sábado, marzo 29, 2008

Música y felicidad

Siempre he pensado que la música es un cóctel vitamínico que te alegra la vida, y que escuchando determinadas canciones es imposible permanecer triste por más de tres minutos, es decir, el tiempo que dura la canción. No sé cómo alguien puede caer en un estado de depresión escuchando, por ejemplo, Brown eyed girl de Van Morrison. Y todos podemos enchufarnos algún tipo de buena música en el cerebro a diario.
En realidad, la música provoca una alegría estática, íntima, por eso al escuchar a los Beatles uno puede sentirse triste y feliz al mismo tiempo, como dicen que se sintió Borges al descubrir al grupo de Liverpool. La belleza puede doler con un dolor despiadado, punzante, pero puede también resucitar de pronto todo lo que estaba muerto dentro de cada uno de nosotros. Sucede a menudo cuando hay un buen músico callejero en medio de una avenida, especialmente si toca el violín. Congrega a una muchedumbre multiforme detenida al borde mismo de su horario laboral. Niños con chándal, mujeres con gorrito, panaderos, ciegos que venden la lotería. Todos apiñados en torno a la violinista polaca. Y en todos ese gesto de cerrar los ojos, de profunda delicadeza, de gratitud, antes de seguir su camino y regalar a su madre una frase como “tía, es la leche”.
Si la música clásica amansa a las fieras, la moderna es un grito de alegría que hace el efecto de un zumo de naranja en la mañana reciente. Es verdad que nos aísla en nuestro ipod último modelo, nano ipod color verde manzana, pero a cambio nos hace descansar y tomar fuerzas en el centro neurálgico del día, en medio del huracán. El descanso así se torna creativo, porque la música es algo evocador que te teletransporta a cualquier pasado en un segundo y, a la vez, es un acelerador del pensamiento que condensa recuerdos y sensaciones de tal manera que pone en jaque a la imaginación y a la memoria en un tiempo récord. De repente respiras, y estás en la puerta gris de tu oficina con el cerebro a punto, lleno de las mejores ideas para encarar el día que comienza.

viernes, marzo 21, 2008

Muere la Primavera


Ayer, Jueves Santo, llovía. Hoy, veintiuno de marzo, nace la primavera.
Ayer llovía en la iglesia, tan lúgubre aún, con la luz concentrada en el Sagrario. Y hacía frío, un frío que venía de nosotros mismos. Porque todos oímos las palabras: "Uno de vosotros me entregará", y yo me pregunté si temblaban de frío los demás como yo preguntándome, preguntándole con miedo, ¿Dios mío, seré yo?

P.S.: La foto es de Merl

martes, marzo 18, 2008

Mirar el fuego

"Mirar el fuego" ha sido el primer poema que he escrito tras una larga sequía de año y medio. La tesis se comió mi vena poética, pero en navidad mi padre me dijo que ya era hora de abrir el grifo otra vez. Como si fuera tan fácil. La culpa la tuvo Buko, que en la presentación de su genial libro Oro anunció que el poeta tenía que escribir con ganas y sin ellas. O sea, lo de la inspiración y la transpiración. Que yo no creo en eso, porque el de poeta no es un oficio de oficina, de ocho a tres de la tarde, pero es verdad que a veces hay que dar un empujoncito. Tirar de la cuerda. A mí me suele funcionar la cuerda de la infancia: una nostalgia que no duele porque, por un lado, mi infancia fue feliz, pero por otra parte no regresaría a ella, me alegra haberla superado. Estábamos en diciembre y en Vitoria, me puse a pensar y salió un poema medianejo.
En enero recibí un mail de Agus Alonso: con mucha ilusión me pedía un poema inédito para publicarlo en Perkeo, su revista literaria. Y yo que no tenía más inédito que éste, contradije todas las leyes de la elemental sensatez y, como quien dice en taller, decidí mandárselo.
Arp lo ha encontrado (¡ay!) y dice que es maravilloso. Gracias, Arp. El poeta escribe porque ve la belleza escondida en un mundo que [aparentemente] no vale dos pesetas: pero más meritorio me parece a veces el lector, que ve la belleza escondida en lo que el poeta escribe.
De cualquier modo, el poema está en la revista Perkeo: http://perkeo.es

jueves, marzo 13, 2008

Recovecos (I)


