja abrigos por primera vez. El aire saturado de aromas, jazmín en una esquina, fruta cítrica y flor casi podrida en la otra, nos revuelve el pelo. El cabello en el viento se esparece, desleído en los perfumes de la primavera.

Naranjos en mi pelo... guitarras, recitales, lo que ya no es. "Lo no me comunica sus virtudes", diría Cirlot. Lo no siempre es hermoso, pero inconstante. La Rioja me devuelve otros aromas.

domingo, marzo 04, 2012

Gustos y disgustos son no más que imaginación


Imagen tomada de Google books


Curioso y profundo título el de esta obra de Calderón de la Barca...
Me ha parecido que puede ser un buen broche para el corrillo de debate que se ha formado en los comentarios del anterior post.
La entrada no intentaba juzgar a nadie sino reflexionar en un tono ciertamente algo irónico sobre el canon de belleza masculina, las caras de sorpresa que puedes hallar al aventurarte con un no rotundo... y los gustos y disgustos, que no son más que imaginación, y nunca juicio estético.
También quiero detenerme en el concepto de "pereza infinita" aplicado a un galán. Puede sonar un poco crudo pero en ningún caso se refiere a la persona, con sus cualidades, su tesoro oculto en vaso de barro... solo a la idea abstracta de "chica busca chico... y sabe perfectamente qué clase de chico desea no encontrar". Un malo de película con barba de tres días me provoca pereza, pero también me la causa la lluvia cuando cae sobre mí. Y verla detrás de los cristales me conmueve y reconforta.

Quiero agradecer la conversación amena a todos: a Ana Agüero, Pilar, Jane, Tegemé que asintieron, a Balaverde que disintío, a Miguel con su primer comentario breve y desconcertante y su posterior comentario tan lúcido, a Lú con su filo de espada lenguaraz, al anónimo que acusó a Gatoflauta de ser mi caballero andante... y a Gatoflauta por serlo.

martes, febrero 28, 2012

Por qué no me gusta el Duque (M.A.S.: una menos en la lista de enloquecidas pretendientes)

Me disgusta profundamente el esnobismo.
Nunca he querido ser snob.
Pero hay dos circunstancias que pueden catalogarse como tales y siempre marcaron mi vida: no leo bestsellers a menos que sean im-presionantes, y no suelen gustarme los galanes que hacen delirar a la mitad del planeta que calza tacón.


Todo comenzó en la tierna edad del pavo, cuando la serie Padres forzosos me parecía la quintaesencia de la felicidad. Todavía hoy al escuchar la melodía de presentación sonrío deuna deliciosa  forma autómata. Me recuerdo en el colegio, alucinada al ver que en la carpeta y en el corazón de todas mis compañeras reinaba el Tío Jessie, es decir, John Stamos. ¿Por qué? Era verle esa cara de "mírame y te derrites", esos músculos mostrados opportune et inopportune (gimnasio bien amortizado), esa barbita que gritaba al mundo "soy un chico malo y-sin-embargo-tierno", y no podía, no podía sufrirlo.


Suspiro...

Y sin embargo, ahí estaba el padre, Danny (Bob Saget), formal pero siempre con gran sonrisa, nariz larga y vestido con traje y corbata... irresistible. No podía, no podía resistirlo.

Debí haberme dado cuenta entonces que mi negra suerte iba a ser ésa: una cósmica contradicción que me haría, invariablemente, despreciar a Richard Gere, a Brad Pitt (qué pereza), al mítico Leo (pereza elevada al cubo), a Orlando Bloom (¿lo visto como a mi doncella? preguntaría Beatrice la protagonista de Mucho ruido y pocas nueces.)  Y así hasta hoy.

Sólo George Clooney, que al principio provocó mi pereza con sus declaraciones de amor porcino... terminó por vencerme.

Pero vamos al tema que nos ocupa: el Galán por excelencia. La encarnación de los sueños de muchas mujeres de España y parte del extranjero. Aquello que a mí me provoca pereza infinita, ganas de no existir si estuviera él delante: El Duque.

M.A.S... o menos

Por algo Naoko, del blog Not so addicted to beauty, al comentar el look de Silvia Abascal en los Goya apunta que reapareció "en muy buena compañía"... y a mí esa compañía me haría salir corriendo.

Y, como alguna amiga del alma, al comunicarle mi opinión me acusó: "estás enferma, háztelo mirar", vengo a defenderme públicamente.

