sábado, septiembre 30, 2006

Todo cambia

Hoy me he despertado pensando que todo en esta vida fluye más o menos dulcemente. A veces como un río, a veces como una cloaca y otras veces como el castillo de Lindabridis, que aparece y desaparece ante nuestra vista como el relámpago orsiano. Fermosa me pareceis, doncella, mas encantamiento puede ser.
Hace cosa de siete años conocí a Lord Scutum gracias a un programa de radio que él dirigía. Se llamaba "La Cueva" y era tosco y hermoso como un cuenco de barro. Se veía que ni Lord Scutum ni su compañero eran periodistas, y sin embargo creaban todo un mundo cada jueves por la noche. El programa terminó de pronto, del mismo modo que mi compañera de piso en Pampaluna ya no vive en Íñigo Arista, donde a golpe de maullidos de gatos y fondo de violines, radio de cocina, vim clorex, nos fuimos acercando cada tarde. Ella me hablaba de Mozart y del arte barroco, los patronatos en Navarra, y yo le hablaba de Calderón y los poetas vivos como fuerzas vivas. Me llevó por las piedras mojadas, me enseñó Pampaluna. Y ya no vive ahí. Punto y aparte.
Van a cerrar el supermercado donde yo compraba el pan. Mora Fandos cierra su bog. Por no hablar de un chico que de pronto decidió separarnos de su vida.
A veces una piensa que ser valiente es decir de una vez la vida es una mierda. Pero es que no lo es. Sólo la felicidad y la nostalgia se asemejan tanto una a otra, sólo para el placer y el dolor merece la pena vivir. Ayer, con banda sonora de Mamas & Papas celebré en mi casa el banquete de otoño.

8 comentarios:

Buentes dijo...

Excelente post como nos tienes acostumbrado... Deja un sabor agridulce, esa nota de temporalidad de la vida, pero como siempre -y en mi realidad así es- la esperanza prevalece.

Buentes dijo...

PD: Lo siento por escribir dos mensajes seguidos, pero tenía que decirlo en tu blog, EL BANQUETE DE OTOÑO FUE EXCELENTE!!! Viva la Anfitriona, y encantadores los asistentes: Lord Scutum (en la ficción, y por modales, tambien en la realidad), D. Iván García (interesante libro, me debes una firma jajajaja), el Sr de la Guitarra (el genio Beades) y Cerero (con un futuro de papel en las manos). Fue genial!!!

Anónimo dijo...

Gracias Sr. Buentes, gracias por todo...

E. G-Máiquez dijo...

Yo me perdí el banquete de otoño... Por suerte, no esta entrada.

Anónimo dijo...

Venerada Gis
En la noche del viernes había algo de despedida de un mundo y de descubrimiento de otro que me trajo a la memoria la esencia precaria,amenazada y efímera de la felicidad.Este fin de semana le hé dado muchas vueltas a nuestra amistad,quizás porque pienso que me estoy perdiendo algo de tí o tú de mí...
Los amigos son para mí la cosa más importante del mundo,la más significante y consoladora,y se requieren una delicadeza y un tino especiales para no perderlos.Creo que el secreto está en no tiranizarlos ni en exigirles más de lo que buenamente quieran darte,cómo y cuando puedan,en respetar su albedrío,en ser tolerante con sus defectos,y en no pretender acapararlos,poseerlos ni ejercer sobre ellos normas de ningún tipo.Solo así no se pierden y reaparecen siempre como un milagro inesperado...
Tengo que decirte que te eché muchísimo de menos,que este Otoño inaugurado en tu casa la noche del viernes me hizo pensar en el transcurso del tiempo desde que te conocí,allá en la cueva,hablándome del éxtásis cerca del lago cuajado de estrellas...
Todo cambia,todo se muda,(incluso nosotros) y a veces ,en un sencillo y noctuno viernes,te das cuenta de que las cosas nunca volverán a ser como antes(la vida misma...),pero cada vez que vuelvo a verte-aunque te vea muy otoñal,como te dijo Beades-,siento ese fulgor y alegría que arrojan los buenos amigos,por eso espero que la nostalgia de esos "tempos de antaño",no absorba todo lo que nos queda por vivir en estos ritmos nuevos ,aunque veamos menos esa luz de vela itaqueña,no seamos derrotistas nunca, forastera,
juro no serlo contigo

Anónimo dijo...

AAAAAyyyyyy!!!

Carlos RM dijo...

Rocío, hace poco escribiste que lo tuyo era la poesía (sin duda) y que la prosa se te resistía. Con la venia... no se te resiste, se te rinde. Quizá lo tuyo no sea dar a luz una novela de 1.000 páginas, pero prosas como ésta, tienen música, poesía y gracia. Sigue, please.

Anónimo dijo...

Carlos, de verdad, muchas gracias... Y seguiré, este blogg no se clausura.