De noche sueño con las placitas que bordean mi calle en Pampaluna. Vuelvo a mi calle, tan amplia y tan recóndita a la vez, la calle que fue mía por dos años. Era una calle como a trozos, interrumpida por un colegio, un patio y dos carnicerías. Desde mi ventana se veían dos pedazos de césped, y desde la puerta, flores rojas. Las flores rojas de junio se asomaban en la verja negra, alegrando un poco el paisaje de edificios marrones. El portal de mi casa era marrón, de madera, y no tiene nada especial, por eso me gustaba tanto. Con un corazón pintado en el marco metálico, Nerea por Iker me parece que ponía, no lo recuerdo bien.

Y las esquinas. Era una calle con tres esquinas, por la noche solía rebasarlas con algo de vértigo. En una de las esquinas había un hombre en silla de ruedas con un dóberman negro y grande, como todos los dóbermans. No me daba miedo el hombre sino el perro, claro. Cruzaba con el corazón en la boca y de pronto ya estoy, el clin clin de las llaves, el ascensor a media luz, y lista. Sana y salva, en casa.

P.S.: He actualizado la columna "este mes toca", que ya era hora...

martes, marzo 11, 2008

Por fin, ¡un poema!

...Y de repente, ¡zas! la inspiración.
(Miguel D´Ors)


EL BOLSILLO AZUL
A Juan Arana: mi padre.

Una tarde salimos a buscar
ardillas en un bosque de Alemania.
Los patos en el lago sobre el verde
y el rojo de las casas bailaban en silencio, se mecían
dulcemente los patos en mis ojos de niña de seis años,
y ahora que los veo danzar en mi memoria,
recobro aquel silencio de castillos
verdes en Alemania.
Me dijiste
que las ardillas viven en los árboles,
detrás de cada árbol se agazapan
y corren entre árboles con gestos
delicados de ardillas cuidadosas.
Por eso es tan difícil encontrarlas,
y por eso gasté tantas tardes buscando
ardillas en lugares tan remotos
como el bolsillo azul de tu chaqueta.

sábado, marzo 08, 2008

Mañana de sábado

Los sábados se hicieron para las librerías. Cruzas la calle pensando en poemarios mientras el aire te recibe con "los grados justos/ para salir sin el abrigo". ¿Tienen algo de Chesterton, por favor? ¿Seix barral, Antonio Gala? No hombre no: Joseph Pearce. Hombre y mito, escritores conversos. El hombre se sonríe de medio lado. Tú como siempre. Sí.
Encuentro unos cuadernitos perfectos para el bolso, rayados y en azul marino. Moleskine, los legendarios cuadernos que usaban Hemingway y Picasso.
Últimamente me ha dado fuerte por el color azul, que ya me gustaba en sus tonalidades agua, lavanda, turquesa y noche, pero ahora prefiero en tono marinero y azul gastado, dénim lavado o navy. El turquesa es un color muy versátil, según el matiz me entusiasma o me horroriza, puede ser un brocado en un palacio francés o un collar de cuentas de plástico del bazar chino. Qué horror, tendré que tomarme la temperatura al llegar a casa, pienso cosas muy raras.
Y todo eso mientras pago el moleskine, cuatro noventa. No, yo no es por Hemingway ni mucho menos por Picasso, es que tiene el tamaño perfecto, y luego el nombre que es muy chic, tener un Moleskine me acerca un poco a Carrie Bradshaw en sus días de gloria.
En la acera hay naranjos, estamos en Sevilla. Huelen a calor sin hacer calor aún, por eso me gusta tanto el mes de marzo. Huelen a colonia de Guerlain, mandarina y albahaca, a barra de labios flash´n dance, que en la página web americana de Mac se describe como intense tangerine with pink pearl.
El naranja y el rosa fuerte se unen en mi mente como un grito de alegría, y me apetece de pronto ir al parque, comprar un par de globos y beber fanta de naranja bajo un toldo de rayas azules y blancas, mientra leo a Wislawa Szymborska.