¿Cómo podría gustarme un hombre que pudiendo calzarse una buena corbata... se coloca una pajarita?
¿Cómo podría gustarme un hombre que alcanzó la fama en algo titulado Sin tetas no hay paraíso?
¿Cómo podrá gustarme un hombre que anuncia un perfume llamado "Hombre"? Así, sin más aderezos ni reclamos, hombre... y nosotras debemos caer rendidas.
¿Cómo podría gustarme un hombre que se viste de bonito y parece un barman?
¿Cómo podrá gustarme un hombre que se deja barba de tres días siendo moreno de piel? Cuando todas sabemos que esas barbas son para noruegos o para el impresionante Doctor House.
¿Cómo podrá gustarme un hombre que, para mostrar su atractivo, debe desenfundarse? Cuando todas sabemos que un auténtico caballero acrecienta su atractivo convenientemente vestido, cuanto más, mejor.

Y, sobre todo... ¿cómo podría gustarme un hombre que tiene toda la pinta de repetirme durante toda la tarde, como los churros de feria?

martes, febrero 21, 2012

Un año de felicidad

La frase es rematadamente cursi, pero es que a veces la realidad se empeña en teñirse de rosa, y no hay quién pueda con ella.
Hace exactamente un año comencé a trabajar en la Universidad Internacional de La Rioja, me trasladé a vivir a Logroño.

En un año he crecido, me he llenado de ilusiones... alquilé mi primer piso en solitario, dirigí trabajos de fin de carrera, volví a escribir poesía, conocí la movida riojana de la mano de cincuenta compañeros de trabajo, me compré una botella de agua mineral de diseño, asistí al carnaval del vino en Haro y la librería Castroviejo se convirtió en mi segundo hogar.

Este ha sido el año de mi crisis bloguera: en dos mil siete escribí 119 entradas; en dos mil once, 36. También a superar la sequía me ha ayudado esta tierra, ya que he inaugurado en el blog lo que un comentarista llama mis prosas sobre la Rioja.

Y en este post recopilatorio, os enlazo los que a mi parecer merecen la pena en esta último año de blog en duermevela, ¡viva la resurrección!

- En un día como hoy, es obligado enlazar dos momentos en los que describo mi fascinante trabajo y hablo de lo feliz que me hace: aquí y aquí.

- Mis desayunos vespertinos en la cafetería Génesis antes de entrar en la oficina quedaron registrados aquí.

- Por supuesto, entradas sobre la librería Castroviejo, ahora no solo en Navidad: aquí (con foto de los árboles rosas junto a la Redonda), aquí (con foto de un libro de d´Ors) y aquí, en el día de los Reyes Magos (con foto de d´Ors y Cunqueiro).

- Un poco de cultura local: La Feria del Libro Antiguo en Logroño.

-Y, si todavía seguís leyendo, os premio con una historia delirante: la anodina y el hombre cañón.

martes, febrero 14, 2012

Ligando con una vieira

Esta tarde vi llover.
Los adoquines mojados parecían caramelos. Caminaba yo por los soportales de Gran Vía, bajo mi sombrero de lluvia, cuando vi una enorme vieira de peluche que entorpecía el paso. La vieira bailoteaba. Se dirigió a mí para tomarme de la mano. De debajo del disfraz emergía una música como de gaitas, irresistible. La vieira hacía ademanes de querer que yo diera una vuelta, agarrada a su esponjoso brazo. No sé qué hubieras hecho tú: a mí la música me llama poderosamente. No sólo di la vuelta sino que me marqué un baile con ella, que en realidad era él. A su lado, unos panfletarios vestidos de paisano ofrecían publicidad de Marisgalicia, carpa ambulante de mariscos. Se reían diciendo:

-¡Mira qué marcha tiene la moza!

Y también:

-¡David, quítate la vieira!

David no se quería quitar la vieira, pero no me devolvía la mano tampoco.

- Es más cortado...

- Es que será gallego, respondí yo. Sonrisa de oreja a oreja por parte de la vieira.

-Sí, soy gallego. ¿Otro baile?

Mientras bailábamos en plena calle, debajo de la lluvia (aunque en un soportal algo arrinconado, afortunadamente-, los panfletarios iban tomando conciencia de celestina.

-Eh, que está soltero. Chica, que no es una vieira, que es un chaval muy majo...

