El verano se acaba con gran velocidad. No puedo creer que en una semana viajo de vuelta a Sevilla. Mis bravos compañeros se alegrarán... Prometo una fiesta en mi casa como las de antes, con viandas, música, película, lectura de poemas (de otros, que míos no), cerveza helada, humo endecasílabo y alucinaciones a eso de las cinco. Me sentaré en el suelo como antaño, a reir sin coherencia ni freno. Acabaremos desayunando a las nueve en la cafetería de mi calle. Invito desde ya a Enrique García Máiquez y a Manuel Prendes, donde quiera que esté.
8 comentarios:
Muchas gracias por la invitación a tan bohemio evento... ¿Y no aguará mi consevadurismo la función? ¿Sentarse en el suelo, humo endecasílabo, reír sin coherencia? No sé si es mejor que yo llegue para el desayuno de las nueve.
Pues que sea un sábado.
Lo será, lo será... Sr. García-Máiquez, son los conservadores los que a mí me gustan. Me chiflan los bohemios de misa diaria. Venga, venga, y estará como en su propia casa...
No, si yo encantado... lo que pasa es que a partir de las doce me puedo convertir, como Ceniciento, en una calabaza...
Las calabazas también son criaturas de Dios, y tienen cabida en nuestra fiesta. Y lo de sentarse en el suelo, muy del gusto de la anfitriona, es opcional. A mí me duele el culo en tal postura -vaya endecasílabo-, y prefiero el acogedor sofá de mil cojines.
Hola, que chulo
Navegando, encontré tu espacio. Ha sido un gusto recorrerlo.
Saludos...
Gracias Angel por leer mi blogg, y bienvenido.
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