Ya pasó la tragiborrasca: gracias a todos. A los amigos, que como dice ese lector anónimo, (¿o lectora?), son lo mejorcito que tengo: Lord Scutum, Enrique, Cerero, Carlos... Gracias a Sonsoles por la preciosa anécdota: lo mío, como podéis imaginar, no era para tanto....
Una pequeña tragiborrasca, término acuñado por Merlín, no el mago sino el gracioso de la comedia que ocupa todos mis bytes.... ¿O pensábais que en Navidad no iba a enredarme nuevamente con la tesis? Pues desde el veintinueve le dedico dos horas y medias al día, y a fecha de hoy he llenado el 80% de lo que me había fijado... todo un record.
Os dejo con una coplilla que canta el pretagonista delante de su amada frustrada y contrariada:
Lágrimas de indignación
lágrimas son, pero impías.
Las mías más en razón
van, pues son de amor las mías:
mas ¡ay!, qué inútiles son.
En resumen, Ajmatóva cura mis heridas, pero a medias con el gran Calderón. Lágrimas de rabia, de soberbia, de orgullo herido, lágrimas son, e incluso justas o al menos necesarias, pero se borran con un poco de sol, con seis sonrisas cibernéticas.
lágrimas son, pero impías.
Las mías más en razón
van, pues son de amor las mías:
mas ¡ay!, qué inútiles son.
En resumen, Ajmatóva cura mis heridas, pero a medias con el gran Calderón. Lágrimas de rabia, de soberbia, de orgullo herido, lágrimas son, e incluso justas o al menos necesarias, pero se borran con un poco de sol, con seis sonrisas cibernéticas.
2 comentarios:
Buscaré a Ajmatóva, junto con la antología de Rosillo y de Trapiello que me recomendaron Cerero y Pablo Moreno. No sé porque me huelo que los camellos de oriente me traen algo de San Juan de la Cruz!!! a ti que te traen Rocio??
La verdad es que cada estrofa del teatro clásico español es oro puro.
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