viernes, marzo 07, 2008

Fafi: naranja suave, dénim y verde lima

Hoy tuvo lugar la anunciada sesión de maquillaje en el stand de Mac en el Corte Inglés, al terminar mi segunda semana de trabajo. He probado el colorete Hipness de la colección Fafi: bonito, pero no tanto como para tentarme, como dijo Darcy en el primer capítulo de Orgullo y prejuicio.
Luego me han manchado los labios con una barra chulísima: se llama Flash´n dance y la recomiendo vivamente. De hecho no me suelen gustar los labiales rosas, pero éste me parece maravilloso, ya que no es el típico rosita baby doll (enemigo a la vista, huyamos despavoridos...), ni tampoco un fucsia de neón de bar en Las Vegas. Tiene un color vivo, fresco, que da alegría sin resultar llamativo. Como de haber comido fresas en el campo.
En todo el párpado aplicaron el Paint Bare Canvas: una base de sombras en tubo, color champán, que consigue que las sombras queden fijas, no se cuarteen, no aparezcan rayas etc... También lo recomiendo. Utilizaron después la paleta eyes 2. Yo tenía los ojos semicerrados, e intuía cómo difuminaban sobre mí distintas sombras con varios pinceles. Parecía el juego del veo veo con misterio y sorpresa al final. Al mirarme al espejo "vi" un degradado perfecto en verde lima, naranja suave y azul: un azul desteñido, como de blue jean, borraba de mis ojos el cansancio de toda la semana.

lunes, marzo 03, 2008

Shadowy lady

De verdad, de verdad, de verdad, que estoy en un túnel negro.
No; no penséis en suicidio inminente, malditos, ni en una luz al fondo del túnel (¡No, no, no te acerques a la luz! -No puedo evitarlo, es tan boniiiita... sshhprt....)
¿Veis? Sólo se me ocurren tonterías y asquerosidades. ¡Este es un blog serio! Ay, Dios mío, que llueva... en España y en mi pobre ser. Esto lo he dicho yo ya: me suena de algo. Confirmado. No es mi primera crisis. Debería saber cómo se sale de aquí.
Bueno, lo intentaré con el tema del maquillaje, que siempre ha funcionado. Primero un punto, luego una coma, un pie tras otro y aprendemos a andar. El jueves me maquillan en el stand de Mac con productos de la nueva colección, "Fafi for Mac", que tiene un colorete coral precioso. Pero ya tengo el Peaches, y el Gina de Nars, y estamos en Cuaresma, así que nooo, no, no, no no no, nooo, no, you´re not the one for me. Lo que sí he comprado es una sombra oscura llamada shadowy lady que es incroyable. En dos palabras. Mi trabajo está al ladito del corner de Mac en el C.I. del Duque, señores, qué peligro...
Ya conocéis la ecuación famosa, ¿no? Ojos pequeños = sombras oscuras. El efecto ahumado es lo que mejor me va, y por supuesto mi firma preferida es la que más sombras oscuras puede ofrecer. Ya tengo la Knight divine, un gris oscuro escarchado
con reflejos azul y plata (suena bien, ¿eh?) pero ahora he conseguido esta, que es mate, muuuy oscura y morada, pero parece gris con reflejos morados. Muy cuaresmal, digo yo. Básica.
Para arrancar tras la sequía, he cumplido. El jueves contaré cómo me han dejado.

