lunes, diciembre 08, 2014

La mejor iluminación de Navidad, la luna

Anoche llegué a mi casa muy de noche, con la pesadumbre de no haber fotografiado las luces navideñas de la Avenida de la Constitución de Sevilla como me pidieron mis amigos de UNIR. Sólo había logrado retratar la noche anterior los guantes de luz que abrigan a los árboles de La Encarnación (aquí.)
Mi padre, para consolarme, me dijo con zumba: "siempre puedes fotografíar la luna".


Y es una verdad muy grande: la luna es la auténtica luz de Navidad, porque refleja el resplandor del Sol. Y se me ocurrió una foto chula y un haiku:
"Luna con faros
siempre largos venciendo
a las farolas".
El diccionario del Samsung me ha sugerido, después del término "faros", el compuesto "antinieblas", y me lo he pensado un momento al considerar la imagen poética. A punto estoy de corregirlo, ¿sería un caso de escritura digital y automática? Samsung and me: ¿poesía ciborg?

Dedico este post a mis padres, a EGM y a los pocos lectores con paciencia que de vez en cuando se asomen a esta chimenea casi apagada. Muy pronto, post sobre mi paso por la feria del libro antiguo.

lunes, noviembre 17, 2014

Otoño en Logroño

...Rompo mi silencio para describir cómo en Logroño, la Belleza del otoño le ha ganado la partida a la fealdad cejijunta de los grafitti callejeros:


He disparado esta fotografía al salir de un túnel gris: la vida es puro simbolo y regalo. El cielo no podía estar más azul: sol frío de cuento rojo. Caminaba por parques verdes y circunvalaciones de pesadilla surcadas de repente por un ramalazo de fuego.
Y ayer, en un semáforo, levanté los ojos y vi que la ciudad en la que vivo parecía París:


Sigo escribiendo mi próximo poemario: por eso estoy tan callada. Pero lenta, muy lentamente, regreso a casa tras un largo viaje.

miércoles, agosto 20, 2014

La maravilla del Agosto clandestino en Logroño: Sonia San Román


Agosto comenzó en Logroño con una chocolatada poética  en la pastelería Viena, dentro del festival Agosto Clandestino.
Yo nunca había participado en un recital de poesía maridado con chocolate, aunque esto de los maridajes gastroliterarios es muy de La Rioja, pues en varias ocasiones me ha invitado Diego Marín a las catas de vino con textos de Hemingway u otro autor que suelen organizar la UR y la editorial Buscarini en el Ateneo.


En este caso el binomio letras-dulce venía dado por la autora que iba a recitar. Sonia San Román es una poeta riojana que tiene tres libros publicados, que presentaba el último, Anillos de Saturno, y que ha sido catalogada por la crítica como "autora agridulce", de ahí lo acertado del chocolate.
Yo no le veo nada agrio, más bien una mezcla de azúcar y pop muy moderna. Me fascinó por su capacidad de metáforas imprevistas, por cómo podía unir en un verso los sustantivos "pepino" y "Coca-cola" y sonar a música.



Entre tanda y tanda de poemas, el pastelero de Viena nos iba deleitando con distintas presentaciones del chocolate de Tanzania: primero, unas onzas simples para probar su fuerte aroma a cacao y sus matices a frutas (a moras, percibí yo); luego, un batido (casi, un chocolate de invierno, dijo el pastelero y esa definición me pareció casi poética); luego, un bombón, un helado y una construcción con aceite de oliva.



Fue algo cálido y evocador, muy íntimo a pesar de la gran afluencia (estuvimos más de cuarenta personas, que era la previsión más optimista, y algunos tuvieron que compartir helado). Sonia recitó el que es mi poema favorito de los suyos, el que acaba diciendo de modo surrealista: "mientras tanto, pides leche", que ya publiqué hace dos años en mi primera experiencia del Agosto Clandestino (aquí), y me impresionaron otros dos poemas que me ha permitido publicar de nuevo en este espacio, con su generosidad acostumbrada:

ESCOCIA
                        Donde quiera que se esté bien allí está la patria. Cicerón

