jueves, julio 11, 2024

Un libro para ser feliz: Ejecutoria, de Enrique García Máiquez

Este libro se merece una reseña en un sitio serio, no sé, Clarín o Fábula..., pero mientras me demoro, me deleito y procrastino para no terminar, ¡tan pronto!, su lectura, ahí van unas primeras impresiones totalmente subjetivas, es decir, nada académicas.




¿De qué trata el libro? ¡De qué no trata! El mundo en una esfera azul, de Bernardo de Claraval a Star Wars y vuelta, para glosar una llamada universal a la aristocracia..., ¡del alma!
Recuerdo a mi padre diciendo que, ante el problema de que los jamones de cerdo ibérico sean un artículo de lujo, hay quien propone que nadie coma jamón por evitar el agravio comparativo, y en cambio él desearía que todos, exactamente todos los hombres y mujeres lo pudieran disfrutar, y que en eso radica la verdadera democracia... Ahora veo, gracias al delicioso ensayo de García Máiquez, que más o menos algo así dijo Chesterton, vamos, ¡que mi padre es chestertoniano!




Leer a García Máiquez es todo un grito de afirmación. Libro suyo que cae en mis manos, libro que me hace feliz. De Mal que bien dije que recibirlo había sido como adelantar la Navidad, y ahora me estoy dejando inundar por Ejecutoria en pleno verano, en este locus amoenus veo desfilar a Séneca, a Dante y a Alonso Quijano el bueno. Y si a una cita de Mesanza le sigue una cita de Cirlot, "ahí es".
Vuelvo a tener la aguda sensación de que Enrique habla siempre de todo lo que amo, que sus referentes me reafirman, sus pensamientos ponen voz a lo que en mí son sólo pobres barruntos.
Y cierro el libro afirmando, con una sonrisa. Con la certeza de que vale la pena todo, el esfuerzo, el "vence quien se vence", el amor secreto y platónico sin aparente fruto pero capaz de fecundar toda una vida.

lunes, julio 08, 2024

Mis cuatro gatos: proyectos para este blog y despedida del blog de maquillaje

Después de casi dieciséis años he decidido cerrar mi blog de maquillaje.
No lo eliminaré, por supuesto, pero voy a dejarlo en stand by y, por lo menos hasta septiembre, no voy a publicar nada nuevo en ese espacio. Cuando comience el próximo curso pensaré seriamente que hago con el viejo Makimarujeos de una Hobbit pija... 

Mientras tanto, el blog de Adaldrida va resucitando poco a poco, y resiste ahora y siempre al invasor... Y es que mantener un blog hoy en día es un gesto absurda y absolutamente romántico, porque lo leen cuatro gatos contados, y si voy a ser romántica, prefiero serlo con este blog literario donde desbarro sobre poesía una vez al mes.
Que, ahora que me he quedado bastante libre de actividad bloguera, podría pasarme a una actualización quincenal, sobre todo si la inspiración me acompaña, porque no quiero hacer entradas de relleno. Pero cuando no haya aliento poético siempre podré hablar de los libros que estoy leyendo, un mix entre prosa poética y crítica literaria nos vendría bien...

¡Que vivan mis cuatro gatos lectores! ¡Va por vosotros!

martes, junio 04, 2024

Los rayos de junio


Por los rayos dorados de junio camino ahora mismo. Bajo sus rayos azules, dejándome inundar. Mañanas plenas, tardes lentas. 
Todo sonríe abierto, luminoso, el sol calienta sin herir. La tierra exhala una virilidad recia y encantadora... Y todas las cosas guardan tu nombre y me lo dicen al pasar. Todo me habla de amor y del Amor. Para Él trabajan de incógnito todos los amores, dijo Ibáñez Langlois.

domingo, mayo 26, 2024

Un Dios que nunca deja de bailar

Domingo de misa y vermú, casi junio aunque todavía mayo. Verde, radiante y vivido...

Me siento plena, vivida, como Salinas dijo en un par de versos interminables... Sí, qué alegría vivir sintiéndose vivida. Me viven mis amigas, mi familia, los poetas que admiro, me vive Dios por dentro. 
Un Dios que baila, como una vez dijo un cura jesuita en Sevilla, rodeado de naranjos. Imagino a Dios Padre bailando en torno a Dios Hijo, y a Dios Hijo bailando en torno a Dios Padre... y que el Espíritu Santo es ese mismo baile que se (auto) dedican ambos, en un eterno y amoroso viceversa.

sábado, abril 20, 2024

Ventanas nuevas

Que para abrir nuevas puertas habrá que cerrar ventanas no es una enseñanza fácil...

