Me preguntas cómo nace, cómo se me ocurre a mí de repente, sin pedir permiso, un poema.
Hay que utilizar cincel, hay que trabajar, quitando de aquí y de allí lo que sobra y lo que no suena bien. Pero el núcleo me lo dan entero, en un fogonazo de luz. Es como un relámpago, una música que me baila dentro, un flechazo de amor.
Viene cuando quiere, sin horarios ni calendarios, no tiene reloj. Tampoco discrimina lugares ni sabe de atrezzo: me recuerdo por la calle buscando con urgencia febril una servilleta para apuntar unas líneas. Claro que eso fue hace mucho tiempo, ahora con la aplicación de Notas de mi teléfono inteligente lo tengo todo a un clic de batería. Ay de mi móvil cuando duerme.
Y luego viene la serenidad, la profundidad, las horas oscuras pero necesarias de corte y confección. Horas, días, semanas de corregir y probar acabados, brillantes o ásperos, lo que convenga. Hasta que la prenda está terminada, y pasa a colocarse en su percha, que es la ilusionada página de un futuro libro, esperando su momento.
Hay que utilizar cincel, hay que trabajar, quitando de aquí y de allí lo que sobra y lo que no suena bien. Pero el núcleo me lo dan entero, en un fogonazo de luz. Es como un relámpago, una música que me baila dentro, un flechazo de amor.
Viene cuando quiere, sin horarios ni calendarios, no tiene reloj. Tampoco discrimina lugares ni sabe de atrezzo: me recuerdo por la calle buscando con urgencia febril una servilleta para apuntar unas líneas. Claro que eso fue hace mucho tiempo, ahora con la aplicación de Notas de mi teléfono inteligente lo tengo todo a un clic de batería. Ay de mi móvil cuando duerme.
Y luego viene la serenidad, la profundidad, las horas oscuras pero necesarias de corte y confección. Horas, días, semanas de corregir y probar acabados, brillantes o ásperos, lo que convenga. Hasta que la prenda está terminada, y pasa a colocarse en su percha, que es la ilusionada página de un futuro libro, esperando su momento.
Por lo general, es así como funcionamos los que amamos las letras.Es más, la chispa nos llega porque continuamente los que nos entusiasmamos con la poesía no cesamos de pegar, casi sin pensar, a la puerta de las musas
ResponderEliminarMadre mia, parece que hablas de mi bebe ;) Bonito post. Un besazo
ResponderEliminarEs q así, de sopetón... Complicado!!!
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