Me gustan las ardillas, los gatos y los delfines. Por ese orden.
Una vez me hicieron uno de esos juegos psicológicos (o psicópatas) que consistía en preguntarme cuáles eran mis tres animales preferidos, y por qué. La idea era que mis respuestas responderían a mis más hondos conceptos ancestrales acerca del sexo, el amor y la vida, pero yo no lo sabía, claro. Así que dije:
Primero, las ardillas, porque son idílicas, jugetonas y dan saltitos (uuuuh!)
Segundo, los gatos, porque son limpios, curiosos y de fina estampa. (Curiosa definición de amor la mía.)
Y tercero, los delfines, porque son ligeros, azules y acuáticos. (¿Qué se puede sacar de eso...? La vie en bleu.)
2 comentarios:
Muy gracioso (y peligroso...) este minizoológico psicópata. He tratado de aplicármelo, pero conociendo el truco de antemano no paso del primer animalito.
Es curioso, idealizamos aquello que desconocemos o que conocemos poco, conste que a mí me encantan las ardillas, pero en los países que abundan hay quien las considera puntito más que las ratas... Me ha encantado... TODO
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