lunes, septiembre 07, 2009

Conversión "ad creaturas"

Cris me acusa de haber abandonado durante el verano la Fanta de naranja por el yanki refresco de Cola. Tampoco es muy española la Fanta, ahora que lo pienso, pero en este blog que se está volviendo viejo tiene una sólida tradición como bebida que congrega todos mis recuerdos: es la bebida fantasma, la máquina del tiempo naranja... un primer sorbo dulce y artificial y ya se aparece ante mis ojos toda mi niñez en el parque. Las palomas comiéndome viva y yo tan feliz.


Pero la Cocacola, en cambio, me devuelve a mi pre-adolescencia, magníficos once, doce y trece años. Tenías muy dentro un run rún: "esto se está acabando". La última vuelta del tiovivo. Pero aún no se había hundido el Titanic y, desde luego, la orquesta tocaba a pleno pulmón. Y había fuegos artificiales, sobre todo en verano. Aquellos vídeos musicales en el antiguo aparato Beta de mi abuelo: Michael Jackson cantando y un Glenn Medeiros supercursi que me fascinaba. Mis primos se partían de risa conmigo y el "nada cambiará mi amor por ti". Y yo shhh, ssshh, y los ojos como farolas. También empezaba a gustarme un chico rubio del grupo A-ha porque al cantar se le ponía un gesto romántico en la cara. Y todo esto regado por el anuncio de Cocacola, versión de 1988: "first time, first love, Cocacola is it"...
Cocacola, la chispa de la vida, decía mi madre. Y yo, que era muy joven aún para detectar la ironía, me sentía mayor a la vista de esos vasos altos, oscuros y chispeantes. Era el color de la alegría, el color de las vacaciones.
Por todo eso, este verano he vuelto a mis orígenes. Me he convertido a mi fe de finales de los años ochenta.

5 comentarios:

Máximo Silencio dijo...

LA magia de cocacola es que es para todos, que es dulce que te espabila (sin hacerlo demasiado) Cocacola... La mejor bebida del mundo... Si esta fría claro...

Saludos

Carlos RM dijo...

¡Chispeante!

José María JURADO dijo...

Hola, Rocío, te invito a leer esta entrada, por empatía.

http://lacolumnatoscana.blogspot.com/2009/09/cocacola.html

Un saludo.

Alicia Cervera Cano dijo...

Rocio me gusta tu blog, segurmente hemos compartido algún trago de cocacola juntas cuando eramos niñas. ¿quién soy?
Tu baby tia.
Alicia.

batiscafo dijo...

A mí la coca-cola siempre me ha hecho llorar. No me acostumbro y no me gusta ese efecto incontrolable.

Me gustaba más la fanta, de naranja o de limón. Bueno lo que de verdad me apasionaba era la mirinda, pero dejaron de fabricarla. También, desde chiquitita, el schweppes que era más amargo e incluso el bitter kas y la tónica. Ya ves qué contrastes.

¡A-ha!, ¿quién? ¿Morten? Me encantaban A-ha, Duran Duran, Spandau Ballet... Ocuparon las paredes de mi cuarto adolescente cuando se me pasó la efervescencia michaeljacksoniana.

¡Qué buena entrada!