martes, noviembre 14, 2023

De pequeña me gustaban los robots

En invierno vuelvo a mi niñez, como si una puerta entreabierta me tentara con los primeros fulgores de una chimenea que se vislumbra al fondo.

Cuando menos lo espero, vienen a mi memoria retazos, retales de mi infancia. Los juegos en el jardín de mi urbanización, con tablones de madera. El despliegue de ejércitos de pitufos, cinco buenos y cinco malos, que montábamos Antoñito y yo para luchar toda la tarde: te ves a Papá Pitufo de malvado sencillamente porque tenía barba... azul. O espera, no: azul era el gorro.

Y hoy, "radiante de cansancio" tras un montón de tribunales de TFM, he recordado que hubo una época, en torno a los diez años, en la que me dio fuerte por los robots y los Transformers, influida por Antoñito también. 

Los pedía por mi cumpleaños y Navidad: eran feos pero brillaban y se podían poner en mil posiciones. Fantaseaba un par de horas con el coche de montaña que si le volvías una pieza del revés era un dragón con dientes infernales ,y luego, antes del baño y la cena, me dedicaba a acunar con dulzura a mi muñeca Maite.

2 comentarios:

  1. Anónimo2:15 a. m.

    Me encanta,tu palabra siempre precisa

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  2. Qué bonito volver a ser la niña que fuimos, eso no hay que perderlo nunca.
    Besos.

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