martes, febrero 26, 2008

Últimas lecturas

Ayer me enfrenté por vez primera a un grupo de doce alumnos, y yo era la profesora. Dar el salto produce un poco de vértigo, aunque estaban callados y muy formales porque eran norteamericanos: todos con mejillas rojas y piel rubia. Tienen consigna de no hablar inglés dentro del centro, pero me da pánico la sola idea de que empiecen a hablar a borbotones en un idioma que leo bastante bien pero no entiendo.
Estudiaremos los Siglos de oro, por lo que tendremos que leer el Lazarillo de Tormes, que no me gusta mucho: La picaresca y yo no somos uno. Garcilaso y San Juan, en cambio, son una alegría que destaca con letras azules en el temario, y Cervantes, y Lope... y Calderón.
En París estuve leyendo por cuarta vez Perder y ganar, de J.H. Newman, y ahora no concibo la vida sino como una larga e ininterrumpida lectura de esa maravilla de libro. Ay, Oxford. Ay las controversias y los desayunos con carne y grosellas. Ay el párrafo de Willis sobre la Misa, "¡O, sapientia, fortiter suaviterque disponens omnia, O Adonai.. . O Expectatio gentium... veni, Domine Deus noster...!"
Ahora leo Retorno a Brideshead, por vez primera. Espero que se convierta también en uno de los libros de mi vida. Y ayer, cuando llegaba a casa "radiante de cansancio", me esperaba mi padre con una última reliquia parisina: el perfume Aqua Allegoria Mandarin & Basilic de Guerlain: lo compró en el duty free y lo reservó para mi primer día de clase. Ahora puedo oler a mandarina y albahaca sin pasar a hurtadillas por los probadores del Corte Inglés.

viernes, febrero 22, 2008

París

Ahora que ha transcurrido casi una semana desde que dejé París, quiero hacer recuento. No me subí a la Torre Eiffel ni al arco del triunfo, ni paseé en barco por el Sena. Esos son planes de turista y yo no quería viajar a París sino "volver" a París, revivir nuestra historia de rápidos encuentros en pequeñas callejas, crepes humeantes y piedras bañadas por la luz. Quería recorrer el París medieval y el más "in" de los maquillajes, de la maison Guerlain y de los anillos de plata comprados al peso como si fueran gominolas.

En Cluny volví a encandilarme ante la penumbra de La Dama del Unicornio y ante los Cristos serenos de piedra azul. El silencio me decía cosas silenciosas pero nuevas, no como cuando era niña y no sabía contemplarlo y me impacientaba. Antes una calle era sólo una calle, ahora son olores, esquinas, rostros. Supongo que eso significa crecer, algo de reposo nos dejan los años.

En el Sephora enloquecí, como predijo Nebel. Me rizaron las pestañas con el mítico rizador de Shu Uemura, que desde luego no compré (costaba 28 euros y mis pestañas son rubias: el efecto no es tan dramático como para tentarme...) Sí que me dejé tentar por el stand de Stila: compré una sombra llamada Cloud que es todo un básico para vestir los ojos a diario. Cloud significa nube y la sombra tiene ese color, entre gris y blanco, de tormenta. Por la mañana abre la mirada y la deja muy limpia, sin recargar. Mi última compra de Stila fue un nude precioso, tirando a melocotón; y, por supuesto, no salí del Sephora sin mirar los famosos coloretes de Nars: me llevé el Gina, el único tono "ponible" (los demás son muy teatrales): melocotón naranja. Valía 29 euros y mi madre se escandalizó, sin embargo en un restaurante pedían 270 por un plato de caviar, y en Le Bon Marché, 2000 euros por un vestido: ¡París es muy caro! Así acuñé la frase que se convirtió en leit motiv de la semana, "hay cosas más caras que el colorete de Nars". Cada vez que la repetía, ante un nuevo asombro, no podíamos evitar una enorme carcajada.

