Vas a pasar unos días en Sevilla, y me preguntas...
Te aconsejo que entres a los reales Alcázares, que te tomes tu tiempo para mirarlos y pasearlos y, cuando creas que ya no hay más, pidas un café en su cafetería que tiene terraza y te empapes de la visión tras los arcos de estuco.
Y que visites la Capilla de San José, en plena calle Sierpes, dejándote sorprender por la calma divina envuelta en el mejor arte barroco.
Y la placita de Santa Marta junto a la catedral, con tres naranjitos inolvidables en los que aún resuena el memorable haiku de Pablo Buentes:
"En Santa Marta
un triunvirato mágico:
un triunvirato mágico:
tú, yo y el viento".
Y que por la noche vayas a tomar unas copas a la terraza del Hotel Doña María, junto a la catedral, y te llenes los ojos de la contemplación de la Giralda iluminada.
Y que comas de tapitas en la Antigua Abacería de San Lorenzo en la calle santa Rosa (En El Porvenir), que es como un colmado antiguo y tiene chacinas que son obras de arte.
Y que vayas a la librería Beta de la Calle Sierpes, que está situada en un antiguo teatro y la poesía está colocada en pleno escenario.
Y que vayas de tiendas a la calle Amor de Dios, a comprar discos de vinilo, espejos y máscaras. Y en esa calle, no dejes de ir a la tienda Isbilia, de comprarte un anillo recordándome.
(Este post está dedicado a Pilar, de Secondo me, y copiado casi literalmente de un mail que le mandé)
Estupendas recomendaciones. Tendré que ir al Porvenir a probar esa chacina que no conocía…
ResponderEliminarPor mi parte me atrevo a añadir otras:
cruza el puente de Triana paseando al atardecer y verás el sol poniente refulgir en los azulejos de la Giralda y en el gran ojo vidriado de la catedral y oscurecer sobre la ciudad y las palmeras, y pasea por la calle Betis.
No olvides entrar en la Catedral, si es por la mañana temprano conserva su autenticidad, no ha turistas, hay misa de ocho y cuarto en la capilla de la Virgen de la Antigua, ante la que rezaba Colón al partir a sus viajes, detente allí y lee las lápidas bajo tus pies que te contarán mil historias, y enfrente mira la maravillosa Inmaculada de Montañés, y cerca el Cristo de los Cálices, y el San Antonio de Murillo…
Entrar en el Salvador es también recomendable, si se ha pagado la entrada de la catedral vale la misma, si no, los días de diario hay misa de ocho de la tarde, desde las siete y media está abierta al culto, antes sólo al público que pague. Los retablos son espléndidos. Merece la pena pararse ante el Cristo del Pasión, de Montañés en la capilla Sacramental con su altar de plata labrada con relicarios de huesos y calaveras entre cristales y el del Amor, de Juan de Mesa, en la nave de la epístola.. Y la iglesia de la Magdalena…con imágenes maravillosas, el Cristo del Calvario, la capilla mudéjar de la Quinta Angustia… y el Hospital de la Caridad, donde el barroco sevillano se plasma en todo su esplendor, con los Murillos y Valdés Leal por sus muros hablando de la levedad de la vida, y sus patios de columnas de mármol y fuentes italianas…y sus historias y sus rosales de Miguel de Mañara y la leyenda de D. Juan y los viejos del asilo, y la Hermandad aristocrática…
Y , cómo no, el museo de Bellas Artes, donde el sólo hecho de pasear por sus patios vacíos ya es un placer, escuchando los pájaros, la fuente y el viento en el ciprés…
Y la antigua judería, ver las casas abiertas a través de las cancelas, pasera por la calle Guzmán el Bueno, donde todavía resisten palacios auténticos… Puedes entrar en la casa de la Marquesa de Lebrija, en la calle Cuna, merece la pena pagar la entrada, pues se ve un palacio sevillano tal como era, con su biblioteca, sus mosaicos romanos, sus estancias espléndidas. También la casa de Pilatos es asombrosa, y sus jardines un verdadero deleite…
El parque de María Luisa no decepciona.
Han abierto una terraza nueva en el Hotel Inglaterra en la Plaza Nueva, dicen que está muy bien y cerca, en C/ Hernando Colón, el bar Ovejas Negras, aunque alejado del tipismo, tiene muy buenas tapas…En fin se podría seguir, pero no me enrollo más, que disfrutes…
Ay, da dolor leer esto. A ver si consigo acercarme a Sevilla pronto.
ResponderEliminarGracias Rocío e Ignacio! Me lo llevo todo bien apuntado. Esto sí es un buena guía!
ResponderEliminarhttp://secondopilar.blogspot.com.es/
ARP... eso es lo mismo que yo pensé tras escribirlo.
ResponderEliminarPero la verdad es que ahora mismo no cambio Logroño (como ciudad donde vivir) por todas las hermosuras del Sur.
Ignacio, gracias.
Pilar: te lo mereces.
Hola, me encanta Sevilla, si vuelvo a ir seguro que releo esta entrada, besos
ResponderEliminarRocío, un beso enorme desde Granada.
ResponderEliminarPB
Y yo que llego aquí de rebote, por culpa de un tal Enrique Monasterio, al que leo desde hace años, y que ha sido quien me ha descubierto a una filóloga sevillana, ambas cosas que comparto (aunque lo de ser filólogo aún lo tengo a medio empezar, o medio terminar, según se mire), que encima es poeta (otra cosa que he "empezado a ser" varias veces).
ResponderEliminarPrometo volver a menudo, ponerme al día y estar atento.
Juanma, ¡bienvenido! Y suerte con la carrera y la poesía.
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