Ayer fui con mi primo a la Casa de la Memoria, en el barrio de Santa Cruz, a un concierto de música sefardita. Para no apuntarme un tanto diré que el concierto no entraba en el plan, sino que vino de pronto a nosotros, como un regalo, como suelen parecer casi todos los regalos, como por casualidad. Carmen Martín Gaite hablaba en una de sus novelas del "dolor de esquina", ése que te invade cuando doblas una calle y en un ramo de azahar colgante, una terraza veraniega o un par de músicos con violín distingues la espada de un viejo amor, quizás no tan antiguo.
También existe, digamos, el placer de esquina, o gozo de esquina. Ayer mi primo quería ir a una tetería que hay en la sevillana calle Aire. Como no hace mucho me perdí con Miguel dÓrs por el barrio de Santa Cruz, llamé para no hacer el ridículo a don Fidel Villegas.
-¿Dónde está la calle Aire?
-Al lado de la calle Fabiola.
-Ah.
Ya es mío, me dije, y de hecho fui capaz de llevar a mi primo por mi ciudad sin mucha vergüenza. Medio llovía, las calles estaban aderezadas con eau de cheval y la avenida de la constitución seguía pareciendo un emplace futurista. Pero allí estábamos, en medio de Ximenez de Enciso, y de repente, ¿por qué te paras? La Casa de la Memoria.
-Aquí vine a un concierto con mis padres, la música judeoespañola es la más bella del mundo.
Miré hacia arriba, y en un cartel anunciaban el mismo prodigio para aquella tarde, a las ocho y cuarto. Entramos, nos pusieron en lista de espera, fuimos a la tetería, fuimos a la placita de Santa Marta, volvimos rezando a todos los santos de la corte celestial y pudimos asistir. Allí nos sumergimos en un idioma lleno de magia, un idioma para soñar, cantar, hacer poesía, enamorarse, llorar y rezar.
12 comentarios:
Hete aquí otro poema en prosa.
Más bien relato, ¿no?
No, no, poema en prosa. Lo que importa es la emoción, la música judeoespañola de la prosa, no la sorpresa, tampoco la historia, creo.
O sea que según tu opinión, aquí empieza una serie de poemas en prosa...
Ojalá
Te felicito por este poema en prosa que nos relatas [siempre me ha gustado ser conciliador...], y te animo a que sigas. Me ha gustado muchísimo la imagen del gozo de esquina; de hecho, creo que una las claves de la vida es saber disfrutar de esos gozos inesperados, pequeños pero inmensos.
Gracias! Frases así te suben el ánimo.
que envidia!!no se si todavia huele a azahar por alli o voy con retraso.tiene razon cr: que bonita la imagen del dolor de esquinas!!y que verdad.no solo la herida de la hermosura sino tambien la mezcla siempre agridulce del recuerdo.
Ya no huele a azahar, hojimerl: ahora huele a sol y a verano
Bravo por el conciliador CRM: "este poema en prosa que nos relatas"
Mejor no puede decirse.
"No echar de menos nada",
Medio verso de Carmelo G.Acosta que aún me da vueltas por dentro.
Pues a mí me parece que "no echar de menos nada" es muy práctico para la vida, pero "nada" poético... Y nada realista, tampoco, porque siempre se echa algo de menos...
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