Todo el mar en mi ventana, solía decir mi madre. Tenía yo nueve años y nos gustaba venir cada domingo a la playa, como meros domingueros: nunca fue con la tortilla ni la radio con arena, pero recuerdo el cansancio. El cansancio tan azul, cansancio lleno de sal, tan "radiantes de cansancio"...
Vendimos una buhardilla y compramos todo el mar. "Todo el mar en mi ventana". Nunca me gustó la playa, no quiero hacer poesía ni mentir en mis recuerdos.

Pero te aprendí a querer, terraza azul y radiante. Eras toda una mañana de sol, eras siestá por la tarde. Eras el rumor del mar, eras mi madre feliz. Mi madre que siempre danza, contigo se queda quieta. Mi madre leyendo quieta me llenaba de esperanza...

 
Pero hubo nuevas ventanas, y la vida siempre avanza. Y "nos hacemos mayores", y "viene el cambio climático""... Se van imponiendo cambios como losas, como soles. Los cambios nunca son casa,  pero he aprendido a amarlos también..., como amo los lunes.  Mañana se cierran puertas, y puede que para siempre.

Y sin embargo la vida siempre nos empuja alto, a la alegría más honda, a nuevas  puertas radiantes. ¡Abrid las puertas del cambio a las nuevas aventuras, que mi madre está esperando recuerdos llenos de viento, de claridad infinita, de cielo, de sal y viajes, y de gente por querer!

*por primera vez en mucho tiempo me ha salido un proema, un poema en prosa: se lo dedico, como no puede ser menos, a mi madre y a mi padre.

domingo, abril 14, 2024

El turquesa me abraza

He vuelto a nadar, y lo cuento aquí
Se me había olvidado cuánto me gusta el agua...


Me siento engullida por el azul turquesa, fresco y radiante gracias a la luz de este domingo soleado que entra a raudales a traves de la claraboya.
Me dejo abrazar por el agua y me parece estar sumergida en la esencia divina. Rezar y agradecer me sale solo, igual que disfrutar. Entre tanda y tanda de ejercicios, dejo momentos a la inspiración y a la meditación.

viernes, marzo 22, 2024

Aitana, Sebastián y la cultura de la cancelación

Parece, se comenta que Aitana y Sebastián Yatra se han reconciliado, viajan juntos, han pasado la noche juntos.



Noticia frívola y absolutamente baladí para cualquiera que no sean ellos dos..., pero que me interesa como exponente de esta nuestra sociedad, fiscalizadora y canceladora. Porque hemos entrado en tromba, se ha producido todo un movimiento de masas que señalan a Aitana y, cual si tuviera 15 años,  la amonestan diciendo: "¡con ése no, bicho!

Bicho, por supuestísimo, él, no ella...
Todo nace de unas declaraciones en las que un demasiado sincero Sebastián dice lo que muchos jóvenes de hoy en día piensan, que le cuesta ser fiel y que se plantea en el futuro una relación abierta.

Vaya por delante que la fidelidad y la lealtad son mis valores más queridos, y que mi relación ideal es la de mis padres, totalmente monógama y que lleva durando 47 años de santo matrimonio, en el que aún se quieren y se hacen reír.

Pero más aún creo en la libertad, y como además soy todo lo que no se debe ser en esta nuestra sociedad, es decir, ingenua y romántica, pienso, como primera posibilidad, que Sebastián Yatra ha llorado lo perdido... y ha recapacitado. Que no sabes lo que de verdad quieres hasta que ya no lo tienes.

O, como segunda opción, que ella también desea un idilio moderno. No voy a caer en aquello de que si fuera Aitana quien hubiera planteado una relación abierta no caería sobre ella todo el peso del oprobio woke, o sí lo digo, oh yes.

A lo que voy es que sea lo que sea, si están juntos o no será siempre algo fruto del consenso, santo grial y vaca sagrada del siglo XXI... ¿O no? En esta sociedad nuestra, todo es consenso, hasta que tocamos algún pilar fundamental, algún dogma laico aún más irrenunciable, y entonces el consenso deja de ser algo tan, pero tan, tan importante.