viernes, mayo 16, 2008

Y van bien vestidas

Sofía y yo, en medio de la nieve del Norte, disfrutábamos de una semana blanca. Teníamos veinte años y estrenábamos chalet, el chalet nuevo de sus tíos. Desde el mirador de cristal veías la nieve, y por detrás había una calle normal, con carretera, otras casas y un estanco. Y dos contenedores de basuras: uno verde y otro azul.
Solía tirar la basura José, el tío de mi amiga. Tarde tras tarde, a las seis, se calzaba unas botas y se colgaba las bolsas al hombro con gesto antiguo.
José había cumplido su tarea hacía, por lo menos, media hora. Sofía empezó a ponerse nerviosa buscando tres billetes de cinco mil pesetas. Tres hermosos billetes azules que se perdieron en la basura. Como un flash doloroso recordó el gesto, la bolsa blanca, la mano furtiva.
Salimos a la calle con un taburete del cuarto de baño y un palo larguísimo. Yo sostuve la tapa del contenedor y ella, subida al banco (y vestida con vaqueros de Zara y chaquetita roja de Carolina Herrera), metió medio cuerpo para revolver las bolsas con el enorme palo, que crecía por segundos.
Anochecía. La nuestra era una calle alegre y colorista: pasaba gente. Puede oír cómo una chica murmuraba "cómo anda el patio". Y un hombre guapísimo, de ojos profundos y nariz barroca, se nos quedó mirando y dijo, como para sí, con gesto soñador:
- Y van bien vestidas...

9 comentarios:

Adaldrida dijo...

El hecho es totalmente verídico, con un paisaje algo idealizado...

Anónimo dijo...

Esto es pensat i fet. ¿Sólo el paisaje? Ejem...

Néstor dijo...

No me ha costado nada imaginar la escena y reirme a pierna suelta.
Par de valientes: ¡bravo por ti y por Sofía!

Benita Pérez-Pardo dijo...

ja,ja,ja...
No hay que tener perjuicios!
Me imagino la escena tal cual!

Nodisparenalpianista dijo...

Claro que si, estilazo hasta para rebuscar en el contenedor. Siempre estuve seguro, Rocío, de que tu no eras una jipi.

Kuky Haindl dijo...

jajaja! q estilo rocío! seguro q fuisteis las 2 "mendigas" más monas q ha visto aquel señor

Adegea dijo...

Tuve una anécdota parecida pero sin tanto glamour en el container de debajo de casa de mi madre. Ella tiró por descuido un anillo de oro de mi hermana y allí que fuimos las 2 a buscarlo.

Dulcinea dijo...

Si yo te contara mis aventuras en los contenedores... Me encantan.
Mi hermano me llama outsaider. Pero me importa un pepino porque me divierto como una loca.

Jesús Beades dijo...

Mal vestida andas con este post ya tan antiguo. ¡Perezosa!