domingo, abril 15, 2007

Y... ¿porqué te gusta tanto Chesterton?

Por qué te gusta Chesterton, me preguntó mi madre con curiosidad. Vinieron a mi cabeza muchas razones, motivos filólogicos, ideológicos, sentimentales. Pude decir que Chesterton es brillante, que tiene un aura luminosa, una prosa impecable, un don para la ironía que no hiere. Es más, con GKC mi corazón hace un pacto, ya que aborrezco las polémicas y él era un hombre muy polémico. Sin embargo todos estos discursos palidecían frente a mis padres, que no fueron educados para saborear el humor inglés.
Así que les dije, sencillamente, que GKC habla de cosas que me interesan: cuentos de hadas, castillos, tabernas oscuras, amigos, vasos de leche, Alegría. Un mundo de palabras que yo amo, que desprenden un halo de belleza medieval. Ese halo que descubro también en poemas de dÓrs, cuando habla de vacas y de lluvia. Ese imán poderoso que intuyo en los arcos y espadas de Europa. Ese destello en los poemas de Beades o Joaquín Moreno, cuando se parecen a cantigas o leyendas.
Es cierto, me gusta Chesterton porque habla de las cosas que más me gustan.

16 comentarios:

Jesús Sanz Rioja dijo...

Esgrimía la palabra como Alatriste la toledana. pero no tiene que gustar a todo el mundo, claro.

Anónimo dijo...

a mí, a parte de lo que dice él me gusta lo que dicen de él y los libros que hablan de él.tuvo una vida ejemplar y tan batalladora y edieval como sus palabras.también su idea del amor y su propia historia lo son.una maravilla.saludos.

Anónimo dijo...

quise decir "medieval", claro.

B. dijo...

absolutamente de acuerdo contigo Rocío.

B. dijo...

Perdon, se me ha olvidado decir que pronto empezaré con La esfera y la cruz.

Jesús Beades dijo...

Chesterton crece y crece mientras a sus contemporáneos los va poniendo en su sitio el tiempo. Una vez discutí con alguien que no entendía mi deseo de que canonicen a G.K.C. "¿Pero ha fundado algo o ha hecho algo grande o qué?", decía.
El buen tío Chesnut no habría querido, sin embargo, la soledad hierática de los altares, pretextando tal vez la cantidad de madera necesaria para hacer su talla, o de mármol para soportar tanto peso. Hubiera preferido que le pusieran su nombre a una taberna. ¡Brindo por él!

Anónimo dijo...

A mí me ocurre al revés: admiro a Chesterton por cosas que no me gustan (el despiste, la impuntualidad, el caos narrativo, la ironía doble o triple) y que sin embargo no impiden que le lea con gusto.

El payaso triste dijo...

Siempre se oye hablar de Chesterton... pero nunca he leído nada de él. Me gustaría saber por cual de sus obras empezar. Hace meses que tengo ganas de leer algo suyo. ¿Qué leo?

Agus Alonso-G. dijo...

"Ortodoxia" es tremebundo, yo empezaría por ahí. Quizá si te lees una biografía suya (by Joseph Pearce o Luis Ignacio Seco) aprendas a amarle de antemano.

De Chesterton yo envidio lo más grande que puede tener un ser humano: libertad interior. Y su optimismo, aunque supongo que eso sería una consecuencia de lo otro.

Jesús Beades dijo...

Yo recomiendo:

La Esfera y la Cruz

El Napoleón de Notting Hill

El Hombre que era Jueves

El Regreso de Don Quijote

Manalive

San Francisco de Asís

Santo Tomás de Aquino

Robert Louis Stevenson

Anónimo dijo...

Son muchas las cosas que me gustan de GKC, pero por no enfadar, hablaré tan solo de esa descomunal galantería suya que le llevaba (son palabras suyas) a ceder su asiento no solo a una, sino a varias damas simultáneamente...
Y a la lista que habéis ido haciendo, yo añadiría “La Hostería Volante” (The Flying Inn), fábula de política ficción asombrosamente de actualidad en estos días en que la sombra de las Civilizaciones Aliadas empieza a alargarse paternalmente sobre nosotros.
Y, en fin, todo el mundo conoce las historias del Padre Brown (al menos de oídas); quizá nadie las ha citado por eso, pero son todas ellas pequeñas joyas ideales para iniciarse en el placer de leer a CKC.
Ah, y “El Club de los Negocios Raros”, y “El Hombre que sabía demasiado”...

Anónimo dijo...

Pues el caso es que Chesterton no me ha llamado la atención nunca (soy un poco cafre, lo reconozco), pero a la vista de tu comentario y del resto de anotaciones creo que empezaré por Ortodoxia.
Por cierto, muy bueno tu blog, si señor.

Anónimo dijo...

Gracias!!! Y gracias al distinguido público. No me colguéis, pero yo que tanto digo... ¡me he leído sólo Lepanto, la autobiografía y el hombre que fue jueves! Así que... Gracias

Anónimo dijo...

no te preocupes, rocío, que aún eres joven y nunca es tarde si la dicha es buena...y lo es.
por cierto, totalmente de acuerdo con agus, no recuerdo qué leí primero si los ensayos de chesterton o la biografía by pearce, pero fué entonces cuando empecé a admirarle profundamente de un modo distinto, no en vano se lleva pidiendo su canonización desde hace años.a ver qué ocurre.
independientemente de lo que ocurra los santos son santos aun sin reconocimiento "público", no?

Anónimo dijo...

Yo sólo El Hombre que fue Jueves (hace unas pocas semanas) y aún tengo el mono de seguir leyéndolo, qué final!!! Tremendo. Ahora a por La Esfera y la Cruz.

Anónimo dijo...

yo le conocí con Santo Tomás, pero me conquistó definitivamente con El hombre que fue jueves, creo que es mi favorito, no de él sino en absoluto...aunque los del padre Brown son entrañables... y... bueno y todos los suyos...y es verdad que esos que citas tienen destellos de él. Un beso