Mi madre compró una tela para coser un vestido. La tela era de color granate: al oír la palabra granate recordé la casa de mi abuela, con su salón atestado de tapicerías, muebles buenos y abanicos en marcos vetustos. Granate es una palabra muy propia de mi abuela para designar ese color, igual que colorado, tostado y beis (no beige).
Al pensar en colores yo siempre pienso en las tonalidades de la fruta de verano, en postres golosos de invierno o en copas de licor chispeante y atemporal. Por eso prefiero designarlos con términos que aluden a sensaciones gustativas: rojo guinda, rojo vino, color grosella.
Por ejemplo nunca diré beis, que me parece un horror, sino crema, si es que tengo que nombrarlo de algún modo. Otros dicen marfil, hueso. También lo llaman champán, pero el champagne es ligero y con burbujas, y su color remite a un brillo satinado como de traje de novia, a algo que el mojigato y ramplón beis no evocará nunca: noches de lujo y copas estrelladas contra el suelo de un barco.
Y siguiendo con los colores dulces: chocolate claro, caramelo, miel. O los ácidos: pomelo rosa, lima, verde limón... Unos me traen a la mente el vaho de la ropa en la cocina, las tazas humeantes; otros me llevan al frescor de las piscinas, las tardes infinitas de verano.
Rocío realmente haces magia con las palabras, cómo si no se explica que esté saboreando y viendo a la vez los colores que describes? Bufff, ahora entiendo a mi profesora de Lengua que decía que las mujeres tienen una mayor capacidad para describir y asociar los colores.
ResponderEliminarPD: Aunque pone aquí Pablo, soy Buentes, es que tengo varias cuentas... jajajajaja
¡Ge-nial!
ResponderEliminarMuchas gracias por llenarme la mañana de colores. Hoy Madrid y yo amanecemos en blanco y negro.
ResponderEliminar"algo que el mojigato y ramplón beis no evocará nunca: noches de lujo y copas estrelladas contra el suelo de un barco".
ResponderEliminar¡Sensacional!
Muy bueno: ¡proema! Y además aprendo: me apunto al "crema" para el beige
ResponderEliminarMe has hecho nadar en la copa de champán y ahora miro al beige con un poco de desprecio por ramplón y rancio. ¡Qué genial promema, Ro!
ResponderEliminara mi siempre me gustó el amarillo pollito. No es tan poético pero mola.
ResponderEliminarLástima que no tenga una paleta con colores a mano, haría mezclas para que las describieras
ResponderEliminar¡Aquí todo el mundo se apunta a lo de "proema", igual que a lo de "Generación Blogg"! Y yo sin cobrar derechos de autor...
ResponderEliminarPero Beades, ¿y el prestigio qué? ¿eh?
ResponderEliminarBeades no puede aspirar a tener "de eso".
ResponderEliminar:D
¡y para gustos los colores!
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