Y lo decían tan serios.

sábado, febrero 11, 2012

El Regreso: la fiesta

Escribir, para un poeta, es vital. Vital: de vida o muerte. Fidel Villegas me dijo un día, citando a un escritor que no recuerdo, que uno es poeta cuando siente que sin escribir poemas se moriría.
Así estaba yo. Sin vocación, sin media vida. Ahora todo vuelve a encajar. El puzzle de luz se completa con sílabas nocturnas, que llueven sigilosamente. Un río es la inspiración, y un poeta no se baña dos veces en el mismo río, como ningún otro hombre lo hace.
Ha vuelto y ya no se parece a la que era antes, pero la quiero así: un poco más filosófica, con un centelleo de misterio. Que siga la fiesta, que no termine nunca.

domingo, febrero 05, 2012

La niña que hay en mí: Astérix


Cuando era pequeña, me dediqué a coleccionar aquellas figuritas de goma que daban forma y vida a nuestros héroes televisivos. Campanilla, Blancanieves, Mafalda, el capitán Haddock o el oso Yogui... Recuerdo a un príncipe arrodillado y enardecido, captado en el preciso momento de la declaración amorosa. Mafalda rodaba sobre patines, y Yogui empuñaba, entre soñador y alegre, un flamante auricular de teléfono.


Poesía e infancia...

Otra de mis grandes e incipientes pasiones eran los cómics de Astérix, una afición que mis alumnos de Literatura Infantil en la Unir conocen ya muy bien. De niña me bebía a grandes sorbos, durante tardes invernales, los álbumes de grandes portadas a todo color. Recuerdo a uno de mis primos jurar por Tutatis, como el jefe de la aldea gala... Y la mítica frase de despedida ante un viaje de aventuras, "¡sed dignos, por Tutatis!", siempre me pareció uno de los mejores consejos que se pueden regalar.

Incluso en mi primer poemario, Magia, se puede ver la influencia de Goscinny y Uderzo:

TELEOLOGÍA

Los días fueron hechos
para el café, los taxis por las calles
y las tiendas de ropa, los atascos
y el trabajo y el jefe que pide más café.

Las noches se inventaron
para que las muchachas miraran a la luna
y en los pubs tonteasen las niñas con bikini
y en mi casa fumaran mis amigos

y tus ojos cayeran en mis ojos
como el cielo plomizo sobre una aldea gala.



...¡Están locos, estos poetas!

Hace un par de navidades descubrí a los entrañables personajes aguardándome, tras los cristales de un escaparate. Era la tienda de revistas y cromos Peregrino, situada al final de la Gran Vía de Logroño. Compré un magnífico Obélix para regalarlo a mi padre, y es este verano regresé para llevarme a Astérix, al jefe de la aldea y al vendedor de pescado (no muy) fresco.

Pero se me resistía Obélix, que no apareció por ningún sitio. "Tiene que llegar", salmodiaba la vendedora, y el tiene que llegar se ha convertido, a lo largo del otoño y el invierno, en una cantinela parecida al "vuelva usted mañana" de Larra. Estaba ya casi resignada a quedarme sin Obélix, cuando en mi último viaje a Madrid lo encontré.

En la calle Guzmán el bueno, al lado de la boca de metro de Islas Filipinas, hay una tiendecilla con pinta desastrada que responde al nombre de "Bazar Bárbara", y que bajo el nombre ostenta en el cartel el honroso título de "baratijas"...

...Allí me esperaban Obélix, Panoramix y nada menos que Julio Cesar.

jueves, febrero 02, 2012

Wislawa, in memoriam

Porque eras alegría pura, irracional y, por eso mismo, la más lógica de este mundo y de cualquier otro mundo que exista. Porque convertiste la poesía en un estallido de euforia, tras tanto poeta llorón. Porque eras polaca. Porque lo sigues siendo.
Porque inspiraste a Teresa Soto un inmenso poema que se llamaba así, "Imitación de Wislawa". Porque has inspirado a Enrique García-Máiquez este fermoso diálogo.
Brindo con mi copa de agua mineral, burbujeante. El vino lo pones tú.

lunes, enero 30, 2012

Música y literatura


Dedico este post a Naiara, que me enseñó a amar la música, y a Merl, que hoy cumple años.

