Porque eras alegría pura, irracional y, por eso mismo, la más lógica de este mundo y de cualquier otro mundo que exista. Porque convertiste la poesía en un estallido de euforia, tras tanto poeta llorón. Porque eras polaca. Porque lo sigues siendo.
Porque inspiraste a Teresa Soto un inmenso poema que se llamaba así, "Imitación de Wislawa". Porque has inspirado a Enrique García-Máiquez este fermoso diálogo.
Brindo con mi copa de agua mineral, burbujeante. El vino lo pones tú.
Una sugerencia: salvo que la autora prefiera otra cosa, harías bien en poner aquí el poema "Imitación...", o un enlace a él. ¿No crees? Qué grande era, es, WS.
ResponderEliminarOído cocina, gatoflauta. Bienvenido o a.
ResponderEliminarGracias por la bienvenida (es "o"). Me gusta tu blog, que procuro leer siempre que puedo. Y Wislawa, ya lo dije. Me hubiera encantado conocerla, aunque, si su español era dudoso, yo le gano: mi ignorancia del polaco es perfecta. Pero ya nos habríamos entendido, aunque fuera con los ojos; que los suyos eran, o lo parecían, la mar de expresivos.
ResponderEliminarGatoflauta: chapeau (con "o".)
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