viernes, diciembre 19, 2008

en torno a los memes

A mucha gente no le gustan los memes. Dicen que son una memez, aunque supongo que lo que más puede fastidiarles es que de algún modo alguien dirija el proceso de creación de una entrada, ese juego de tiempo y silencio que fluye como un río, en palabras de Enrique García Máiquez.
"Yo pensaba callarme, o hablar de las actrices polacas de los años setenta, y ahora viene Fulanito pidiendo que cuente dónde guardo las llaves o cuáles son mis poetas preferidos". Así, sin anestesia. El ego se resiente un poco, el orgullo se levanta airado y nos preguntamos qué nos obliga a seguir la maldita cadena.
Pero, de alguna manera, la cadena de memes también dibuja un río, con aguas que saltan de blog a blog y ponen de relieve el nudo de relaciones en que se ha convertido la bloggosfera. Ayer dije, en la mesa redonda sobre blogs y literatura, que una bitácora sirve al mismo tiempo de cuarto de estar con chimenea (y portero automático, candado y llaves, por lo que pueda ocurrir), y de trampolín para el ejercicio estilístico, reto casi diario y aprendizaje. Hay que aprender a contar, sintetizar, relacionar. Y, a veces, a dejarse llevar y cerrar los ojos.
Todo esto me viene a la memoria porque tengo pendiente un meme: Koizumi me pide que cuente cinco o seis cosas sobre mí misma. Al principio me reí un poco, porque ya casi todos conocéis cinco o seis de mis historias, tabúes, manías. Uno de los peligros que encierran los blogs es el exhibicionismo puro, abismo que bordeo en cada entrada.

De acuerdo, cinco cosas. Qué difícil.

1. No me gusta la tele, pero soy adicta a la serie "El ala oeste de la casa blanca", que compramos por temporadas y vemos en familia.
2. Mis platos favoritos son el salmorejo, la crema de espinacas con bechamel, el arroz a la cubana y el mousse de chocolate.
3. Durante un tiempo me dediqué a hacer pendientes para mis amigas, tías y primas. Elegía los materiales, bolas de resina, cabujones, ganchos hippies, y tenía montado todo un taller artesano en mi habitación.
4. Con cuatro años me aprendí entera una canción de Mocedades llamada "Cuando te Miro": Eres el aire fresco de la mañana, de la mañana/ eres el sol caliente que a veces entra por la ventana/ eres arena blanca cuando te beso, cuando te beso/ eres sencillamente... lo que quiero . Me entusiasmaba el grupo vocálico vasco.
5. En Maestu había un baúl antiguo con disfraces apolillados, y de niños rodamos una película casera, mis primos y yo. El guión era de uno de mis tíos, novelista, y los protagonistas eran "La princesa Escarlata" y "El zorro Corro". A mí me dieron el papel de "La sabia Aris", y creo que llevaba un sombrero forrado de papel charol azul cielo, terminado en punta y con estrellitas de plata.

Os nomino a todos. Así nadie se siente molesto por ser/ no ser nominado.

9 comentarios:

  1. Sabia Aris, "El ala oesta de la Casa Blanca" es fascinante. En casa la fuimos viendo, a rachas, a las tantas de la madrugada en la 2. Despertaba en mí esa añorazanza de un patriotismo sentimental y recio a un tiempo, la lealtad inquebrantable, y la alegría de pertenecer a una nación libre. Después, resulta que la realidad es más asquerosita. Pero en la serie queda depurada, emocionante.

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  2. También yo caí en el ala oeste, a pesar de que los pe sonajes hablan y hablan sin parar mientras recorren los mismos pasillos a toda pastilla.
    Por cierto, ¿y tu tercer poemario? ¿Cuándo, cómo y dónde?

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  3. Don Enrique: Cuándo, en el 2009, año de graaaaan crisis, pero puede ser en mayo o en diciembre. Cómo, si Dios no lo remedia en papel, dulce papel, y Donde... ¡en Pre-textos! ¡Estoy taaaan contenta...!
    (Por cierto me muero de la curiosidad, ¿es que ha leído los dos anteriores...?

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  4. Sólo he leído lo que corre por la red y me ha gustado mucho. He buscado por todas partes algo en papel, pero ha sido inútil. En la red leí lo del "tercer" poemario (¿o fue en tu blog?)
    A ver si por fin...

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  5. ¿¿Y el efecto cara lavadaaa???

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  6. había algo que no me gustaba, y después de corregir el post cinco veces pensé que era prescindible. Ya vendrá, Beades...

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  7. Anónimo12:02 p. m.

    El azar - y después el benemérito google- ha querido que me encontrase con tu libro Pampaluna en la estantería de una librería pontevedresa, cerca del extinto Savoy. Vamos, que soy un santo lector de poesía. Pasé sus hojas, y me encandiló, así que pagué los siete euros y un café en la cafetería más cercana para devorarlo. Y me ha encantado, sobre todo el soneto final. Sin desmerecer el resto. Espero encontrarme el próximo que editarás en Pre-Textos, aunque si quieres darme un avance te puedo dejar mi correo electrónico. No me importaría... tú dirás. Recibe un saludo fraternal. Pasaré por aquí algún otro día. Es un blog muy hospitalario. Salud, y poesía.

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  8. yo una vez hice un memo en vez de un meme ... xD je ..

    saludos

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