domingo, febrero 17, 2008

Gaviotas sobre el Sena


La isla de San Luis. La torre de Saint Jaques desde lejos, alta y azul. Dibujos medievales en la piedra. El Sena por la tarde: islas y puentes y retales de sol sobre las torres. El vuelo orquestal de las gaviotas.
Palomas que se cuelan por las altas vidrieras y escuchan misa en San Eustace. La Dama del unicornio, roja y dorada, reza también en su carpa de brocado que dice: mi único deseo. Castillos góticos, tumbas de reyes. Y volviendo, mujeres negras y serenas en el metro, con el rorro a cuestas. Merci de votre comprension. Final de trayecto.
Escaparates de Cartier y Chanel. El Léon de Marseille con su menú de mejillones a dieciséis euros: mules, frites a volonté y créme caramél. Tiendas de Mac, de Origins, de L´Occitane, de Shu Uemura. Marionnaud y Sephora.

viernes, febrero 08, 2008

Benedicto XVI, también poeta


Leyendo La sal de la tierra he descubierto que Ratzinger escribió poesía en su adolescencia. Me ha ilusionado saberlo, la verdad. El entrevistador le pregunta "pero, ¿de qué hablaba en sus poemas?", y el entonces cardenal responde:

"Hacía poesía de todo lo que veía, de todo lo cotidiano, poesías dedicadas a la Navidad, a la naturaleza. Simplemente era una señal de que me gustaba exteriorizar mis sentimientos, sobre todo de que me gustaba dar algo de mí mismo a lo demás".

Dar algo de sí mismo a los demás: eso es lo que un poeta hace.

P.S.: Me voy a París, de ahí que os haya plantado esta foto que nada tiene que ver con B16, pero bastante con la poesía... El blog descansa hasta el domingo 17, pero prometo luego una detallada crónica parisina. La foto es del blog de Nebel, una chica del foro Vogue: http://nebel-allure.blogspot.com.

jueves, febrero 07, 2008

Doctores tiene la Iglesia

"Ya soy doctora", le dije a Juan Montero, mi director, al salir de Río Grande. Él se sonrió con los ojos como es su costumbre antes de responderme: "como Santa Teresa". La noche anterior había dormido poco, la noche siguiente dormiría menos aún... El sol de febrero picaba y los nervios me comían la moral.

El traje elegido para la ocasión era un vestido gris oscuro de lana con talle bajo y mangas ranglán comprado en Zara (talla L, ¡milagro!), combinado con tacones sport negros, bolso hippie de piel india trenzada y chaqueta azul noche de Adolfo Domínguez, "el Ferrari de mi armario" me dije de broma al probármelo. Una mezcla de elementos bohemios y pijos que dice mucho de mí.

La voz no me llegaba a los labios, pero comencé a leer la defensa mirando de vez en cuando al tribunal, que imponía (¡eran cinco!) Me di cuenta en seguida que la defensa estaba bien escrita y que "podía hacerlo bien", lo malo es que luego me llegó el turno de callar y comenzaron a hablar ellos. No fue nada horrible, me señalaron una a una las erratas (sí, ésas que con tanto esmero corregí, y que luego un duende emborronó), y un par de cosas un poco más serias desleídas entre alabanzas y sugerencias al estilo de "siga usted por aquí". No se ensañaron conmigo, me trataron muy bien y tras los minutos de rigor en los cuales esperábamos fuera (con el corazón en la boca), me dieron la nota máxima: sobresaliente cum laude por unanimidad.

El público apalaudió, el jurado me besó, todos me felicitaron, el teléfono tronó a lo largo de la tarde, Blanca Merck me regaló una cadena dorada (cobre envejecido), y yo apliqué capas y capas de Carmex sobre mis labios resecos, y luego gloss de Nuxe color chocolate claro, y otra pasada de colorete Mac en el cuarto de baño del restaurante...

