Y ahora hablaré de este loco fin de semana, comenzando por el desolado viaje en tren. El tren con su tierno traquetreo. Pero aquello, ¿era una máquina de café o una máquina del tiempo, de bostezos, de cansancio? A mi lado unos juerguistas jugaban a la play con sonoras carcajadas y voces en off, y yo sólo quería llegar, llegar, llegar.
Temo que voy a defraudar al público, pero ni he visto el mar ni he oído a Drexler. Durante estos días viví en, por y para el teatro. Y ha habido teatro de todos los colores, además de saludos, conferencias, guijarros blancos. El marco, me perdonarán los almerienses, no era tan incomparable como el de las jornadas de Almagro. Todo estaba más lejos y más tarde, todo un poco disperso.
Pero llega el primer día, y tras las palabras de rigor de organizadores, delegados culturales etcétera, esperamos como niños buenos el primer discursito del primer académico. Nada. En vez de esto, sube al estrado el director de las jornadas y nos pide que nos imaginemos inmersos en un pueblo profundo de preguerra española, en un día de fiesta. También pide que los hombres se quiten la corbata. Expectación. Mientras tanto alguien reparte paquetes entre el público, y al abrirlos, un extraño presente: boina para ellos, pañoleta bordada para nosotras. En la calle nos esperaba una banda, como de organillo, tocando pasodobles. Había un camión de época y una muchacha regalando claveles rojos. Nos pusimos a bailar pasodobles, sólo se veía una maraña de boinas y pañoletas, y los viandantes alucinaban.
Luego nos metimos otra vez en el salón de actos de unicaja, obra socio cultural, y nos representaron la última escena del caballero de Olmedo, preciosa, lúgubre, mágica. Entonces supe que todo esto era un homenaje a Federico García Lorca, que había extendido el amor al teatro clásico por toda la España rural y republicana.
Elogio de la literatura.-
ResponderEliminarQué bien que estoy aquí, leyéndolo, y no con una boina bailando un pasodoble a la solana almeriense.
Pues te habrías divertido, Máiquez.
ResponderEliminarA mí me gusta bastante Lorca, sobre todo cuando dice ay petenera ayayay...
ResponderEliminarEstaba claro que había gato encerrado...
ResponderEliminarA mí me gustan los gatos, Buko. Y lo siento, pero no me gusta Lorca. Si hay alguién más que levante la mano porfa, para no sentirme taaaan rara...
ResponderEliminarA mí me gusta Lorca en la Casa de Bernarda Alba y Yerman, y el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, sin embargo, no me gusta el Lorca de los poemas gallegos, el del Romancero Gitano, no me gusta el Lorca de Poeta en Nueva York, no me gustan sus Canciones... De Bodas de Sangre no hablo, tampoco de las otras obras de teatro porque no las conozco.
ResponderEliminarPero lo importante es el Caballero de Olmedo, me encanta, además me sirvió para hacer un bonito haiku. Ojalá hubiera podido verla.
También me encanta una escritora que se llama Rocío Arana y que tiene una obra de teatro secreta... si alguien se atreviese a representarla...
La única obra de teatro que escribió y estrenó Chesterton se llamaba Magia. (Dicho sea de paso, y como quien no quiere la cosa).
ResponderEliminarBueno, a mi me gusta el Lorca dramaturgo, es más, creo que eso era lo suyo, y también me gusta el Lorca de Poeta en Nueva York ( discrepo con Pablo) sobre todo la Oda a Walt Whitman que me parece fantástica y muy acorde con lo que se estaba "descubriendo" en la época. No me gusta el Lorca popular y "gitano", ni eso de la profesionalidad andaluza, porque andaluz se nace, es decir, andaluz es el que nace en Andalucia independientemente de lo que se asocia con Andalucia, es decir, la copla, la fiesta, la jarana, el señorito andaluz... en ese sentido estoy más cerca de los Machado, sobre todo de Manuel, gran poeta, o Aleixandre, mejor aún.
ResponderEliminarEn cuanto a Lope, eso si que es un dramaturgo, que envidia Ro, de estar rodeada de todo ese teatro del siglo de oro, que ya se sabe: "Que de noche lo mataron... ".
Otra cosa, si me gustan los disfraces ( eso de ser otro) y eso de los claveles, la pañoleta y el pasodoble tuvo que ser muy divertido, retroceder en el tiempo, mu´chulo.
No conozco la obra de Lorca "Yerman", que me suena al hombre yema, o algo así.
ResponderEliminarBartolo ¿tú no te equivocas nunca o que pasa contigo?
ResponderEliminarBuenas!! Confieso que llevo muchos meses leyendo tu blog, pero ha sido esta entrada la que me ha empujado a escribir el primer comentario.. y es que le tierra tira y mucho!
ResponderEliminarFelicidades por tus entradas Rocío, me parecen en su mayoría geniales, frescas y muy interesantes.
Saludos de una almeriense exiliada en Málaga!!
PD: ¡Qué penaaa!.. ¿te fuiste sin ver el mar? imperdonable, estás obligada a volver sólo por eso..ja,ja,ja!!
Hola, Rocío
ResponderEliminarA mí también me gusta Lorca (no el secuestro institucional al que está sometido) y el teatro del siglo de oro ¿Escribiste tu obra en verso?
Saludos.