Un camión cargado
de güisqui Glenffidich
nos adelanta por la derecha
en una carretera
atestada de ciervos
y de vacas con flequillo.
Suena el himno de Escocia
en la furgoneta.
Algunos dormitan,
otros miran por la ventanilla
y limpian con la manga del jersey
el vaho adherido a los cristales.
Algunos mosquitos enanos
se han pegado a su trampa
de alientos cálidos
y de gargantas heladas.
Un caza americano F-16
sobrevuela el lago
como un moscardón insolente.
Dicen que aquí repostan
para ir al Líbano
a seguir con sus asuntos.
Una niña ríe y no me molesta.
Es una novedad estar en paz
con este cuerpo que me envuelve.
Algo me sonríe entre las tripas
y me conecta a la moqueta verde
de antiguos glaciares,
a la turba que destila cascadas
de cerveza negra
y que calentará el hogar
en el invierno.
Algo me tira del centro del ombligo
y me obliga a expandirme
entre valles infinitos,
entre piedras tan viejas
como el mismo Dios.
Quizás vine a buscarle a Él
a estos parajes
donde los hombres
son más hombres
si llevan falda,
donde la tierra se cultiva
con un mimo antiguo,
donde el clan familiar
da el cobijo necesario
a los hijos que vienen.
Quién sabe si,
después de todo,
Dios no es sino
ver pastar a los ciervos
entre una fina lluvia de alfileres,
la soledad de las islas
entre el viento del norte
llamando a la ventana,
la manta de cuadros
que abriga tus tristezas,
la cerveza cremosa
en buena compañía,
las risas de los tuyos
y el corazón en calma.

(De Punto de fuga, Ed. Eclipsados 2008)


Y un poema titulado "Zapatos" que me evocó a Amalia Bautista y los pies de sus hijas:

ZAPATOS
                        These boots were made for walkin'. Nancy Sinatra

Hay botas de punta fina
para los cow boys de las ciudades
que esperan al caballo de cartón
que les arranque del asfalto.

Hay zapatos de tacón de aguja
que calman la sed del fetichista
y lo dejan clavado para siempre
a los pies doloridos de su dueña.

Hay monjiles zapatitos de señoritas calladas
que ansían, con gesto recatado,
oírlos retumbar en la tarima
de la iglesia, de camino al matrimonio.

Hay zapatillas con cámara de aire,
de diseño ergonómico y moderno,
que hacen flotar a quien las pisa
y arruinan a quien las paga.

Hay alpargatas que se ventilan
por agujeros que la uña más gorda
ha excavado entre su tela
intentando escapar de su presidio.

Hay chanclas que se agarran a tu dedo
y van dando aplausos por la calle
con tu talón y su escay de cuatro duros
anunciando que estamos en verano.

Mis botas tienen punta fina
con algo de tacón para atraparte
y salir juntos lejos del bullicio
hasta la orilla del mar más lejano.

Allí, andaremos descalzos.

(De Planeta de Poliuretano, Asociación cultural Crecida, 2005)

Más que agridulces, me parecieron versos cargados de fuerza, a veces profética, y con una extraña ternura que brillaba por dentro.

martes, agosto 05, 2014

Los post que vienen: más poesía. Sonia San Román y más Mesanza

Mi vida es una paradoja poética.
Amo el mar pero detesto la arena. Sueño durante todo el año con la vida retirada del campo, y en verano me enfurruño porque en pleno campo no hay internet. Decido resucitar el blog... y me sumerjo en la paz sin internet del campo.
Estoy en el único bar del pueblo, bebiendo una Coca cola Zero y todo el wifi posible... para deciros que tengo material jugoso para el blog y que dentro de una semana publicaré:



- La crónica del recital bañado en chocolate de Sonia san Román en la pastelería Viena, dentro del agosto Clandestino...
- Y la plaquette de Julio Martínez Mesanza, fotografiada hoja por hoja bajo los árboles de mi jardín.

To be continued...

viernes, agosto 01, 2014

La maravilla del Agosto clandestino en Logroño: Julio M. Mesanza y Pepín Mateos

Ayer me resultó facilísimo rellenar la casilla del "Reto #100 happy days" que estoy siguiendo en Twitter, ya que se anunciaba una noche de felicidad absoluta de la mano del Agosto clandestino, ese festival poético que durante todo el verano organizan la editorial 4 de agosto y el gobierno de La Rioja.

Como no puede ser de otra forma, la velada comenzó con una divertida "foto robada" y colgada en las redes sociales por su autor, Enrique Cabezón: yo me acercaba al Instituto Riojano de la Juventud, lugar del evento, cuando descubrí que tenía desconchones en la pintura de mis uñas y decidí entrar en la perfumería Muro, comprar un esmalte  y pintarme sobre uno de los veladores de la calle Muro de la mata... sin sospechar que delante de mí estaban ya Mesanza y Navascués conversando... y detrás, "Cabe" ejercía de fotomatón.

Aparezco en pequeñito, detrás
En plan ¿Dónde está Wally? 

Navascués se enteró por mi Twitter y vino con su hijo Santiago, encantador, y con Antonio Rivero que está estudiando en Pampaluna y fue una gran sorpresa.