Me quedo con la sonrisa de Begoña López Bueno, presidente del tribunal, al decir "hemos decidido por unanimidar otorgarle la máxima calificación". Me quedo con la alegría de mis padres y con las lágrimas de mi abuela, y con la voz orgullosa de de mi amigo Pablo Moreno, de mi amiga Ana diciendo "María que nos lo ha contado lloraba de emoción". Ese cariño intangible, insobornable: palparlo ha sido lo mejor que podía haberme ocurrido en la vida.

jueves, enero 31, 2008

Númenor en NT


Leo Nuestro Tiempo desde que era niña: recuerdo los ejemplares en el revistero de mi salón y yo con doce años hojeándolos, sin entender gran cosa pero fascinada. Pensaba que los traía mi padre a casa, y como él es filósofo, pensaba que hablaban de filosofía. Algo muy grande y profundo. Luego me di cuenta de que más bien tenían que ver con el mundo de la comunicación: un asunto igual de importante. Ya estaba enganchada: al formato, a las firmas, a los dibujos tan originales...
En junio del 2007 llegué a Pampaluna y me presentaron a Sonsoles, la redactora- jefe. Este es un blog público y la amistad es algo público y privado al mismo tiempo, así que lo que llegó a ser ella para mí en pocas semanas lo guardo o, al menos, lo salvaguardo. Sólo diré lo que es público: que gracias a que leía mi blog me alojó en su piso, y que gracias a nuestra amistad llegué a colaborar en la revista que tando admiré en mi primera juventud.
Lo hice con un artículo sobre Númenor, y por mi culpa se coló una pequeña errata que me he adelantado a subsanar. Quien esté interesado en los libros de Númenor (los últimos son la antología de Carmelo Guillén Acosta y las ópera primas de Cerero y María Eugenia Reyes Lindo, debe dirigirse a:

ediciones@fundacionculturaandaluza.org.


Actualizo: Mañana, 6 de febrero de 2008, a las 11:30 horas de la mañana, y en el aula de grados de la Facultad de Filología, ¡¡¡Defiendo mi tesis doctoral!!!

martes, enero 29, 2008

Poesía en la calle

Esperando el autobús abro los ojos, y leo el cartel que me separa de la lluvia. En él un chico desenfadado, con vaqueros y aureola, sostiene una botella de Habana club y me invita a abrirla y perderme en la noche. Debajo puedo leer: "El culto a la vida".
Y como en una ráfaga vienen a mí esos versos de José Mateos, esa pregunta recóndita:

¿Cómo saber, en la agitada noche
de estridencia y alcohol, cuando te besan,
si es la vida o la muerte quien te besa?

miércoles, enero 23, 2008

La barbera del rey süevo lee Emma, de Jane Austen

La barbera del rey süevo lleva siglos leyendo a Jane Austen. Concretamente lleva disfrutando con sus novelas doce años, desde que en 1995 viera en el cine Sentido y sensibilidad, de Ang Lee. Jane Austen es lo suyo, dice, y se casaría sin pensarlo dos veces con Mr. Knightley o con Jeremy Northam. Sus simpatías por Gwyneth Paltrow datan de cuando actuaba en Emma, de Douglas McGrath (1996), una película deliciosa.

Mr. Knigthley compite en su corazón como mito masculino con el Aragorn de Tolkien, y han venido con el tiempo a fundirse en una sola cosa: un caballero oscuro y reñidor que de repente se muestra a nuestros ojos como alguien perfecto, radiante. "La primavera ha venido/ nadie sabe cómo ha sido."
En el caso de Aragorn, el milagro sucede cuando sonríe por vez primera, y dice aquellas palabras, "te pido una vez más que me permitas ser tu compañero", que convertirían en un Adonis a cualquier mortal sonriente, cuánto más al Heredero de Isildur. Mr. Knigthley es un galán más de andar por casa, sin esos aires de leyenda y ese porte de rey pordiosero, pero no es menos atractivo y sí mucho más accesible como ideal. Su luz va abriéndose camino entre la lluvia de sus silencios y brusquedades, como debe ser, luz oscura e incluso áspera que se va tiñendo de matices cálidos en cada página leída.

