¿De qué trata el libro? ¡De qué no trata! El mundo en una esfera azul, de Bernardo de Claraval a Star Wars y vuelta, para glosar una llamada universal a la aristocracia..., ¡del alma!
Recuerdo a mi padre diciendo que, ante el problema de que los jamones de cerdo ibérico sean un artículo de lujo, hay quien propone que nadie coma jamón por evitar el agravio comparativo, y en cambio él desearía que todos, exactamente todos los hombres y mujeres lo pudieran disfrutar, y que en eso radica la verdadera democracia... Ahora veo, gracias al delicioso ensayo de García Máiquez, que más o menos algo así dijo Chesterton, vamos, ¡que mi padre es chestertoniano!
Leer a García Máiquez es todo un grito de afirmación. Libro suyo que cae en mis manos, libro que me hace feliz. De Mal que bien dije que recibirlo había sido como adelantar la Navidad, y ahora me estoy dejando inundar por Ejecutoria en pleno verano, en este locus amoenus veo desfilar a Séneca, a Dante y a Alonso Quijano el bueno. Y si a una cita de Mesanza le sigue una cita de Cirlot, "ahí es".
Vuelvo a tener la aguda sensación de que Enrique habla siempre de todo lo que amo, que sus referentes me reafirman, sus pensamientos ponen voz a lo que en mí son sólo pobres barruntos.
Y cierro el libro afirmando, con una sonrisa. Con la certeza de que vale la pena todo, el esfuerzo, el "vence quien se vence", el amor secreto y platónico sin aparente fruto pero capaz de fecundar toda una vida.
Qué ganas de leerlo me has metido en el cuerpo...
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