Estoy de luna de miel con Calderón de la Barca. Aquel retrato severo, como de siglo diecisiete, lo tiré a la papelera y ahora me lo imagino con treinta años, caminando por la corte en el comienzo de su auge y privanza, en pleno rapto poético y a punto de vivir unos amores de novela de intriga, que le dejarán un hijo bastardo y una tardía vocación sacerdotal... Ya dijo Denis Rafter que con Calderón, arañas el texto y te salen personajes reales.
Pensaba yo en todo eso ayer tarde, tras salir de H&M con mi madre, llevábamos una bolsa con vestido babydoll rojo y unos zapatos rojos altísimos ¡para mí! El rojo ha entrado en mi vida como una llamarada, y ahora Calderón se ríe de esa niña que abobinaba de los tacones y del color más alegre de la primavera.
Mi verdadero idilio con el rojo ha venido, cómo no, de la mano del maquillaje. Ya estaba yo tardando en esto de comprar una barra de labios roja como manda la esquiva y fugaz moda, con un matiz frío como dicen los expertos que le sienta bien a mi piel blanca. Hace unos días me hice con un rouge intenso, tirando a fresa, que es una preciosidad. Mi madre no opina lo mismo, pero cuando lo llevo puesto con una camisa roja que me compró ella, de corte imperio y mangas farol, me siento poderosa. No puedo dejar de sonreír, subida a mis altos tacones y pensando en un nuevo capítulo de mi historia secreta con Calderón.
Ay el rojo... A mí también me gusta. ¿La barra no será de Mac? ¿No será Mac red?
ResponderEliminarBueno bueno bueno... ¿cómo lo sabes? Sí esa es. A mí lo de los tonos fríos me dejaba fría, siempre me voy a los tonos naranja como sabéis, lo más parecido al rojo que tenía era una barra de Revlon preciosa que se llamaba copper frost, roja cobriza... Pero me decidí por Mac red y para una ocasión especial, no penséis que me la pongo todos los días... Para todos los días tengo la de Revlon y la que puse en este mes toca, kisskiss de Guerlain en tono melocotón...
ResponderEliminarAaaaght, no conozco la que dices de Revlon! Pero mi rojo preferido, a demás de la de mac, es un kisskiss de Guerlain que se llama exces de rouge, es precioooso. Odio las barras de Clinique, Astor, Pinaud, Bourjois. En cambio me encantan Mac, Guerlain, Giorgio Armani, y en plan barato Deborah.
ResponderEliminarhay pocas cosas mas femeninas que una mujer femenina.
ResponderEliminarQué delicia veros, y que lejos del bronco, rudo, áspero mundo masculino.
Cómo os envidio.
Me voy a escupir un poco, por ser muy macho, digo.
Alguien me dijo que de las pocas cosas que el hombre se permitía de feminidad es la corbata, explosión de colores, algunas veces suaves, otras excesivo.
Si lo pensais, poco mas, sin que te digan quillo qué te pasa que te estás amariconando.
Cómo os envidio, repito. Me voy a un bar de marineros a romper un par de mandíbulas.
A mí tampoco me gustan las barras de Clinique, y me ha costao mucho darme cuenta porque eran un mito para mí, a mis trece años las usaban mis primas y me parecían el colmo del chic. Pero son duras, por más que digan no hidratan y los colores son planos y demasiado fuertes. Astor y Pinaud, normalitas. Con Bourjois tengo un trauma porque retiraron el melocotón jugoso, era mi barra preferida, un poco seca pero de un color maravilloso, y olía mmm a pomelo o fruta de verano. La que más se le parece es la de Guerlain. A mí me gusta esta y las de Mac y Revlon, y una de loreal doradita y una de Maybelline que se va en un suspiro pero hidrata y es color melocotón claro...
ResponderEliminarYa ves, Toi, que el universo femenino es inmenso, ay... Muchas gracias por hacerme reír con tus comments.
Para eso está la afición a vestirse de Drac Queen, que a los fotógrafos fornidos con barba les resultaría muy relajante y liberadora. Si es que no la han descubierto ya...
ResponderEliminarNo hay manera de disfrazarme ante una corazón ambarino que conoce todos mis disfraces, todas mi pelucas, mis bigotes de pega, mis capas, mis tristes sonrisas falsas de domingo. Todas mis mefistofélicas capas con las que taparme la faz....con esos ojitos de rayos x siempre sabe quién soy, rayos y centellas, incluso cáspita y caracoles.
ResponderEliminarY sí, Jesús, cariño, corasssón de melón, segunda quedé en el concurso de drac-cuín-te-da-cuín del carnaval de tenerife. Pero es que no soy capaz de renunciar a la barba, que es lo que le dijo Napoleón a Josefina la noche de bodas.
"Estoy de luna de miel con Calderón de la Barca" No me extraña, Rocío. Calderón y la felicidad de las buenas compras son algunas de aquellas pequeñas cosas que cantaba Serrat.
ResponderEliminarMañana, gran espectáculo de la Señorita Arana y el Señor Beades en el Ateneo, "no se lo podéis perder, shiquillos".
Con el anuncio de Pablo acerca del mano a mano en el Ateneo, ahora me toca a mí morirme de envidia. Qué vaya fenomenal ¡y que lo cuentes!
ResponderEliminar¡Y yo!, que me los pierdo todos por ser en lunes...
ResponderEliminarRo, ¡cómo estoy gozando con Lepanto! Gracias por el regalazo. Y cada vez que me acuerdo del "p pollo de los h", me parto.He tenido ocasión de invocarlo varias veces este fin de semana... (Perdón por la digresión en clave).
me pierdo con tanto nombre y tanta marca, para mí son todas iguales pero supongo que eso pasa cuando no las usas, es como lo que me solía pasar con la fanta de naranja y el kas, no los distinguía cuando apenas los tomaba y ahora¡cómo odio cuando me ponen kas si pido fanta, no tienen ná que vé!
ResponderEliminary por cierto...me encanta el rojo, no entiendo cómo pudo no gustarte, las mujeres de rojo parecen amapolas y favorece tanto a rubias como a morenas, que no?