El recital fue impresionante. Los dos poetas recitaron poemas que la editorial 4 de agosto había editado cuidadosamente en una codiciada plaquette:


Por cierto, le he pedido a Mesanza permiso y la estoy fotografiando hoja por hoja para subirla a este blog, si mis lectores me lo piden. Se trata de una pequeña antología con un poema inédito,
La poesía de Mesanza es metafísica y épica, poderosa, como de caballero medieval, y así son su voz y sus manos:



Tras ser presentados por José Luis Pérez Pastor, recitó "Lirio en el agua", "Egisto" y otras piezas inmensas. Habló sobre la oscuridad y la luz y sobre su obsesión poética por las torres. Fue brutal y delicado al mismo tiempo.


Pepín Mateos abrió su turno con uno de mis fragmentos favoritos de "La niebla", aquél que habla de amor a pesar del desgaste cotidiano. Habló de misterio y su voz era misterio también. Uno de los momentos más emocionantes fue ver a Mesanza escuchando absorto los poemas de su compañero de recital.


Y al final,  como es ya costumbre, nuestro mítico Luis (ciudadano de Logroño que no falta en ningún acto cultural), pidió permiso para recitar un poema de cada autor.



El acto finalizó con "una cerveza" en la pastelería Viena. Y luego llegó la cena con los poetas invitados. Yo me iba a despedir cuando Enrique y José Luis me dijeron que fuera con ellos. Fue un detalle precioso, ya que no tenían por qué.
Y allí fue la conversación incandescente, entre mejillones diablo, croquetas de bacalao, pisto con chipirones y arroz con leche casero. 

martes, julio 22, 2014

Regreso al blog

Porque me gusta, y porque me divierte.
Porque os echo de menos.
Porque me lo pidió Inma.
Porque desde hace un mes no me sale ni un maldito poema, y era ésa la excusa para dejar de escribir pequeñas piezas de prosa.
Porque mi primo Rodrigo dijo un día, señalando a mi sobrino Manu: "¡Es que tiras la piedra y escondes la mano!", y el interpelado se volvió muy digno para decir: "ey, que yo no te he lanzado ninguna piedra..." Y me vi sumergida en un vórtice de pensamientos sobre las metáforas populares.
Porque me gusta el agua. Porque me gusta el color azul. Porque iré a Maestu. Porque hace mucho que no escribo proemas, o poemas en prosa.
Porque he leído muchos libros y quiero comentarlos aquí.
Porque me encandila el hombre del sillón. Y Aragorn, y Darcy.
Y porque tuve un día tonto y me dije: "cierro también Makimarujeos". Y un anónimo me suplicó que no lo hiciera. Y pensé, ya que sigo con Makimarujeos, ¿por qué no resucitar también el blog de Adaldrida?
Y porque me templaban los dedos sobre el teclado, a punto de reventar de fiesta.
Vuelvo.

martes, mayo 27, 2014

Traslado temporal a Twitter... y una primicia sobre mi próximo libro

Los que me seguís por Twitter habréis visto que, definitivamente, me ha entrado la fiebre... me he vuelto activa en al menos una red social, la única que poseo.
Eso, unido a bastante trabajo, a que no paro en mi otro blog (Makimarujeos de una hobbit pija) y a que estoy en serio metida en mi próximo libro (que con un 90% de probabilidad se va a llamar "Para no nombrarte", me hace deciros no adiós, sino... ¡hasta luego!

domingo, abril 20, 2014

Haiku de Resurrección


Cierro los ojos
y veo el cielo azul,
Resucitado.

(Hice la foto ayer, en Haro, esperando la Resurrección)

lunes, abril 07, 2014

La dama duende, representada en Logroño... o cómo destrozar tres personajes calderonianos

El sábado fui al teatro.
Me arrebata el teatro, por eso soy calderoniana pura. Me gusta leerlo y verlo. Me gusta Almagro, me gusta la Compañía Nacional de Teatro Clásico, me gusta el tenderete de libros que montaba Mar Zubieta en el festival, me gustan los congresos del Griso y me gusta recordar mis años mozos... y seguir leyendo a Calderón.



En Logroño acaban de representar La dama duende, a cargo de la compañía de Miguel Narros que es un director genial al que creo haber visto en Almagro alguna vez. Pero la representación no me gustó del todo, y voy a explicar la razones.
El vestuario y atrezzo fueron impecables, como lo demuestra el libreto que muestro en la imagen. La puesta en escena fue espectacular, la música maravillosa. Algunos actores no vocalizaban bien y por ejemplo mi abuela y mis tías que no conocían la obra como yo se perdieron muchos parlamentos.

