Y tú me dijiste en una carta que nuestra amistad te devolvía la más pura inocencia de cuando éramos niños, llevándote de la mano a esas tardes doradas en el parque de columpios y trenzas al sol.
Y siempre tenías melancolía de futuro, te gustaba imaginarnos a largo plazo, dentro de diez años, de veinte, siempre juntos a través de la distancia.
Han pasado los años, más de cuatro lustros, y ya no somos niños. No lo éramos entonces, y ahora la vida nos llena de hipotecas y noches de hospital. Y hubo chaparrones, hijos, amores fallidos, amores luminosos, duelos, broncas y resacas.
El oro manchado de barro, que lo limpias y renace, aún más refulgente. Eres tan de verdad que me das miedo, eres estar en casa y a la vez el abismo y el acantilado. Y no acabo de conocerte nunca, porque siempre me sorprendes, pero contigo me sé a salvo, abrigada, iluminada por esa luz de vela que me regalas siempre.
Poema para Gis ...,Aún con interferencias ...,
ResponderEliminarContigo siempre escucho la marea que nos llama urgente al infinito
y subo a los alcores de las nubes
blancasrosadas con telón de sol
voces pérdidas salen de mi boca y te digo que en cielo va a haber vino, te ríes y lo brindas con Mateo 29...y te lo mando.
intempestivamente te derramas
otra vez en un rito pertinaz
y yo underground sigo tu swing
cómo anclado en una roca de yerma vigilancia
¡Bravo, forastero!
EliminarYa lo terminaré un día forastera, toda mi voz saldrá como una ópera ¿, turandot te gusta?
ResponderEliminarLo escucharás en nuestra parusía
Qué bonito, Rocío.
ResponderEliminarMe encanta. El post y Nico.
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