Es viernes, no, ya es sábado, son casi las dos y no puedo dormir... porque tengo en los oídos el extraño silencio que sigue a la hermosura. Siempre que oigo recitar a mis amigos poetas tengo la impresión de estar asistiendo a un pequeños milagro. Un milagro breve, felíz, lleno de música. Cuando publique Toi las fotos del recital cuelgo alguna, esa mesa llena de poetas, concurrida, y todos recitando poemas inéditos de libros inéditos que se demoran en publicarse.
Presentó la revista Pablo Moreno, tras las palabras preliminares del Director de la Fundación Madariaga (que nos deja el salón) y del director de la Fundación de Cultura Andaluza (que nos financia los libros y revistas.) Pablo habló con palabras de humo, "de las cinco de la tarde", solemne y cercano a la vez.
Habló de la Revista Númenor y de cómo también es un milagro en equilibrio. Y luego fue presentando a los poetas. Recitó en primer lugar José María Jurado, que participaba por vez primera en uno de nuestros encuentros y que nos deslumbró con sus poemas de cuaresma y su proema sobre José Tomás, cegador. Me pareció admirable su forma de mezclar lenguaje preciosista con motivos cercanos, de tal modo que sus palabras llegan al mismo tiempo al corazón y a la cabeza. Eso no es fácil. Luego leyó Alberto Carpio su terrible poema de Sylvia Plath. Terrible hermosura. Estoy segura de que esos versos atravesarán los años. Buko (Juan José Cerero) recitó poemas de infancia, de su padre, de naranjos. En sus labios sonaban a nuevo y a fresco: eran los mismos temas que aparecían en Oro, su primer libro, pero madurados y evolucionados.
Paco Gallardo se merece párrafo aparte. Este poeta que sólo tiene un libro, editado hace diez años ya, es autor de versos que han fecundado todo el grupo y nos repetimos a modo de conjuro mágico y han servido de inspiración a muchos otros poemas:
cuando no sé qué hacer, estudio mapas
o
la amable arquitectura de tus manos
le gana la partida a la tristeza
o
escucha, corazón, vendrá la lluvia
esos versos que me acompañaron como la lluvia en pampaluna durante diez años, los diez años de mi amistad con los poetas de Númenor, los diez años que me han convertido a mí también en poeta de Númenor, que nos han visto crecer. Ver de nuevo a Paco recitando poemas tan sabios me ha hecho saber que no somos tan niños, ya no somos promesa. Que esto es de verdad. Y los dos últimos poemas recitados por Pablo Moreno han sido confirmación y acción de Gracias. "En ellos está mi casa".
P. S.: Varios me habéis preguntado "cómo fue lo mío". No lo he contado por aquello de no convertir este espacio en una permanente auto crónica, así que os remito al blog de Ramón Simón, que hace una perfecta crónica de la presentación de Las Barbies, hace justo una semana. Y aquí están las preciosas fotos que hizo Toi del Junco. Y aquí, un apunte "pictórico"...
Coincido contigo, se te ha pasdo Joaquín pero supongo que de tanto verlo por la facultad que no as caído. Un saludo
ResponderEliminarPablo C.
Efectivamente, pablo C., tantas ganas de hablar de Jurado, Carpio y sobre todo de Paco Gallardo me han dejado sin espacio para Joaquín y casi sin espacio para Pablo Moreno, ¡qué injusticia! De ambos espero un libro deslumbrante, que sé que tienen guardadito en un cajón, y me tienen algo mosqueada porque no lo sacan.
ResponderEliminarJoaquín, el día que saques tu libro fantasma, que sé que es apoteósico, te dedico una entrada para tí sólo. Pero tiene que estar en él el largo poema de la Peregrina, si no, no vale...
Muchas gracias, Rocío.
ResponderEliminarVisite www.lengua-libre.blogspot.com
ResponderEliminarUn reducto inofensivo de Filosofía, letras y otros males de menor importancia.
Leí el libro este fin de semana y he disfrutado de su frescura, de su alegría.He disfrutado, además, poniéndole la voz oída el otro viernes.
ResponderEliminarEntraba antes aquí, alguna vez,de la mano de EGM; ahora entraré con más frecuencia a disfrutar de los proemas. Gracias.