Pero no es eso lo que me apena. Me dolió ver maltratados a algunos personajes, convertidos en bufones a todos los protagonistas masculinos.
En las comedias áureas hay un personaje cómico que es el Gracioso, que piensa "de tejas para abajo",  que siempre está hablando de comida y del otro aspecto de la carne más festivo, que a veces recibe mojicones, se cae, es cobarde, etc..., y todo entra dentro del mundo dramático del Siglo de Oro.
Pero es que en este caso todos los galanes eran graciosos. Los hermanos de la dama daban saltitos de rabia, se enfadaban en plan "pues no respiro", daban pellizcos en el trasero a la criada y hasta a su misma hermana... lo cual está fuera de lugar o al menos a mí me lo parece.
El galán principal, Don Manuel, teniendo a la dama subyugada viendo si es mujer o duente, de repente se quiere aprovechar de ella y hace un gesto como de bajarse la bragueta (bragueta que no existía en aquella época), y cinco minutos después le declama un soneto bajo una luz tornasolada.

Me dolió escuchar a mi abuela diciendo "no sabía que los personajes de Calderón fueran tan tontos".  Y salté con toda el alma, ¡es que no son así! Sin embargo, queriendo hacer justicia alabé la música, la puesta en escena, la genial caracterización del gracioso y de la dama y criada..., y el final tan lírico.
"Sí, repuso mi tía, pero no pega ni con cola con las tonterías que han hecho los protagonistas antes". Quise decirle que en las comedias del Siglo de Oro todo sucede así, hay mil enredos que se desatan solo al final..., pero me temo que se refería a lo mismo que yo pensaba: no es verosímil que un galán declare su amor en versos a una dama... a la que poco antes ha tratado poco menos que como una yegua.

lunes, marzo 17, 2014

poesía bucólica: pintadas

El sábado fuimos a pasear por el Parque del Ebro. Un pulmón verde, como se suele decir ahora..., que yo bautizaría como un pulmón muy bucólico.



Normalmente no me gustan las pintadas, aunque me recuerden la poesía de Miguel D´Ors, ("ni la menor pintada en ningún muro")... pero hay algunas que merece la pena contemplar.





Y, de vuelta a casa, encontramos esto debajo de un puente:


Por una vez, la tiza hacía juego con los árboles que le rodeaban:


Esto sí que es poesía urbana... y no algunos  cansautores (Beades dixit) que ladran en la radio farfullando sobre coitos y cañerías.

sábado, marzo 08, 2014

Lunes, nueve a m

Las calles azules. Por la mañana se me vienen encima, cortando mis bostezos. Las aceras bailan, todo se va encendiendo poco a poco. Una canción comienza a sonar en mi cabeza y se dispersa por el aire encantado. Los minutos, pocos minutos antes de llegar a la oficina, se agigantan y ruedan ante mí, brillantes.
Si subo a un autobús y te veo, el cielo parece fundirse con el cristal y los árboles se vuelven azules también. Si llueve, las gotas son de nieve, frías y blancas. Radiantes, con otro tipo de fulgor.

Los  primeros minutos del lunes son de un azul estrellado en una bola de cristal.

domingo, marzo 02, 2014

Ni de ciencias, ni de letras

Dicen que hay un libro que se llama así. Dicen que la distinción entre Humanidades y Ciencias es obsoleta y cansina, por no decir discriminatoria, y que todos deberíamos tener el ideal renacentista en nuestra mente, saber de todo y en profundidad y...
Pero la realidad es más terca y sigue produciendo seres absolutamente humanistas o absolutamente científicos, así, porque sí.

En este fin de semana, entre pincho de patas bravas y pincho de pimiento relleno, mi primo Rodrigo me pregunta:
- Si no hubieras hecho filología... ¿qué habrías elegido?
Me detengo a pensarlo. Yo de pequeña no paraba de elucubrar lo que quería ser de mayor. Y desde los once años quería ser: secretaria de mi padre, escritora porque por aquella época empecé a llenar cuadernos, y profesora de universidad.
Sonreí pensando en lo generosa que ha sido la vida conmigo. Mis sueños de los once y doce años se han cumplido. Pero mi primo seguía esperando.

- Decidí estudiar Filología con catorce años, aunque yo hubiera preferido un poco más de literatura y un poco menos de lengua en la carrera. No están ni al cincuenta por ciento, en los planes que yo hice la lengua ocupaba un sesenta por ciento más o menos.
- ¿Habrías preferido una carrera solo de literatura?
- No, eso no es posible. Necesitamos tener una base sólida en nuestro idioma, pero para mí, las asignaturas de morfosintaxis, lingüística etc, significan solo eso, es como la base de la pizza... yo me quedaría con un 25% de lengua y un 75% de literatura...
- Pero, ¿y si no la hubieras elegido, entonces qué?
- Supongo que Historia del Arte.
- ¿Y si no?

