miércoles, febrero 21, 2024
En Pampaluna
jueves, enero 25, 2024
Conversaciones en Misa
martes, enero 23, 2024
Perdida entre naranjos
sábado, enero 20, 2024
Canto para Lord Scutum
miércoles, enero 10, 2024
La cuesta de enero es... cuesta abajo
jueves, enero 04, 2024
La auténtica diversidad
domingo, diciembre 24, 2023
¡Feliz Navidad 🎄!
martes, diciembre 19, 2023
Navidad en Maestu
viernes, diciembre 01, 2023
Uno de diciembre
domingo, noviembre 26, 2023
Lo que más me gusta del sol es la sombra
viernes, noviembre 17, 2023
POQUITAMENTE
Cunde la opinión de que un filólogo tiene que estar hablando siempre bien, casi en endecasílabos y de forma correctísima, vamos, que si estudiaste filología debes dar la impresión de haberte tragado el diccionario de la Real Academia Española en su versión más actualizada. Ni un desliz se te permite..., ¡y yo amo la creatividad!
Pues me rebelo, y me revelo como inventora de palabras. Y además, cuando menos te lo esperas.
En los últimos tribunales de TFM, ya nos habíamos quedado solas entre alumno y alumno mi compañera y yo, hay bastante "buen rollo" entre ambas, y quería decirle que podíamos esperar un poco a la siguiente sesión, tomarnos un pequeño descanso, que había tiempo. Ella me preguntó ¿cómo vamos?, y yo respondí casi sin pensármelo: poquitamente.
Poquitamente: me entendió a la perfección. Poquitamente es un estado mental y físico. Lo patento. Poquitamente se vive mejor...
Poquitamente, tra tra.
martes, noviembre 14, 2023
De pequeña me gustaban los robots
En invierno vuelvo a mi niñez, como si una puerta entreabierta me tentara con los primeros fulgores de una chimenea que se vislumbra al fondo.
Cuando menos lo espero, vienen a mi memoria retazos, retales de mi infancia. Los juegos en el jardín de mi urbanización, con tablones de madera. El despliegue de ejércitos de pitufos, cinco buenos y cinco malos, que montábamos Antoñito y yo para luchar toda la tarde: te ves a Papá Pitufo de malvado sencillamente porque tenía barba... azul. O espera, no: azul era el gorro.
Y hoy, "radiante de cansancio" tras un montón de tribunales de TFM, he recordado que hubo una época, en torno a los diez años, en la que me dio fuerte por los robots y los Transformers, influida por Antoñito también.
Los pedía por mi cumpleaños y Navidad: eran feos pero brillaban y se podían poner en mil posiciones. Fantaseaba un par de horas con el coche de montaña que si le volvías una pieza del revés era un dragón con dientes infernales ,y luego, antes del baño y la cena, me dedicaba a acunar con dulzura a mi muñeca Maite.
lunes, noviembre 06, 2023
El largo invierno (odio eterno al mes de noviembre)
miércoles, noviembre 01, 2023
Sevilla en Noviembre
martes, octubre 31, 2023
Eres Casa
Eres casa.
Nos reímos, lloramos, nos decimos adiós. Bailamos, bailamos siempre.
¿Por qué vives en el Norte?, me preguntas, con ojos de castañas asadas en una chimenea.
Porque soy Norte, respondo, con ojos de columpios dorados en el parque..., pero también soy Sur.
Por eso vengo al Sur, para que me regales mitones en diciembre, y susurres ¡qué frío!, mientras yo ocupo un abrigo fino de entretiempo.
Por eso vuelves al Norte, por primavera, cuando se abren pequeñas margaritas en mi jardín de Maestu.
Y así se construye una amistad de veintitrés años, en ia que tú conoces mis tremendos resfriados de garganta y yo adivino tus pellizcos insondables en el estómago.
Conocernos por dentro y seguir siendo casa, la una para la otra: el reto, la maravilla.
sábado, diciembre 31, 2022
2022, un año de efemérides poéticas (20 años de poesía)
"Que veinte años no es nada", y que el último día de dos mil veintidós, como quien dice, me he dado cuenta de que hace exactamente dos décadas publiqué mi primer libro de poesía...
Efectivamente, el muy querido Fidel Villegas tuvo a bien publicar mi primer librito, Magia, en la sevillana editorial Númenor, en 2002.
Del mismo modo, hace exactamente diez años se falló el premio Adonáis 2012 y yo gané el accesit que me permitió publicar mi cuarto libro de poemas, La llave dorada...
