sábado, julio 31, 2010

Una semana en el cielo

Ya puedo ofreceros la crónica completa de nuestra semana en Maestu...
Esta es la llave de nuestra casa: una llave grande, recia, algo tosca, como la alegría que nos une bajo los árboles. La llave de un mundo mágico que se llama Verano en el campo.



En el pueblo, un sol embridado por el viento y una hilera de escudos de piedra. Yventanas con flores...





En el monte, el hayedo mágico... en Santa Teodosia... con el grupo de montañeros.





También disparé un flash solitario...



Fuimos una tarde a Estella. A la sombra de San Miguel, tras la misa del peregrino, nos esperaba una arboleda y las moras en penumbra, listas para ser gozadas. Sabían a dulce veneno, a tarde larga y suave de julio generoso. Al principio, Juanra se ofreció a alcanzar la fruta para mí.






Luego encontré una rama a mi altura, la altura de una hobbit, y fue Charo quien disparó la foto.





En el suelo se cruzaban las sombras, como las bóvedas de una catedral. Y recordé los versos sencillos de José Martí.
"Busca el obispo de España
pilares para su altar:
¡En mi teplo, en la montaña
el álamo es el pilar!
Y la alfombra es puro helecho
y los muros abedul,
y la luz viene del techo
del techo de cielo azul"









8 comentarios:

Noelia Cano dijo...

Qué fotos más preciosas, Adal!! Y la descripción mmm inspira auténtica serenidad campestre!! Seguro que lo has disfrutado muchísimo!!
¡¡Besos!!

José María JURADO dijo...

Recuerdos a Juan Ramón- Me alegro de tanta felicidad.

Marcan dijo...

¡Qué alegría ver tanto paseo por el monte! Sigue, no te pares.

Tere dijo...

Besos Rocío

Trancos dijo...

Maestu remanso de paz, rinconcito de cielo. Aldeas de piedra esparcidas en lienzo verde. Cumbres, barrancos, y silencio. Subir, respirar, llegar…Tardes de paseo, rumor de agua. Y sobre todo amigos.

Gracias por el regalo de estos días.

Juan Ramón dijo...

Qué buenos momentos pasamos, Rocío: el paseo por el hayedo de Santa Teodosia, envueltos en un silencio similar al del día después de la Creación; o las tardes en La Ferrería, con un cierto sabor chejoviano; y, sobre todo, la compañía de buenos amigos. Gracias a vosotros por vuestro cariño y hospitalidad.

Anónimo dijo...

Han sido unos dias magnificos. Gracias por todo; Rocio

Javier e.d.Ch. dijo...

No soy anonimo, soy Javier e.d. Ch.