Filosofía en Navarra, dije convencida. Y vi la decepción pintada en el rostro de mi interlocutor:
- Pero pero pero... ¿nunca pensaste en una carrera de ciencias? ¿Ni siquiera un poco?

viernes, febrero 21, 2014

Tres años en Logroño y en UNIR... y un poema para celebrarlo

21 de febrero de 2011: una doctora en Ciencias del espectáculo algo despistada aterriza en el Norte para trabajar en una universidad que está naciendo, para ver crecer un proyecto impresionante, para llenarse de ilusión y esfuerzo.
Hace tres años que vine a vivir a esta ciudad de piedra y vino.
Y lo voy a celebrar con un poema que no publicaré en mi libro próximo porque es menor pero que escribí en una de esas noches pensando en asuntos de oficina: Oda negra al Turnitin.

El Turnitin es una herramienta de pago que debemos usar los profesores que dirigimos trabajos de fin de grado: dictamina el porcentaje de plagio de cualquier documento que introduzcas, y además "chiva" las fuentes. El turnitin es el terror de los alumnos, pero lo que ellos ni vislumbran es el sudor frío que acomete al pobre director cuando se encuentra con un porcentaje al rojo vivo...

Por eso, y porque mis compañeros de oficina son el noventa por ciento de mi felicidad en la Rioja... aquí dejo el poema.

ODA NEGRA AL TURNITIN
(Dedicada a Mónica Clavel
y a todos los profesores de la Universidad Internacional de la Rioja que dirigen TFGs)

¡Oh, captador de plagios rutilantes!
Terror de las pantallas enemigas,
cuantitativo, inexorable, gris,
el dedo acusador de todo "paper".

El mundo era más fácil sin tu sombra
pero menos exacto, lo confieso.
Los alumnos te temen, pero menos
que yo, deshojador de margaritas.

Pues abro mi PC tan confiada,
pensando: "será todo blanco, limpio",
y sin piedad me ruges: "treinta y tres
por ciento". Di, ¿por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Eres la solución, dicen algunos
y no el problema, pero los sudores
acuden a mi frente por tu culpa,
chivato cejijunto  y cibernético.

viernes, febrero 14, 2014

Bajo la lluvia, en la estación de autobús... y sin un solo libro

Las estaciones de autobús son funestas. Te lo digo yo, que me he tragado unas cuantas. Saben mal, a rancio.
Recuerdo la antigua estación de autobuses de Pampaluna: paredes pintadas de amarillo pollo con desconchones. Rincones oscuros y jeringuillas. Señor con boina y nariz larga que me declara su amor infernal. Yo haciéndome la sueca y él, detrás. Y esta conversación:

- ¿Estás casada?
- No. (Pazguata de mí, por responder y por responder la verdad.)
- Entonces, ¡te casas conmigo?
- No.
- Mujer, entonces solo como amigos...
¿Como amigos nos casamos?, pensé. No dije nada más. Pero diez años después, revivo el ambiente de desconchón y decorado color yema de huevo.

Es domingo, salgo zumbada del hotel donde he pasado setenta y dos horas trabajando con breves intervalos de sueño y partidas de Monopoly con mis primos. Salgo pensando: por encima de Carlos Quinto me voy a Algeciras a ver a mi amiga Merl. La ciclo génesis explosiva me estalla en plena cara. El viento se me lleva el paraguas, que vuela volteado y yo agarrada a él. Lágrimas heladas y aparición de un viejecito que me grita:

- ¡De frente, de frente!

Y al cielo con ella, digo con él, mascullo.  Pongo el paraguas de frente mientras pienso que aquello también es un símbolo.
Pillo un taxi pero aún así llego a la estación de autobús calada, el abrigo hace chop chop y mis botas que en el Norte son impermeables, en Sevilla se ríen de mí.
Directa a la ventanilla. Compro un billete para Algeciras y veo que tengo nada mas y nada menos que una hora para disfrutar antes de mi viaje. Una deliciosa hora en el infierno. Fuera la lluvia golpea enloquecida.  Dentro hay un catálogo de miserias por los rincones.
Hay una gotera, y un hombre que tiene un ojo más grande que otro. Y claro, mira mal.

No sé dónde ir. Al fondo veo un cuartito guarecido bajo el cartel de "cafetería", y no hay casi nadie.
Entro y veo a una camarera joven, una pizarra donde pone "tenemos menudo" y un policía con porra.
- ¿Me puedo sentar aquí?
- ¿Quieres menudo?
- No, solo una botella de agua grande.

Al final pido también un trozo de tarta de manzana de plástico. Sabe a goma con gelatina y una lámina de manzana de verdad pegada, como un espejismo.
La camarera pone la radio. Suena una música de jazz, los cristales están empañados. De pronto me siento en casa, protegida. No tengo nada para leer, el móvil está casi muerto. Solo puedo pensar y escuchar la música para entretenerme.
Pienso en la lluvia, pienso en el viaje. Rezo un poco. Canto canciones de Dani Martín en mi interior cuando se acaba la música de Jazz. Me imagino a la camarera vestida con cofia y delantal almidonado. Y me imagino que el guardia de la porra es su novio cuando se despide de ella diciendo. "adiós, chiqui".