La barbera confiesa que su visión austeniana es puramente romántica y subjetiva, y no puede entresacar ningún párrafo superior a otro, porque la novela entera es un todo lleno de ironía tenue, intenso costumbrismo rural y honda introspección sicológica.

sábado, enero 19, 2008

Puerco araña


He visto con mis amigos la divertidísima película de los Simpson. La canción de Spider Cerdo (que es un símbolo de algo pero aún no sabemos de qué, dijo Pablo Moreno), en Inglés suena así:

Spider-pig, Spider-pig
Does whatever a spider can
Spins a web, any size
Catches thieves, just like flies
Look out! Here comes the Spider-pig!

He buscado en Google, y resulta que en Latinoamérica lo han traducido como "Puerco araña". "¡Miraaa! Es el puerco arañaaa". Qué mal. Lo prefiero en castellano:

Spider Cerdo, Spider Cerdo
Hace lo que un Spider Cerdo hace
Puede columpiarse en una red
Pues no puede
Es un Cerdo Atencióooooon!
Es un Spider Cerdo

Claro que sin música pierde mucho, quiero decir, sin Joaquín y Buko entonándola en el restaurante Los Monos a la hora de las brujas.
Adoro los Simpson porque me recuerdan a mis amigos. Hubo una época en mi primera juventud, (hace casi ocho años), en que tener amigos era una novedad en mi vida, y por tanto también en mi poesía. Escribir poemas era igualmente una novedad, así que mis versos hablaban casi siempre de mis amigos, con una mezcla de entusiasmo e infantilismo que era un cóctel atroz y a veces funcionaba. En aquel tiempo escribía sin apenas saberlo mi primer libro, "Magia", y abusé en él de la palabra "amigos", la más alegre y nueva para mí entonces. Y ahora. Y acuñé aquella frase: "empieza la mejor época de mi vida", "estoy en los mejores años de mi vida"...
Creo que esa etapa no se ha cerrado ni ha declinado aún. Han ocurrido cosas más o menos graves, más o menos tristes, pero eso no quiere decir casi nada. Mientras haya amigos locos que se parezcan a Hommer Simpson, habrá poesía.

miércoles, enero 16, 2008

Entrada nº201. -¿Sobre qué va a tratar? -Tictactictactictac... -And the winner is... ¡Maquillaje! -(Ufff... ésta me la salto.)

La eterna pregunta de cualquier consumidora es: ¿maquillaje barato o caro? ¿Supermercado o perfumería? Los expertos dicen: con la piel no se juega. Al menos el fond de teint tiene que ser medianamente bueno. Hay que decir que en Bodybell, Douglas y Sephora os saldrá todo un 10% más barato, como en las rebajas del Corte pero durante el año entero. De nuevo os propongo una lista, ahora no con lo mejor de cada marca, sino con la mejor marca de cada producto. Ofrezco un par de opciones en casi todo, y los precios. Si os parece bien, dentro de unos días cuelgo la lista de la cosmética.

LO MEJOR en maquillaje:

