La paradoja "tristemente felices" referida a las canciones de mi grupo favorito no es mía, creo que la leí en un artículo donde entrevistaban a María Kodama, y ella contaba cómo había dado a escuchar una canción de los chicos de Liverpool al gran Borges, y cómoél comentó que producían una especie de felicidad triste.
O una tristeza feliz, pienso yo, recordando poemas de D´Ors o de Eloy Sánchez Rosillo que cualquiera definiría como nostálgicos y a mí me llenan de alegría. Como ver los autobuses en las calles de Pampaluna.
El caso es que´últimamente, en cualquier esquina de la calle o de mi oficina me asalta en la mente esta canción:
Yo no canto nada bien de labios para fuera, pero en mi cabeza suena perfecta, rodeada de una nostalgia por mi adolescencia sumida en acción de gracias por lo que ahora vivo.
Es mi tema favorito de los Beatles. Cuando tenía dieciséis años mi tío Morgan me lo grabó en una TDK junto a otras canciones que también me fascinan (Girl, Yes it is, I should have known better...) Voy a cumplir 36, por lo que llevo veinte años sintiéndome cautivada por Ask me why, cautivada por la alegría, (en clave lewisiana). Y son los acordes desgarrados y felices que me han inspirado uno de mis últimos poemas:
LA MISMA CANCIÓN
Del office en el ángulo oscurísimo
refulge la penumbra
con su música
de microondas mítico,
nevera
y final de pasillo
con recodo…
Es la Felicidad
que se viste de lunes
y me silba
una canción antigua
de los Beatles
que nadie más escucha
todavía.
Sí, tengo ya un esqueleto de mi próximo poemario. Probablemente se titulará Para no nombrarte, título que debo, a medias, a Beades y a Enrique García-Máiquez.
No voy a publicar ninguna otra pieza de mi futuro libro aquí, pero me apetecía reflexionar sobre Beatles y poesía... y de paso anunciaros que estoy de nuevo en medio de ese proceso feliz de creación y emoción.
4 comentarios:
Mil enhorabuenas por ese anuncio; una para ti, y las 999 restantes para tus futuros lectores. (La proporción puede variarse, pero siempre dentro de límites razonables). Y otras tantas gracias por ese sugestivísimo anticipo.
Y una curiosidad: he accedido al enlace que pones para tu poema, y me ha llamado la atención el primer verso, "Detrás de la venta". ¿Puede haber errata por "ventana"?
Sí, anónimo... la única errata del libro y está en el primer poema.
Gracias por tu comentario.
¡Y en el primer verso! Debía ser el peaje que había que pagar para que el resto estuviera libre de ellas. En fin, paciencia; ya sabes que las erratas son la enfermedad profesional del gremio. Si no conoces "Vituperio (y algún elogio) de la errata", de José Esteban, en Renacimiento (que acaba de reeditarse ampliado, según creo), te lo recomiendo vivamente. No sé si te consolará, pero sí sé que ha de divertirte, y no poco.
Gracias por actualizar ahora mas a menudo. Necesito mucho este blog. Es literatura pura. ANONIMO CON MAYUSCULAS
Publicar un comentario