jueves, agosto 03, 2006

El olor de las librerías

Algunos olores son como algunas músicas: tienen el poder de hacerte viajar en segundos, del limonero de tus cuatro años a la tarde con lluvia del miércoles. El olor del café, por supuesto, y el pan y la tierra húmeda y los naranjos, pero... Pero también la fruta, la madera, los polvos de talco, los pastelitos de la Pantera Rosa, el jabón Dove, los zumos de naranja, el sol por la tarde y en verano, (el sol huele, la piedra sonríe), y los libros...
Se puede aspirar el olor de los libros con las manos, del mismo modo que para ver la luz primera lo mejor es cerrar los ojos y sentir el calor en los párpados.
A veces los colores, olores y sabores se mezclan en sinestesias imposibles. A mí no me gusta el melón francés: me parece melifluo y cursi. Ayer me preguntaron el porqué de mi fobia y dije que el melón Galia sabía a niña melindrosa cuyo nombre fuera Celia. Mi padre me preguntó muy serio si había probado alguna vez una niña llamada Celia y con melindres. Acto seguido él, tan razonable, me aseguré que el melón francés le sabía a dentista.
A dentista viejo y desdentado, concluí yo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Venerada Gis,
No sabía de tu aversión al melon francés,tendremos que superarlo...
Tu entrada me ha recordado a la novela que leí hace siglos de Patrick Süskind,en donde los olores evocan el privilegio de la invisibilidad.Como él mismo dice
"Antes del tacto,sucede el olor,como mensajero de una esencia que sabe desaparecer en el aire y ser agente de un gran poder.La seducción que despliega el olor es implacable:se instala en nosotros y sella su poderío en los tejidos de la memoria",no soy muy olorista pero jamás se me olvidará como olía mi abuela ,ni el mejor perfume lograría gustarme tanto,venía a ser un olor casi litúrgico,como cuando vas a misa a las ocho de la mañana en la catedral .Por cierto magistral eso de que el sol huele y la piedra sonríe,muy bueno

Buentes dijo...

Totalmente de acuerdo contigo Rocío. Esa frase del olor de los libros que podemos aspirar con las manos es totalmente acertada. ME encanta ir a las librerías, abrir los libros y NO para leerlos sino para percibir el roce de las hojas, la textura y el olor a nuevo, a tesoro escondido que tienen todos. (Bueno algunos no... verás que hay muchos olores de libros... son diferentes, no huele igual CLARA CONTRASEÑA de Pablo Moreno que EL CODIGO DA VINCI de Dani Marrón) Por cierto, en relación al tema de esta entrada, harías un poema sobre el olor de las librerias para algun proximo libro??? Un abrazo Rocio y saludos desde Castellon.

Carlos RM dijo...

Estoy de acuerdo; para mí el poder evocador de los olores es, incluso, superior al de la música. Los perfumes se resisten más a la palabra, a la descripción, son realmente de otro mundo...

Hay un aroma —que yo supongo la mezcla del olor de varias plantas— que me traslada automáticamente a la infancia; me sorprende en lugares diversos y cuando lo recibo me da paz.

También me gusta, como a ti, el olor de las librerías, pero más aún el de las pastelerías; pero no dentro, sino cuando te acercas y deseas todos los frutos de sus cocinas.

Adaldrida dijo...

Asombroso mi parecido con los tres. Lo de Dani Marrón es antológico, y lo de oler las pastelerías desde fuera. mmmmm...

Buentes dijo...

Rocío, la verdad que ahora viendo lo de Carlos me ha hecho recordar que también tengo un olor metido en la cabeza desde hace mucho tiempo y que me lleva directamente a la planta del piso de mi abuelo. Es un olor como a recibidor... a caramelo de anís... a cajones de madera... Rocío no olvides mi propuesta de poema del anterior post!!! jajajajaja.

Corina Dávalos dijo...

Sólo podemos oler lo que tenemos muy cerca, (pobres hombres de sentidos de corta distancia). Quizá por eso los olores de la infancia hacen que nos de un vuelco el corazón, porque el sentido engañador nos hace creer por un momento, que quizá se nos ha acercado el tiempo. Me ha gustado mucho esta entada tuya tan perfumada.

Jesús Beades dijo...

¡E-cha-mos de me-nos al-gu-na nue-va en-tra-da!!

Como esto siga así, me iré a la Puerta del Sol a manifestarme para que:

-O vuelva ya Rocío del verano (qué endecasílabo, ¿en?)

-O ponga un post magnífico en su página (otro, toma ya).

A la Puerta del Sol, ¡y que salga por Antequera!

Anónimo dijo...

Ro, necesito tus entradas para que mi agosto opositor no me resulte tan pesado. Para cuando la próxima? Un abrazo.