Base: Colorstay de Revlon (25 euros)/ Sense matte de Biotherm (25 euros.)
Corrector*: Concealer kit de Bobbi Brown (24 euros)/ Everfresh Concealer de Maybelline (7 euros.)
Colorete: Mac en tonos Peaches, Melba, Hushabye (20 euros)
Maquillaje en polvo: Sato, de farmacia (18 euros.)
Bronzer (Polvos de Sol): Mac (20 euros)/ Terracota de Guerlain (carísimos pero espectaculares: 27 euros.)
Iluminador: Nars y Bobbi Brown, pero son prohibitivos*. Max Factor tiene un Shimmer Panstick, clon del Copacabana de Nars por doce euros y Sephora tiene un clon del mítico Shimmerbrick de BB por unos 12 euros también.)
Pinceles: Mac (pero son muy caros.)/ Sephora Profesional (brochas profesionales, buenas y baratas o al menos ajustadas de precio: 12/15 euros.)
Barra de Labios: Kisskiss de Guerlain (22 euros.)/ Accord naturels de L´Oreal (12 euros.)/Soft Sensation Vitamin Care de Astor (lo único bueno de esta marca: 8 euros.)
Gloss: Mac (13/15 euros.)/ Biotherm (18 euros.)
Perfilador de Labios: El Spice de Mac (13 euros)
Sombra de Ojos: Mac (16 euros)/ The Body Shop (13 euros.)
Lápiz de Ojos: Mac (13/16 euros)/ Zara (4 euros.)
Rimel: Inimitable de Chanel (25 euros.)

MARCAS BARATAS: Lo que sí y lo que no.

No se os ocurra comprar ni base de maquillaje ni gloss de marcas tipo Astor y Pinaud: estropean la piel y son muy malos. En cambio salen muy bien los coloretes de Pinaud y los de Maybelline. El producto estrella de Maybelline, ya lo he dicho, es su corrector de pincel, no graso pero muy cubriente y luminoso. Prohibidas las marcas de todo a cien como Yolizul, Penumbra o Vera Valenti. Los polvos compactos de los Chinos, Deliplús y Myrurgia son azufre para la piel. En cambio, si entràis en Zara, arrasad con los làpices para la raya del ojo: cuestan cuatro euros y son buenas, buenas.

sábado, enero 12, 2008

Cumpleaños

Dedico esta entrada a Beades, a la Señora de Beades y a Joaquín, pero especialmente, como mi eterno interlocutor, a Lord Scutum.

Viernes tres y media de la madrugada, cuando la música se apaga y todo termina, y todo comienza en el pasado, que siempre nos pertenecerá.
Doblé tu carta en cuatro pliegos y besé cada pliego de tu carta, como quien besa las mejillas y la frente de un hermano. Me diste un anillo élfico, celta, con rosas labradas en plata. Todo concuerda, todo se comunica misteriosamente, hoy que cumplo treinta años y casi un mes y lo celebro con vosotros. Cumplí venticinco años en la lluvia de Pampaluna, y mis amigas de un día, de un mes, de siempre, me regalaron una caja de madera con rosas labradas. Cinco años después, frío soleado de enero y rosas, siempre rosas.
Leo tu carta en duermevela, junto al poemario de Wislawa, uisuaua dice Beades, debajo de una sencilla manta de cuadros y con una luz halógena en mis ojos que da reflejos de color ambarino pensando sólo en ti. Del frío azul al melocotón rosado, ese color de isla mediterránea que tanto te gusta. Leo tu carta y me duermo. El-tiempo-ha-comenzado.

jueves, enero 10, 2008

Paseo de miércoles por mi ciudad

El 21 llegaba en esa hora mágica en que las farolas empiezan a encenderse y la luna a dibujarse. Y el cielo está azul brillante casi malva, y luego azul oscuro casi negro como en la película, pero iluminado. El azul noche, precisamente este, es mi color favorito. Los autobuses por la noche se encienden y parecen islas. Did you ever want to cry, susurraba Mama Kass en mis oídos mientras la máquina se tragaba temporalmente mi bonobús. Pasen al fondo. Señoras con cestas antiguas, niños raperos.
Entro en la Facultad y es ya de noche, del techo penden farolillos de bajo consumo que me deprimen. Tendría que llover para que el cuadro fuera completo, recuerdo la canción aquella, "como Camarón", y el poncho raspberry de mi amiga Merl y nuestro encuentro a la altura de los juzgados, un ocho de enero. No estábamos en la hora mágica, llovía y tronaba el frío, pero desde ese día el mes de enero ya no me pareció tan desolado y desguarnecido como antes. Pronto empezarán a oler los naranjos de la avenida.