En Sevilla el milagro se llama H&M... Qué falta de poesía, dirán algunos. Pero la tristeza, el muermo y el spleen son las tres formas de sida espiritual, te quitan las defensas para luchar o aún para pensar en otra cosa que no sea tu tristeza, tu muermo o tu spleen. Y contra la depre, rebajas.
El problema llega de la mano de los probadores, o sea, cuando los probadores te rebajan la autoestima. Más aún. Y la ropa te estresa. Y odias Zara y Mango, y no te enamoras de repente de un vestidito de Miu Miu que viste en un escaparate... A estas alturas te ronda la cabecita una duda existencial, que viene a conjurar los tres males anteriores y formar cuarteto: es que yo... ¿no soy femenina?
Entonces llega el milagro cotidiano. Con el equipaje sin deshacer, mi madre me mira a los ojitos y me dice: "Vamos a H&M". Y luego a Adolfo Domínguez, para educar el gusto. De Adolfo Domínguez me entusiasman sus colonias, sus collares étnicos y sus pashminas. Pero H&M ha conseguido lo que parecía imposible: volverme loca por las compras, como Sophie Kinsella y como el resto de las mortales. Tengo ya tres vestidos que me sientan de maravilla y no pasan de la cuarenta y dos (tallaje alemán, pero éso no se dice...)
Hoy he vuelto a casa con un blusón de tonos verdes, sandalias para el verano y un disco de Miguel Bosé. Sevilla la nuit me sonríe a través de una lluvia imprevista. "Para calmar tu saudade", me susurra. Tan bonita, tan gitana, tan morena...
7 comentarios:
Ge-nial.
Tienen una ropa genial, seguro que te engañas con la tienda como me pasó a mi. Ademas me encanta la seccion H&M niños.
Llueve en Sevilla. Pampaluna despertó para el Corpus con un concierto de percusión y espectáculo de luces blancas en el cielo . Miles de gotas limpiaron las calles de la ciudad que tras un Saturday Night siempre quedan tocadas. Para curar nuestras saudades...¿quién puede pensar que el Cielo es aburrido?
Comparto tu gusto por H&M la única tienda que conozco que marca de qué tipo es un pantalón.
Magnífico. Pero siento decir que no conozco H&M. Básicamente porque odio ir de compras. Y odio las rebajas. Nunca encuentro nada que me guste. Y cuando me gusta, no me queda bien. Todas las chaquetas molonas que encuentro me están anchas de hombros y de espalda. De ahí que yo pensara: "¿Tan poco masculino soy? ¿De verdad hace falta tener las espaldas como un bombo de basura para ponerse una chaqueta?". Me distraigo mucho más mirando los escaparates polvorientos de una vieja libreria (véase El Giraldillo, por la referencia al polvo -guiño guiño, Buentes-).
Por otra parte, sí. La lluvia es bonita en esta época del año.
Saludos!!
Otra vez avisa, mujer, y compartimos terapia. Las penas con rebajas son menos penas.
Tu blog no está de rebajas. Qué entretenido imaginarte por Sevilla como una Carrie Bradshaw, en cuanto a compras se refiere, claro. ¿Un disco de Bosé? ¡Bandida!
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