Subo al autobús entre cortinas de agua y mareas de viento. Le pregunto al chauffeur por el cinturón de seguridad, no lo hay. Me siento, tarareo los primeros acordes de Peter Pan de El canto del Loco y susurro: "Dios mío, Tú eres mi cinturón de seguridad". Arrancamos.

viernes, febrero 07, 2014

Cosas que no recordaba de Sevilla... o tal vez sí

En Sevilla los paraguas no se abren: se encienden.  Porque la lluvia ataca tan gris y diagonal que debajo del paraguas te sientes a salvo, como en casa. Una casa encendida.

En Sevilla hay taxis por la calle. La luz verde grita puedes, podemos, alegría feroz. Ver un taxi libre es ver mil mundos, mil viajes por hacer. Es ver tu día que comienza, saber que tiene mil pasajeros y luz verde, las puertas infinitas en un solo minuto de trabajo.

En Sevilla hay naranjos que sonríen. Son árboles de sol, bailando siempre.

Los taxis, los naranjos y la lluvia han sido siempre motivos recurrentes en mi poesía.  Y ahora me doy cuenta de que mis últimos poemas escritos en Logroño vuelven a reincidir en ellos: son un símbolo de plenitud, han trascendido. Los árboles y taxis sevillanos se mudan al Norte... en unos pocos versos.


jueves, enero 30, 2014

Conversaciones en la piscina, I (entrada para Merl)

Éste de los diálogos más o menos surrealistas escuchados en el vestuario de las piscinas es un género literario que va asentándose en la esfera de los blogs, esa isla obsoleta ya según algunos.
Hoy vengo a relatar mi primera experiencia, absolutamente real.


Ocho y media de la tarde. En el vestuario estoy yo, sola, disfrutando de una ducha balsámica. Entran dos chiquillas de unos trece años y se ponen a cotorrear.


- Tía, ¿sabes quién están...?


Me chifla la falta de concordancia tan original,  y la creación de suspense propia de toda narración.


- ¿¿Quién??
- Lucía y Valentín.
- ¡Anda! Pero ¿tú sabes que yo estuve con Valen hace mucho, mucho tiempo?


Trece años. Gira la cabeza a ambos lados y dictamina.


- No durarán nada, porque Valentín es de los de tocar... tocar.
- ¡Ah! Y tú...
- Hombre, pues ¿no te digo que no estoy con él? Que una cosas es... y otra... que su casa... ya sabes, que te lleve a su casa... y no esté nadie... da yuyu...
- Claro...
- Y, y pa algo están los portales  digo yo...
- Claro...
- Y que fue el año pasao y yo tenía doce años.


Salgo de la ducha porque me da vergüenza escuchar sin ser vista. Ellas siguen a lo suyo.


- Pues ahora me gusto de Hércules.


Toma ya, pienso. La amiga lo piensa también.


- Vaya un nombrecito el Hércules. Sus padres en qué estaban pensando.
- Son padres.


Por lo visto, con eso está dicho todo.
Pues no, me equivocaba:


- Es un nombre judío, sale en la Biblia.
- ¿Tú crees?
- Que sí, que hicieron una peli con la Withney Houston cantando.
- ¡Eso es Moisés!


Me había vestido ya, y les dejé con sus diatribas. Ambos nombres son originales, digo yo.

Al final,  (y al principio), va a tener razón el gran Rafa Alvira.

domingo, enero 26, 2014

Haciendo largos metafísicos: el agua azul y la materia celeste

He vuelto a nadar: año bueno, vida buena.
Es el único deporte que me entusiasma: flotar, fluir bajo el agua. Entrar en el agua y surcarla con los brazos, sentir que se va, que adelanto flotando siempre. Bucear, percibir la magia fría y azul que me sostiene.
El agua azul tiene algo místico que obnubila. Recuerdo que cuando murió mi abuelo una de mis sobrinas pequeñas (tenía no más de cinco años) dijo muy serena: "Papote esta en el Cielo, pero no importa: me ve en la piscina, cuando buceo".
Y yo, que no tengo remedio ninguno, me puse a fantasear con la idea de que el agua azul estuviera fabricada con una sustancia similar a la materia celeste. Eso explicaría ese aura de felicidad y libertad que me envuelve al entrar en cualquier piscina. Y  el hecho de que los bienaventurados nos puedan ver mientras buceamos, como en un cine exín acuático.
Una amiga mía puso cara rara cuando le hablé de mis teorías que aúnan mística y cloro, y tuve que advertirle de que yo no hablo en términos científicos sino poéticos. La ciencia es verdad, es la verdad que, como diría Scully, está ahí fuera. Pero la poesía y la fe son también verdad: la verdad que está aquí dentro.

