Ayer, Jueves Santo, llovía. Hoy, veintiuno de marzo, nace la primavera.
Ayer llovía en la iglesia, tan lúgubre aún, con la luz concentrada en el Sagrario. Y hacía frío, un frío que venía de nosotros mismos. Porque todos oímos las palabras: "Uno de vosotros me entregará", y yo me pregunté si temblaban de frío los demás como yo preguntándome, preguntándole con miedo, ¿Dios mío, seré yo?
P.S.: La foto es de Merl
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ResponderEliminarNo Ro, he sido yo. Y lo digo con esta tranquilidad pasmosa, esperando que con Su resurrección, me alcance el calor.
ResponderEliminarAnoche mientras veía el Señor de la Salud caminando por la calle Orfila me acordé de Dios, y pensé en el hombre, en el verdadero hombre que caminaba con su cruz a cuestas, aporreado, encarnecido, arrastrado hacía el matadero. Ese hombre que carga con mis culpas y con mis miserias, con mis venganzas y con mi infidelidad...
Muéveme Mi Dios, muéveme al verte, colgado en una cruz y encarnecido. Que me mueva tu cuerpo tan herido, tus afrentas y tu muerte.
La Calle Orfila... qué recuerdos!!
ResponderEliminarEntre el viernes y el sábado la guerra se ganó para siempre. Sólo hay que apuntarse en el bando correcto y seguir, en otra escala, el mismo trayecto...
Felices Pascuas
Benita
No es malo llegar a la noche y reconocer, "sí, soy yo. Otra vez".
ResponderEliminarya es Pascua y teniendo presente la Pasión, vivimos para la Resurrección!.
ResponderEliminarCon buen ánimo llegaremos, vaya si no!
Temblando de nuestro frío y esperando su calor.
ResponderEliminarLa entrada, como la foto, está borrosa, temblorosa. Y como el título, ¿muere la primavera?
ResponderEliminarlinda reflexion de semana santa...y en Sevillla!
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