Alejandro dice, comentando la entrada anterior, que sabe que se puede dialogar conmigo. Y yo me quedo sin saber si su elogio es cierto o no, en realidad no sé si está en el alma de los españoles el don de poder debatir desapasionadamente, sin iras reconcentradas, sin prejuicios de derechas o de izquierdas, cuyo nombre es legión en ambos casos.
Sencillamente, hay cosas que me hacen daño, y detesto la polémica. A veces desearía tener en mi sangre unas gotas del humor inglés, al estilo de Enrique García Máiquez, para capear el temporal y hablar de lo que nos plazca sin salir airados ni trasquilados. Una, que no tiene vocación de vencedora ni de vencida, desearía sentarse en su cuarto de estar en los días de lluvia, encender una imaginaria chimenea y abrir una tras otra las novelas de Wilkie Collins.
Pero, mientras redacta su trabajo de didáctica general, una tropieza con la noticia de que la subvención a ciertos colegios andaluces está en el aire porque practican la "discriminación sexual". Son malos, malotes. Por supuesto se menciona al Opus Dei, pero una comentarista del blog de Batiscafo nos recuerda el caso del Colegio de las Hermanas de la Cruz que no sólo es un colegio más, sino que allí viven "las niñas que los padres no pueden atender y eso lo sabe muy bien la Junta."
A estas alturas, una ha olvidado completamente su deseo de no entrar al trapo y orillar temas espinosos en este su blog hobbítico. Que quieren, ahí me han dado. Yo estudié en uno de esos perversos colegios femeninos, y es una de las mejores cosas que pudieron hacer mis padres por mí. La verdad, no sé cuál es el problema. Vivimos en un país democrático, y por eso existen varias opciones subvencionadas para una verdadera igualdad. Nadie va a obligar a tu hija a inscribirse en Ribamar, ni a tu hijo a estudiar en Altair. Tal vez el delito tan grande de profesores como Fidel Villegas sea sacar poetas de debajo de las piedras y hacerlo a las orillas del Parque Amate.
Aquí termina mi exabrupto del lunes, y ya estoy deseando volver a mis plácidas entradas sobre buenos poemarios y coloretes de Nars.
Pensé básicamente lo mismo que tú cuando leí la noticia hará tres o cuatro días. Sólo que yo me acordé de la familia y de los muertos más frescos de más de uno y de dos; ya sabes, un exabrupto como es debido.
ResponderEliminarhola rocío, me llamo maria, no me conoces pero me encanta tu blog.
ResponderEliminary por él he llegado a un montón más.
bueno, lo que quería decirte, que digas lo que tu quieras chica, que para eso todos tenemos voz.
los exabruptos tambien vienen bien de vez en cuando, para uno mismo y para remover a los demás.
Siii, reivindicamos una entrada de potis que hace ya mucho que no ;)
ResponderEliminarEn la Inmortal Ciudad de Zaragoza llevamos ya lustros muriendo al palo de la privacidad total. Tanto quieres, tanto pagas. Lo tuyo y lo del de al lado, porque para eso te lo puedes permitir. Y en esas seguimos.
ResponderEliminarYo también estudié en un colegio que debía discriminar al otro sexo pero lo debió hacer muy mal porque no nos enteramos. Tampoco recuerdo que necesitáramos la presencia femenina para desembrutecernos ni me suena que me sintiera incómodo cuando en la Universidad empecé a tener compañeras.
Sí recuerdo que salíamos del colegio con los dos ojos puestos, así que logramos identificar a las mujeres al natural antes de estudiar su anatomía en Ciencias Naturales. Y tuvimos amigas, y novias, y exnovias, y sueños, y unas ganas enormes de encontrarnos con ellas en terreno neutral.
Gracias, Buko. Tú me entiendes.
ResponderEliminarBienvenida, María. Y Gracias.
El hijo del Capitán, ¡qué nick más chulo!
Yyyyyy... Koizumi: en eso estaba pensando. Creo que voy a hacer dos entradas plaralelas de cosmética en este blog: una de cosmética de crisis (con precios en el comentario, Isabel), y otra de cosmética de lujo, con reviews de productos de Nars.
¿Cuál preferís que sea la primera?
Yo soy la última en mi especie, curso de sólo niñas con los chicos ya integrados en el inmediato siguiente. Y no los eché de menos ni de más, ni ocurrió nada espectacular al llegar a los Jesuítas a BUP y ser nosotras las "bichos raros". Naturalidad, tan poco en boga últimamente.
ResponderEliminarComo dijo el sabio Ortega, "no es eso, no es eso". En fin.
Primero la crisis y luego Nars y me permito sugerir un "tutorial" facilito y para gente con prisas para que tú o Koizumi o cualquiera de las potiadictas nos enseñéis a poner al menos dos sombras.
!Gracias!
De vez en cuando hay que enfangarse, Rocío. Haces (y dices) bien. Y lo dice uno que estudió en colegio mixto y que a sus hipotéticos hijos, en principio, los pondría en otro igual. Pero la libertad es la libertad, no entiendo por qué hay que subvencionar sólo la libertad de unos.
ResponderEliminarPues yo al revés que Carmen, primero Nars y luego puedes sugerir clones a precios de andar por casa.
ResponderEliminarEspero impaciente.
Por cierto yo estudié solo con niñas, y sobreviví al siglo XX ;)
Bueno, yo siempre estudié en colegios donde había niños y niñas y no me siento sustancialmente mejor que otros amigos que iban a colegios masculinos o femeninos... Lo lamentable es que se nos llene la boca de decir que hay que respetar al diferente, según qué diferencias tenga conmigo, claro.
ResponderEliminarLos réprobos, sí.