miércoles, enero 22, 2014

Por qué vi la primera temporada de Isabel con mucho gusto... y por qué no veré ninguna temporada más

Estoy metiéndome de lleno en el mundo de la series, y ya que no tengo tele sino cañón y me gasto mis dineros (porque no sé bajarme las series de internet y además no me aclaro sobre si es ilegal o inmoral hacerlo...), me doy el gusto de elegir.
Estuve enganchada a Downtown Abbey que me encanta, al Mentalista que me dejó un sabor amargo (de adicción amarga) y al Ala oeste que no defrauda nunca.
Un poco antes de navidad, Alberto Fijo me recomendó El tiempo entre costuras, The Big Bang Theory... e Isabel.
Un día picoteando en una tienda de segunda mano (Cex) encontré la primera temporada de Isabel a doce euros y me la llevé a casa.

La serie la hemos visto religiosamente mis padres y yo en estas navidades y también me ha dejado un regusto amargo, y voy a explicar por qué.
Los personajes se te meten en el corazón. Están tan bien hechos, tan bien construidos, son tan buenos actores que no puedes dejar de ver capítulo tras capítulo. Isabel es un prodigio de mujer: altanera y sensible, orgullosa y capaz de miedos muy humanos, con una piedad delicada... Fernando el Católico está tre-men-do.




Nunca pensé que fuera yo a decir esto de un hombre, sea o no actor: no suele ser mi forma de describirlos, pero es que es el adjetivo que más le cuadra. También tiene manos poderosas y ojos risueños, y es un actor como una catedral.

Hasta aquí lo bueno. Por qué no veré ninguna temporada más. A demás de que se enseñan hasta un nivel impúdico las vergüenzas de los eclesiásticos sin mostrar las luces, que las hubo, porque la serie está salpicada de sexo. No hay problema, dirán algunos, pero es que se trata de un sexo, aviso, que es tan feo que no es ni pecado. Hasta para pecar hay que tener clase, y en esta serie hay mucha batalla y tras la batalla viene, con un realismo atroz, el saqueo... y las violaciones, o lo que no es fuerza pero sí un momento pasional sin ternura ni amor encendido. Imágenes que se me clavan, me perturban y me hacen sufrir.

Ojo, que no digo pecar, ya que no hay nada deseable en ellas... La única escena de la serie que puede constituir una tentación es justamente una escena de amor conyugal: la primera noche de Fernando el Tremendo y de Isabel.

miércoles, enero 15, 2014

El cuaderno de Iñaki (escuchando a Duncan Dhu)

Tecleo al ordenador mientras en la radio suena uno de los míticos programas "De cerca...", esta vez con Duncan Dhu. Y caigo en un ensueño, un túnel del tiempo que me lleva al ochenta y nueve, aquel verano en el que mis primas no paraban de poner a todo volumen Cien gaviotas...

Tenía once años y me gustaba un niño rubio y pecoso. Bueno, en realidad no me gustaba, es solo que mi prima había caído presa de amor hacia su hermano, y por una especie de lealtad decidí enamorarme por vez primera en mi vida.  Luego vi que el caso no es tan raro... en las comedias del Siglo de Oro es muy normal que un caballero se enamore de la hermana de la dama de su mejor amigo... Es un poco lío pero incluso los personajes lo mencionan en una de esas alusiones metateatrales de Calderón que tanto me gustan.

Me estoy desviando. Duncan Dhu. Yo me dedicaba a escuchar sus canciones y a pensar qué demonios hace una enamorada... así que salmodiaba en mi interior frases del tipo: "es tan simpático... y tiene unos ojos tan...", y al tercer día decidí comenzar a dibujar al calor de los primeros acordes de "Una calle de París".

Siempre he pensado que el amor es creativo. Yo no dibujaba bien, pero aún así me armé de cuaderno y lápiz y empecé a retratar a mi amor. Se llamaba Iñaki, así que bauticé el bloc como "El cuaderno de Iñaki". Lo pinté de frente, de perfil, saliendo de su casa, bañándose en el río, jugando al fútbol, en el frontón, montando en bicicleta y, como las situaciones cotidianas se me acababan, lo pinté vestido de romano. Aún ignoro por qué.

Todo esto, regado por la chufla de mis primas y de mi padre, que veían crecer mi pasión pintora, con esas pocas artes que Dios me dio... Mi padre rescató el cuaderno y lo enseñaba a los amigos entre risa y emoción, hasta que yo se lo confisqué y, como soy un pequeño desastre, lo perdí.

