Ahora que llega Diciembre y el Corte Inglés se apresura a forrar sus pasillos de alfombra roja, se levantan las voces de quienes aborrecen la Navidad. Tienen todo el derecho. Hablan de hipocresía, de consumismo. Yo no reniego del consumismo, precisamente porque no soy hipócrita. Si me entusiasma regalar y que me regalen, ¿para qué entonar lamentos jeremíacos? Y comprar, con moderación, pues también.
Por lo que no paso es por el momento fúnebre de quienes dicen: "cuando se ha perdido a alguien ya no es lo mismo..." Es como si sólo ellos hubieran sufrido ese tipo de pérdidas. A mí se me murieron de niña mi abuelo y mi bisabuelo, pero la infancia suele borrar esas heridas. Recuerdo a mis tías llorando. De mis dos abuelos recuerdo que eran perfectos caballeros. Mi abuelo se convertía en niño durante el mes de Diciembre, porque le volvían loco los niños y la Navidad. A mi bisabuelo le entusiasmaban los Álvarez Quintero y los musicales de Fred Astaire, como a mí.
Lo que sí ha sido una pérdida en toda regla, y duele, es lo de mi bisabuela. Murió hace dos años, tenía cien. Era dulce y firme, tenaz y muy lista. Le gustaba la política y la Bolsa. Le gustaba Rajoy y no le gustaba Arzallus. Se santiguaba antes de encender la tele, pero no dejaba de ver el telediario. Ni de leer el ABC, "doña María, que no es la Biblia", solía decirle el cura. Le gustaba rezar. Era ecléctica rezando. Fue de las Marías de los Sagrarios y de las Conferencias de San Vicente, y asistió a los círculos que imparte el Opus Dei. Todo le servía...
Le gustaba hablar conmigo. Se le encendían los ojos. Y a mí. Y también me decía aquello de "qué bien que siendo tan jovencita vayas a Misa todos los días, qué alegría me das" Y al oírlo, si llevaba yo digamos un tiempo despistada, decidía espabilarme. Sólo por verla sonreír.
Supongo que seguirás hablando con tu bisabuela. No sé si en el cielo estará suscrita al abc, pero al menos leerá tu blog.
ResponderEliminarPreciosa entrada.
ResponderEliminarLa verdad es que la Navidad tiene un toque nostálgico por los que nos están. Será que nos hace mirar más allá.
A mi me gusta. Quizás porque es intemporal y se puede revivir todo el cariño en un momento (menuda cursilada me ha salido).
Me gustan los regalos. Lo que me da pena es que "ahogen" la Navidad en su espíritu más profundo. Son importantes pero son accesorios.
Pienso que se puede vivir la Navidad sin regalos. Puede ser. Pero no sin Dios. Eso no es Navidad. Eso son las fiesta de Invierno o las del Corte Inglés.
El Corte Inglés me gusta. No lo puedo negar. La primera felicitación que llega a casa todos los años es la de Isidoro Álvarez (circular, por supuesto), pero siempre con el nacimiento. No es para menos, sino hubiera nacido el niño no habría Navidad y no habría tantas ventas... Ya lo dice el refrán "es de bien nacidos, ser agrdecidos".
Uy!. Me extendí demasíado. Ya lo siento...
El próximo lunes iré a la UNAV. Ya no estás, ¿no?.
Pasaba a saludar.
ResponderEliminarUn abrazo
Don Enrique, Gracias. Benita, no es ninguna cursilada la frase, me encanta, ¡me la apunto! Estoy en Sevilla. Me voy el viernes 30 hasta el 9 de diciembre a Logroño, con la family, y pasaré por Pampaluna. A ver si voy a Santander o tú vienes a Logroño... ¡a ver si nos conocemos!
ResponderEliminarSentido el texto. Se nota. Es lo que hay que hacer, porque sentir es una obligación de la vida. Pero lo más hermoso de todo es ese final: “sólo por verla sonreír”. ¡Ni más ni menos!
ResponderEliminarHermosa entrada.
ResponderEliminarCuando voy los domingos a misa infantil con mis dos hijas, les digo que estamos en una centralita de la telefónica, que desde allí podemos intentar comunicarnos con Jesús y con los que se han ido.
Mis hijas se lo creen porque son pequeñas.
Y yo me lo creo porque soy mayor.
¡Enhorabuena por la entrega y por la entrada!
Qué maja tu bisabuela. Ha de estar contenta contigo. Lo único que me extraña es que no se pasase a La razón. Seguro que le gustaba (y le gusta) Mingote!!
ResponderEliminarYo no aborrezco la Navidad, sino tantísimo preludio que nada tiene que ver con la fiesta. Pero he logrado ver todo el jaleo con cierta indiferencia, como si no fuera conmigo. Me encantan los belenes y la noche de Reyes me sigue pareciendo mágica. Pero sí que me da todo un poco de penita, una penita que no es mala ni fea: saudade, morriña, magua...
ResponderEliminarPor supuesto, si bienes a Santander no dejes de "comentar".
ResponderEliminarA ver si nos vemos!!!. Si fuera a Logroño claro que te aviso!!!
Mañana voya Pamplona,Si repito en Diciembre, te aviso por si coincidimos.
Un fuerte abrazo
La expresión "cargar las pilas" nunca me ha gustado. Pero ese "Sólo por verla sonreir" es enorme. Un beso.
ResponderEliminarvale, Beades, he quitado lo de cargar las pilas y he puesto espabilarme. A mí en realidad no me gustan ninguna de las dos expresiones, pèro de algún modo lo tengo que decir.
ResponderEliminarA mi megusta mucho la Navidad , los regalos y todo el follon que se monta en las casa lo que no soporto es que nos vendan la Navidad en el mes de noviembre
ResponderEliminarMe gusta tu manera de hablar de las cosas cotidianas. Yo intento expresarme con imágenes y tus palabras parecen dibujar muchas de las fotos que en mi cabeza almaceno. Un saludo y feliz navidad.
ResponderEliminarPD: He llegado a tu blog buscando información de un familiar lejano que escribe una poesía bellísima "Nuestro nombre en las piedras"