En Logroño hay otra librería que me gusta, y no es Castroviejo. Se llama Quevedo, y en ella compro revistas de belleza y moda.
Está situada en frente del parque del Espolón, algo que empieza ya a sumarle magia al lugar: sobre todo en invierno, con los árboles desnudos. No tiene puertas, abre al mediodía y es un espacio diáfano, sin barreras, lleno de luz.
Venden best sellers de categoría, bien escritos, como El haiku de las palabras perdidas, de Andrés Pascual, o Mientras ella sea clara, de Carlos Villar.
Estuve en la presentación de ambas novelas. A la primera, celebrada en el Riojafórum, me invitó el rector de mi universidad, y en el precioso acto repleto de reverberaciones japonesas me regalaron una grulla de papel pintado. A la segunda me invitó el propio autor: el centro cultural Ibercaja estaba repleto y las palabras flotaban en el aire hechizado.

Lo que diferencia a una librería de un supermercado de libros, al menos uno de los síntomas, es la música. Entras en Castroviejo y te envuelve el jazz. En Quevedo también hay música, un tañido de campanas renacentistas que me hace cerrar los ojos para aspirar la melodía.

Le pregunto al librero si es Radio Clásica lo que suena. Él se sorprende. No a todo el mundo le gusta, me dice. Y me recuerdo años atrás, comentando que Mozart me aburría de muerte. Y cómo domesticaste mi corazón, diciéndome que un poeta no debía ignorar la belleza de la música clásica. Y cómo brillaban tus ojos, con indecible triunfo, la primera vez que yo cerré los míos para disfrutar de Mozart.

sábado, enero 28, 2012

La pura contemplación

Recuerdo un debate que hubo en la Universidad de Sevilla hace muchos, muchos años, en mis tiempos de estudiante, sobre los amores imposibles.
Fue en clase de latín. Teníamos un magnífico profesor, inolvidable, que tras cada traducción traía un libro para leer, un tema para discutir, un poema de Catulo para recitar... Un palpitante trozo de vida con el que la lengua muerta que enseñaba se llenase de luz y de color.
Recuerdo que nos costó mucho hablar, soltarnos, decir algo aunque fuera por el simple placer de abrir la boca y sentir el sonrojo en las mejillas.
Ayer, recordando, pensaba que se puede ser feliz incluso acometida por los hervores de un amor imposible. Lo que mata toda posibilidad de dicha es la esperanza. Pero cuando cierras los ojos y sabes que no hay esperanza, es más, que ni siquiera deseas que exista, tu amor se convierte en pura contemplación de la Belleza.
Y la contemplación te hace vencerte a ti mismo. Y la comtemplación te convierte en un ser feliz, envuelto en una felicidad que nace de la fatiga diaria.

sábado, enero 21, 2012

Siguiendo a Navascués...

...enlazo (o "linkeo"), esta fantástica historia de una conversión... inaudita. La poeta atea que quiso preguntar a una monja por su vagina.

Siempre me han enamorado las historias de conversiones, en especial, de conversos ingleses o americanos. Esta pasión comenzó con el Beato Newman y ahora termina con una historia surrealista... en el mejor sentido de la palabra, aunque ya saben mis lectores que para mí este término carece de malos sentidos.

P.S.: Prometo regresar pronto.

lunes, enero 09, 2012

El Primer Regalo de Reyes

Porque un libro es un regalo...

Este año, los Reyes Magos hicieron su entrada en mi vida el cinco de enero, y no en el salón de mi casa familiar sino en una librería que, por supuesto, era la librería Castroviejo. Repleta de música clásica, madera y sol.

Entré por casualidad, después de ver a Sus Majestades bajando del helicóptero amarillo en las Gaunas. Así es La Rioja: un campo de fútbol repleto de niños agitando pañuelos, villancicos tronando por megafonía y el alcalde (hoy alcaldesa) recibiendo la embajada real. Siempre se me eriza la piel, mitad por el frío mitad por la magia. Vuelvo a creer.

Pero los Reyes magos a veces se despistan, olvidan un último regalo y tengo que acercarme a mi rincón favorito para comprar la novela Grandes esperanzas de Dickens. Y, de paso, Lo que ha llovido de Enrique García-Máiquez.
El mejor librero del mundo envuelve sus libros cuidadosamente. Se detiene. Me mira. Y musita: "espera un momento..." Con el corazón en vilo y cantando, espero.
Y regresa con un librito de los años setenta, de uno de mis poetas más queridos ¿Lo tienes? No, no lo tengo, y es uno de los pocos que me faltan.

El librero es Gaspar. Me ha engañado. Y, con una sencillez regia, me tiende el precioso cuadernillo diciendo: "pues para ti".