Recuerdo el día que Iñaki se marchó de Maestu. Mi prima puso a todo volumen Cien gaviotas y me dijo: "hoy podrás beber y lamentar". Y yo bebí un kas de naranja y me di cuenta de que no estaba triste en absoluto. El chaval era risueño y tenía unos ojos simpáticos, pero nada más. Y, sin embargo, el cuaderno de Iñaki me enseñó que el amor, incluso el juguetón, soñado y ficcionalizado,  es activo y creativo. Con el tiempo he sabido derivar hacia la poesía.

Veintidós años después aterricé en La Rioja. Una noche salí con veinte o treinta compañeros del trabajo y fuimos a un pub que me chifla, el Casablanca. Sonaban los primeros acordes de Cien Gaviotas...

domingo, enero 12, 2014

Para despedir las navidades... Entrevista imposible a los Reyes Magos

Desde el punto de vista litúrgico, la Navidad termina hoy. He tenido toda una semana para reponerme de la saudade post Navidad, que me ataca todos los años.

Esta vez ha sido aún más poderosa la murria porque... ¡días antes estuve entrevistando a Sus Majestades! (Por cierto, de mis años manejando manuscritos calderonianos me ha quedado la manía de escribir este sustantivo con "g", lo que se dice una falta de ortografía culta)

Como cada mes, colaboré con Aleyendo, la revista de animación a la lectura de la asociación cultural Ayedo: aquí podéis hojear y ojear la publicación que es magnífica,  y aquí os ofrezco la entrevista imposible

LA ENTREVISTA IMPOSIBLE...
A LOS REYES MAGOS

En este mes invernal, han aparecido por la redacción de Aleyendo sus Majestades, Los Reyes Magos de Oriente. Tras reponernos del asombro y la  emoción, hemos dado comienzo a la entrevista.

ALEYENDO: ¿Qué hacen ustedes por aquí?

BALTASAR: ¡Señorita! ¿No se alegra de vernos?

MELCHOR: ¿Qué recibimiento es éste?

ALEYENDO: Perdón, perdón... Estoy encantada de tenerles ante mí, quizás un poco aturullada... Pero es que esto es una revista de animación a la lectura, y al no ser ustedes autores, ni personajes, ni...

GASPAR: ¿Que no somos personajes? ¿Le parece poco haber protagonizado el viaje más hermoso de la historia, y salir en La Biblia? ¡Es o no es un libro?

ALEYENDO: Claro, claro...

BALTASAR: Eso, sin contar con  El auto de los Reyes Magos, una joya de su literatura...

ALEYENDO: ¿De la mía?

BALTASAR: ¡De la de su país! Nosotros hemos estrenado el género teatral en la lengua castellana...

ALEYENDO: Les veo muy cultos.

BALTASAR: Es que a pesar de lo que digan, aún nos piden los niños de todo el mundo muchos libros, muchísimos...

GASPAR: Y algún que otro Kindle...

MELCHOR: Y claro, entre viaje y viaje...

ALEYENDO: ¿Estrenan los ebooks?
BALTASAR: (Risas) ¡A tanto no nos atrevemos! Pero abrimos los libros de papel con cuidado, nos encanta cómo huele el papel nuevo. Yo voy por el quinto libro de la saga de Harry Potter.

GASPAR: Yo prefiero los libros de Alessandro D´Avenia.

ALEYENDO: ¿Y usted, Melchor?

MELCHOR: Yo soy el más responsable de los tres y no leo en los viajes, vigilo a los camellos. Si fuera por este par de frikis que tengo al lado acabamos en el Polo Norte en vez de en Francia...

BALTASAR: ¡No lo crea! Lo que hay es que se marea el pobre...

ALEYENDO: Así que son ustedes muy literarios.

GASPAR: Nosotros provocamos ilusión, emocionamos, hacemos más placentera la vida...

MELCHOR: ¡Este Gaspar siempre se lo ha tenido un poco creído!

GASPAR: ¡Pero es verdad! Y justo eso es lo que hacen también los buenos libros, ¿no?

ALEYENDO: Cierto, muy cierto. Otra cosita, ¿ustedes reciben regalos en cada seis de enero?

MELCHOR: Bueno... Hacemos el Amigo Invisible entre los tres.

GASPAR: El año pasado, Balta me regaló unos calcetines y un Iphone. Y a mi mujer, la Reina, unos pendientes de swaroski y un botecito de kohl árabe.

ALEYENDO: ¿Están ustedes casados?

BALTASAR: ¡Toma! No hay Rey sin Reina... y como ellas tienen mejor gusto y más intuición... nos ayudan a elegir. Porque hay padres que no escriben carta, y con los adultos es más difícil...

ALEYENDO: Ajá. Entonces, no les entretengo más. Ha sido un gran placer hablar con ustedes.

MELCHOR: El placer ha sido nuestro, bella súbdita.


BALTASAR:  ¿Ha sido usted buena durante este año?