Una vez hubo un amigo mío que me escribió una carta. En ella me decía que nuestra amistad era como esos tiempos heroicos de tardes doradas en el parque. Entonces sólo me fijé en los destellos románticos que desprendía esta imagen, ya que para todos aquellos que fueron felices de niños, la infancia es una Arcadia inagotable, un baúl de los recuerdos en positivo, el gran teatro del mundo.
Por eso la nostalgia es tan distinta e infinitamente mejor que la melancolía: en el siglo XIX las damas enfermaban de meláncolía, y lo que tenían en realidad, como dice mi amiga Cris, es una terrible depresión. La nostalgia te hace sonreír, recordando tiempos que no volverán, pero tiempos felices al fin y al cabo. Momentos que te pertenecen para siempre, que nadie te quitará. El baúl de los recuerdos entonces eres tú, el continente de todo contenido. Corre por nuestra sangre una muchedumbre de personas, ciudades, tardes con lluvia, amores en blanco y negro y en tecnicolor...
Esto es lo que dijo Pablo Moreno en su poema Atardecía, con esa cita genial: omnia mea mecum porto, y el verso último: nunca estaremos solos. Y todo esto decía mi amigo en una sola línea, y yo la leía con ojos cegados por el entusiasmo, la visión del mundo recién descubierto que tiembla en mi primer libro: Magia.
Han transcurrido seis años, ni muchos ni pocos. Ahora recuerdo los columpios y el sol amarillo de mi infancia, así como las últimas noches de mi vida hasta ahora, y digo: omnia mea mecum porto. Ahora lo contemplo todo y puedo decir: Todo era verdad.
¡Y ya me alegraste el día! Gracias.
ResponderEliminar¡Y a mí! Y -aunque la nostalgia requiera cierta distancia- a la alegría tengo que añadir cierto sentimiento de nostalgia de helados y fantas de naranja en muy buena compañía. Un abrazo grande.
ResponderEliminarLo mismo digo...
ResponderEliminarY el otro lado del tapiz:
ResponderEliminarOMNIA MEA MECUM PORTO.
Alzo mi copa por esa nostalgia que mira hacia delante, siempre.
quería decir
ResponderEliminarOMNIA TUA MECUM PORTO
La etiqueta debería rezar: "Poema de opinión", digo yo.
ResponderEliminarEs verdad. Verdad verdadera.
ResponderEliminarDebemos a Jünger el descubrimiento de ese lema latino. El pobre la recordó especialmente el día que le dijeron que su hijo Ernstel había caído en el frente, con dieciocho años. En mi alianza conyugal está escrito ese lema (y en la de mi mujer). El animal simbólico sería la tortuga, me parece.
Eso iba a decir yo, en mi alianza reza esa inscripción, pues eso todo lo que soy va conmigo, mi marido, mi familia, mi carrera aun por terminar, mis errores, mis virtudes, mis amigos, Ro, los libros que me gustan, el cigarro de despues de comer... gracias por esta entrada, de nuevo, soy tu fan número uno
ResponderEliminarGracias Rocío, ya me has alegrado la hora de irme a la cama. A mí esto me ha recordado los viajes en el coche verde de mi abuelo, los colores en la ropa de la gente de las fotografías antiguas o aquel campito de la barriada de Santa Bárbara al que aludo en el poema MADRE que escribí, y es cierto, todo es nuestro y lo llevamos dentro, el algún punto al que no es fácil acceder pero que "proemas" como este nos acerca.
ResponderEliminarMuy buen lema escogisteis, Jesús y Macarena, como siempre demostrando el buen gusto.
Y perdón por la señora de Beades, discrepo con algo que usted ha dicho, jeje, aquí el fan número uno de la señorita Arana soy yo, pero no un fan como el de Lennon, ojo, un fan de los buenos.
Entonces te escribía cartas y cuadernos, y siempre regresábamos a Itaca, paseándo por ese Alcazar lleno de magia.Me ha hecho ilusión saber que aún te acuerdas de esa carta, y que el paso del tiempo no ha podido con ella...Cuando me llamastes a Praga preguntándome donde eran los oficios de La Buena Muerte, paseaba por el castillo de San Carlos y auque aquello era un encaje,eché de menos tu magia y la de Sevilla, en medio de aquella marabunta de extranjeros, y me sentí menos traveller, y menos viejo, y se me quitó un poco el frío, e imaginé todo un futuro de cartas,ciudades,amores,anhelos...y cómo no mis pitillos ,tu agua,la noria, el tequila... frente a cualquier ventana,y mucho Sur que nos haga perder el norte,y mucho acantilado vertiginoso,y toda la vida contándonos lo importante,sin datos ni informes ni discursos postizos,porque contigo es fácil repetirse de niño,deshilvanar arcadias,regresar sin horror vacui a una casa a la que siempre llego por primera vez, sin demonios internos ni magulladuras,como cuando la vida era una tarde en el Cristina,después de la merienda.Lo juro
ResponderEliminarComo él mismo ha dicho, la carta era de lord Scutum. Y gracias, Macarena y Buentes, por declararos fans... Sr. Do Vale, omnia tua mecum porto.
ResponderEliminarHe sido un niño muy feliz....sino, no lo diria....tardes doradas,sol, playa y mucho juego de amigos y primos.Mis padres,hermanas,abuelos,tios,etc....Y soy el baul de mis propias nostalgias.
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