sábado, julio 31, 2010

Una semana en el cielo

Ya puedo ofreceros la crónica completa de nuestra semana en Maestu...
Esta es la llave de nuestra casa: una llave grande, recia, algo tosca, como la alegría que nos une bajo los árboles. La llave de un mundo mágico que se llama Verano en el campo.



En el pueblo, un sol embridado por el viento y una hilera de escudos de piedra. Yventanas con flores...





En el monte, el hayedo mágico... en Santa Teodosia... con el grupo de montañeros.





También disparé un flash solitario...



Fuimos una tarde a Estella. A la sombra de San Miguel, tras la misa del peregrino, nos esperaba una arboleda y las moras en penumbra, listas para ser gozadas. Sabían a dulce veneno, a tarde larga y suave de julio generoso. Al principio, Juanra se ofreció a alcanzar la fruta para mí.






Luego encontré una rama a mi altura, la altura de una hobbit, y fue Charo quien disparó la foto.





En el suelo se cruzaban las sombras, como las bóvedas de una catedral. Y recordé los versos sencillos de José Martí.
"Busca el obispo de España
pilares para su altar:
¡En mi teplo, en la montaña
el álamo es el pilar!
Y la alfombra es puro helecho
y los muros abedul,
y la luz viene del techo
del techo de cielo azul"









sábado, julio 24, 2010

Primeros días en el Norte

Montes. Caminos de cuentos de hadas. La Casa de los Siete Enanos, en medio del bosque. Moras. Juanra, Tere, Charo y yo cogiendo fruta del árbol, manchándonos los dedos, frente a una iglesia gótica. Frío. Fuego. Leche caliente, mantel a cuadros.







Mis primeras fotos, disparando flashes sin control, entre risas. El camino de Leorza, con su recodo idílico y lleno de misterio, como la manzana primera.

miércoles, julio 14, 2010

Rebajas

Como la inspiración no acompaña, he decidido llenar un post de imágenes, realizadas por mí o no... Últimamente me divierto con la cámara del móvil, que es la única que tengo y no resulta nada mal.

En primer lugar, sigo amando a Iker Casillas, a pesar del beso o quizás debido a él, ¡qué mono! Qué grande es este Capitán... Me cuenta Enrique García Máiquez que, en Madrid, había un balcón a reventar de chicas con un inspirado letrero: "¡Iker, sube, que Sara somos todas!" Me apunto al plan. Aunque, como es un demasiado utópico, mi amiga Cris me rescató ayer de la rutina veraniega y el suicidio lento por amor para llevarme a las rebajas de H&M en una plácida y risueña Tarde de Chicas, como mandan los cánones.




Salí de allí con unos zapatos de cuña de esparto (diez centímetros de cuña, ¡moriré! Eso sí, moriré con los tacones puestos, sintíendome muy poderosa. Y ya que estamos, ¿alguien sabe decirme qué hilos misteriosos relacionan la altura femenina con el poder? La otra alternativa es una barra de labios roja, que no duele tanto. Y en el otro extremo, lo que despoja a una fémina de todo su poder y su autoestima es la hora de la báscula, los lunes al sol: ¡drama!)





Encontré esta joya de chiste en el blog de Morgan, que además cuenta con gracia infinita cómo a los hombres no hay quien los entienda (hace unos días leí que sí, son menos complicados que nosotras... pero es esa sencillez la que en el fondo esconde una complicación sibilina...)
Los zapatos me costaron cinco euros y son el colmo de la comodidad. Y encontré también un bolsito con flecos de falso cuero en un delicioso color topo.






En menos de una semana volaré a Maestu dispuesta a leer, a respirar montaña, a bañarme en el río. Para el pelo tengo un artilugio fenomenal que consiste en un spray del Body Shop. Huele a arándanos y protege la cabellera del sol, la sal, el cloro y el calor artificial que nos atizamos las mujeres en nuestra brutal coquetería.




¡Esta es la imagen de la felicidad!