Ahí estoy. En la tesis. Y, de repente, Javier Marrodán, el director de Nuestro Tiempo, me presta varios libros de Miguel d´Ors. Algunos hasta con fotocopia for me. Los primeros, los que no tenía. Hombre, no. Eso no se hace. Que por la noche no duermo.
Son las nueve y media y el escaparate de la perfumería se enciende. Los árboles de la ciudadela se conjuran en mi contra. El reflexivo septiembre aquí en la calle Iturrama consiste en farmacias y tiendas chinas de alimentación. Todo tan anodino, ¿por qué me gusta tanto...? Los chinos venden confitura de tomate. Mi tía me regala un postre de mousse de chocolate.
La biblioteca es blanca, sus pasillos blancos, sus ventanas grandes y detrás, arces japoneses con flores rojas. Y flores rojas en mi vestido, que puedo combinar con mi pintalabios de Revlon, "copper frost", número 371. Y los chicos me dicen qué guapa estás. Sonriendo. Y me dejan notitas en la mesa. Calderón está celoso, pero me tiene enterita de diez a dos y de cuatro a nueve.
8 comentarios:
Iturrama en septiempre es chulo, pero en octubre más. Mi barrio. Ay.
Y el mío, pianista...
Pues sí que es celoso Calderón, ten cuidado. Pero pensándolo bien, aunque los chicos te hayan dejado notitas él te ha dejado toda una comedia...
¡Viva nuestro barrio!!
Siento cierta curiosidad. ¿Sobre qué tema concreto de Calderón estás haciendo la Tesis?
¡Proema! Muy buenna observación, Carlos.
¿Mermelada de tomate? ¿Mousse de chocolate? Mmmmm qué envidia...
Es una edición de una comedia novelesca, anónimo... y ahora mi curiosidad, ¿quién eres tú?
Publicar un comentario