Cuánto tengo que agradecer: hoy es el bendito día en el cual estoy poniendo la última piedra casi, también como quien dice, de mi último libro de poemas, Víspera de todo. "Hoy es el primer día del resto de mi vida"...
domingo, diciembre 25, 2022
Un soneto me manda hacer mi madre (para felicitar la Navidad)
martes, diciembre 13, 2022
La vida es tan bonita...
sábado, diciembre 03, 2022
El cuaderno de Iker
Me acaban de pedir, (por Twitter nada menos, y un desconocido), que no abandone este blog..., así que aquí estoy para contaros otra historia surrealista de mi infancia.
Ayer os ofrecí un proema (poema en prosa, nomenclatura de Jesús Beades, de cuando se hablaba del blog como nuevo género literario), que glosaba mi, digamos, despertar al enamoramiento adolescente... Pero la primera experiencia que tuve, más o menos fingida, sucedió en Maestu, lugar bucólico por antonomasia para estos menesteres.
Éramos dos crías, pero de repente mi prima Cecilia dijo que le gustaba muchísimo un vecino que se llamaba, pongamos, Julen. Julen era rubio y guapo hasta morir, como como buen vasco. Mi despierta primita no se quedó contenta con eso, sino que intentó convencerme de que a mí me gustaba su hermano, así, por solidaridad.
Muchos años después, cuando nació mi vocación al Siglo de Oro, descubrí que este era el argumento exacto de una comedia Calderón, No hay burlas con el amor.
El hermano del susodicho se llamaba pongamos que Iker. Era canijo, dos años menor que yo y tenía pecas, pero también unos ojos bonitos y una gran simpatía así que dije: pues vale. Como yo aún jugaba con muñecas, lo incorporé en mi imaginación al juego y decidí que Iker era el padre de mi hija Maite.
Pero de repente caí en la cuenta de que el amor tenía que ser creativo... Ésta es una intuición que tuve a los diez años y que no me ha abandonado nunca.
Así que me compré un cuaderno en el estanco y me dediqué a pasar las tardes sentada a una mesa de piedra en medio de nuestra finca, dibujando a "mi amado".
Abro paréntesis para confesar que yo con diez años dibujaba fatal, pues tenía problemas motrices y en primero de EGB me suspendieron trabajos manuales..., pero Omnia vincit amor.
Dibujé a Iker jugando a pelota (vasca), saliendo de su casa que era un palacio, bañándose en el río, bajo la cascada, vestido de Superman... y vestido de romano, (sic). ¿Por qué? No existen porqués en esta historia...
Luego me dije que el amor tenía que ser generoso, así que dibujé las cosas que le regalaría a Iker, yo, que no recibía ni siquiera paga por entonces.
Así que tracé con torpeza las finas líneas de una pelota (vasca), una bicicleta de montaña, (rumbosa yo), y un cartabón y una escuadra, igual de surrealistas que el traje de soldado romano.
Por supuesto, nunca intercambié más que un hola y un adiós con Iker, cuando nos veíamos por las calles del pueblo, y el cuaderno me lo confiscó mi padre, vencido entre el orgullo y las risas, y se lo enseñaba a todas las visitas, ante mi creciente enfado.
Así que una noche, provista de nocturnidad y alevosía, (y de una linterna), recuperé lo que era mío..., y por supuesto con el correr de los tiempos, lo perdí.
Pero, inspirada en uno de los mejores poemas de Miguel d'Ors, puedo decir que acabo de rescatarlo, y que me estará esperando siempre, deslumbrante, en estas pocas líneas.
viernes, diciembre 02, 2022
La puerta dorada
He soñado con nieve y con trineos.
Parecía una película americana, pero era un sueño. Un grupo de niños y niñas, con trenzas y gorros de pon pon, te rodeaban con canciones preguntándote por tu primer amor. Preguntaban a una vieja con carrito, a un señor con periódico, me preguntaban a mí.
Sonaban los Bee Gees, tenía yo once años y recuerdo que pensé: enamorarse debe ser fantástico... Y pasó un vecinito de nombre italiano y ojos verdes, abriéndome la puerta cual caballero medieval.
Me abría la puerta, recuerdo, porque estaba yo cargada de bolsas de la compra. Lo que no sabía él es que me estaba abriendo la puerta de las dudas, del insomnio, del sufrimiento luminoso. La puerta temprana de la adolescencia.