lunes, octubre 31, 2011

Aurora

Por supuesto, dedico la entrada a ARP

Azul brillante, con burbujas de charol en el fondo. Así era el día esta mañana, muy de mañana.
He visto amanecer.
La aurora no era rosa, ni cursi, ni lenta: era rápida y azul. Vertiginosa. soleada. Y la tierra parecía exhalar humo. Crecía el humo blanco en espiral, formando una interrogación sobre el campo azul.
Lo veíamos desde el coche gris, camino del trabajo. Un grito de alegría iba inundando silenciosamente la tierra: una alegría que, como todas, tenía también su secreto escondido, su pregunta repleta de veneno, su pequeña sombra. Una alegría misteriosa.
Y decidí llenar del todo mi vaso: si me das esta mañana tan azul y este lunes en el que nada quiero sino llegar a la oficina... ¿qué otra cosa puedo temer?

miércoles, octubre 26, 2011

Irse de casa (I) La Radio

Me he ido de casa.
Ya no vivo en Sevilla, con mis padres. Tampoco vivo en Logroño, en casa de mi abuela. Vivo en Logroño, sola. En una casa que he amueblado yo, con ayuda de toda mi familia.

Mi padre arregló el tema de la electricidad: al fin y al cabo las mujeres, o ciertas mujeres, seguimos siendo machistas. Los enchufes y bombillas... ¡¡¡ellos!!!
Mi madre me hizo unos visillos preciosos y me acompañó a comprar muebles. la base de la cama se llama "tapiflex". Las sillas de madera son muy caras, si quieres que sean buenas.
Me fascina mi casa: tiene una mecedora y un tocador vintage. Está situada en medio de todo, en el epicentro de la ciudad, en una calle repleta de farolas y gente paseando. Volver a casa a las diez de la noche es como organizar un camping en una tarde de verano... con luna en el cielo.

Y no tengo televisor. No estoy en contra, conste... es que supuse que con el ordenador encendido, los libros por leer y las visitas me bastaría.
-Pero, pero, pero... ¡¡¡si vives sola!!!
Sí, es cierto: se agradece escuchar un run run acogedor cuando llegue a casa, un gato que me pregunte con bigotes y cabriolas: ¿cómo te fue?
Y, precisamente por eso... me he comprado una radio, y la enciendo nada más llegar a casa, tras dejar las llaves en una bandejita de vidrio azul en forma de botella que me regaló Merl.
No es una radio cualquiera... Es radio despertador. Me despierta a las ocho de la mañana de lunes a viernes, con música o noticias, lo elijo dependiendo de mi estado de ánimo en la noche anterior.
Y claro, tengo que escoger cadena.
Por ahora, mi casa es una mezcla de Onda Cero, Kiss FM, Los Cuarenta, Radio Clásica y... ¡Cadena Cien!
Esta última es la que suele endulzar mis primeros minutos: levantarme con Javi Nieves por la mañana es encontrar, entre las sábanas aún revueltas, una llamarada de alegría.

sábado, octubre 15, 2011

Feria del Libro Antiguo en Logroño

Mañana dorada de septiembre... El reflexivo septiembre, lo llamó Lord Scutum: risueño, somnoliento, suspendido entre dos tiempos distintos... En La Rioja, este año, su clemencia se ha ido alargando suavemente, y ahora es Octubre.
En el parque de El Espolón han colocado una hilera de casetas y lo llaman Feria del Libro Antiguo..., y como mi voraz pasión por el maquillaje sólo se ve eclipsada por mi violento amor por la lectura, he acudido, en la dorada mañana del día del Pilar.
En casi todas las casetas había un revoltijo de cosas nuevas y viejas, mucho esoterismo, muchos ejemplares del Principito y de Juan Salvador Gaviota y mucho libro de cocina. Había un stand repleto de libros de los Hollister, Ester y Torres de Mallory, lecturas juveniles de mi infancia, y tebeos amarillos ya del capitán Trueno.



En cambio, en el puesto de la librería Al Tossal, encontré por solo diez euros  nada menos que los Diálogos de Platón, encuadernados en dorado y rojo. Tenían muchísimos libros encuadernados así, o con los lomos en verde esmeralda y plata, y tras la combinación de pasta, cartón y papel rancio se vislumbraba un amor inquebrantable. Me llevé también un fascímil de barajas antiguas, inglesas del año 1689. Y un compendio de cuentos de hadas de la Condesa de Segur (qué buenos ratos pasé, con trece y catorce años, leyendo Juan el alegre y Juan el gruñón...)




Un poco después encontré la caseta de la librería Prim, de Valencia. Tenía apilados en grandes montones cenicientos un sinfín de cuadernillos de La Novela Teatral, y me entretuve buscando por más de media hora algo de mis adorados y perdidos Álvarez Quintero... No encontré nada. No están de moda. En lo que llevo de vida en Logroño (un semestre largo) he tenido ocasión de ver dos comedias de Jardiel Poncela en el teatro, pero Serafín y Joaquín... no aparecen por ningún lado.
Por puro consuelo me llevé dos folletos de carlos Arniches, uno del año 1917 y otro de 1922. Se me rompen entre las manos de puro amarillo y antiguo, ¡qué gran emoción!

( P.S.: La primera imagen la he sacado del blog de la Librería Praga, y la segunda, de la página web Todocolección. Hubiera querido ilustrar el post con fotos mías, pero mi móvil se ha declarado en huelga y no envía por email las imágenes que disparo...)