martes, junio 19, 2007

¡Follonen, spilen! (Verano del ochenta y tres)

Escucho incansablemente dos canciones: En qué estrella estará, de Nena Daconte, y Sólo pienso en ti, de Miguel Bosé. Todo da vueltas en torno a una escalera roja de caracol, un poco despintada, que había en Münster cuando yo tenía seis años. Viajamos en barco hasta Bonn durante aquel verano. Nos bañábamos en una piscina olímpica, cubierta. Y fuimos a la casa de Beethoven.
Mi padre me dijo que Beethoven era sordo. Dijo era, pero yo no reparé en el tiempo pasado y pensaba que el tal Beethoven era uno de sus muchos amigos filósofos. Entramos en aquella casa museo y había un par de vitrinas, una con un piano viejísimo y otra con una trompetilla que la gente miraba con veneración, ¿por qué? Y yo mirando por los rincones, buscando juguetes para jugar, o al menos niños para hablar con ellos. Los hijos de Beethoven debían estar escondidos detrás de alguna puerta, qué tímidos. Es increíble lo que pude aburrirme allí, rodeada de partituras amarillas, resquebrajadas como reliquias.
Pero también estaba la escalera roja, y el niño ése holandés y rubio: jugábamos a bicicletas sin hablar casi. Sólo nos decíamos "spilen" o algo así, que significa jugar en alemán. Y yo también decía: "Follonen, spilen". Porque el niño se llamaba Follonen. Eso me dijo. Luego, en España, la gente se reía mucho cuando decía yo su nombre y, como en la tarde aquella del museo, sin pillar ni una me preguntaba incansablemente, ¿por qué?

6 comentarios:

B. dijo...

jajajaja, esta es muy graciosa. Lo curioso es que no hayas olvidado el nombre y que recuerdes cómo era la casa.

Por cierto, a mí también me gusta esa de Nena Daconte... Ah, Rocío, quizás no rezáramos con suficiente fuerza, el examen de Inglés Oral lo suspendí con un 3'5 de manera increible...

Anónimo dijo...

Vaya, hom...

Corina Dávalos dijo...

Es buenísimo! Me has recordado a Bruno, un niño que es el protagonista de "El niño con el pijama de rayas"

El payaso triste dijo...

Olé, olé y olé... esto parece la Monumental de Barcelona!

Anónimo dijo...

Ja, ja. Ya apuntaba maneras la niña. La genialidad no se improvisa.

Anónimo dijo...

Qué buen libro el del "niño con el pijama...", por cierto.