He soñado con nieve y con trineos.
Parecía una película americana, pero era un sueño. Un grupo de niños y niñas, con trenzas y gorros de pon pon, te rodeaban con canciones preguntándote por tu primer amor. Preguntaban a una vieja con carrito, a un señor con periódico, me preguntaban a mí.
Sonaban los Bee Gees, tenía yo once años y recuerdo que pensé: enamorarse debe ser fantástico... Y pasó un vecinito de nombre italiano y ojos verdes, abriéndome la puerta cual caballero medieval.
Me abría la puerta, recuerdo, porque estaba yo cargada de bolsas de la compra. Lo que no sabía él es que me estaba abriendo la puerta de las dudas, del insomnio, del sufrimiento luminoso. La puerta temprana de la adolescencia.
Precioso, ay.
ResponderEliminarRequete-ay. Mis dieses.
ResponderEliminar¡¡ Qué bonito!!
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