miércoles, diciembre 20, 2006

Calentamiento




1. POLÍTICA. ¿Por qué la izquierda está tan preocupada con los futuros cataclismos mundiales, y la derecha se lo toma con escepticismo y un punto de pitorreo?
2. LIBERTAD CLIMÁTICA. Hay algunos, dentro de este segundo grupo, que incluso se declaran a favor del supuesto calentamiento.
3. SABIDURÍA. "El frío es mu malo", comenta uno de los osados liberales, entre mazapán y copa de licor: "el frío conduce a la guerra". (Y al divorcio, y a los calcetines húmedos, y a los tomates que no saben a nada.)

11 comentarios:

  1. Lo del calentamiento terrestre a medias es un camelo de los comunistas-sandía (verde por fuera, rojo por dentro) para mejor entretener el tiempo hasta que llegue la Nada (puesto que el Paraíso Socialista, en lontananza, ha muerto).

    Pero a medias

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  2. Anónimo10:28 p. m.

    Vaya, de acuerdo a tu primera pregunta confirmo que en estos temas voy con la izquierda. En estos temas he dicho, quede claro. Aunque la culpa del calentamiento (del global y del político) la tienen (tenemos) en ambos lados, la conservación de la naturaleza me parece un asunto muy serio que no debe tomarse a pitorreo. Muy serio y sagrado: «Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera» (Gn 1, 31).

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  3. Anónimo11:57 p. m.

    Yo aquí también opino como Carlos, lo del calentamiento global me lo creo vaya, y si no nada más hay que mirar las temperaturas que ha hecho este mismo diciembre o noviembre y compararlo con las de hace 30 años. Desgraciadamente, y mal que me pese, esta vez llevan razón. Pero vamos, eso no los defiende de que sigan sin hacer nada... no pasan de las palabras... como de costumbre.

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  4. Por conservador, conservacionista. Tampoco en esto, pobres, los progres pueden darnos lección alguna. La nueva sensibilidad hacia la naturaleza la inaugura el Vizconde de Chateaubriand. Y el viejo y mejor amor a la creación, como nos recuerda el indispensable CRM, está en el Génesis. Todo lo cual no obsta para no caer en el alarmismo de las posturistas y la histeria. Hay que tener a medias sentido común, como Beades. Digo yo, vamos.
    Y leer a Calderón.

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  5. Anónimo10:51 a. m.

    Bueno, yo no digo que me tome a pitorreo la naturaleza, pero me fastidia el tono tremendista. Alguien me dijo que los pedos de vaca contaminan más que el tubo de los coches. No se trata de estropear la naturaleza, que Dios me libre, sino de poner las cosas en su lugar, como hace EGM.

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  6. Anónimo10:54 a. m.

    Investiga en lo de los pedos de vaca, por favor. Me parece fascinante.

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  7. A mí lo que me fascina desde pequeño son las vacas, incluidos, claro, sus "defectos". La diferencia entre sus pedos y nuestros humos es que ellas no piensan, y rumian con toda naturalidad. Pero a nosotros, supuestamente, se nos ha dado inteligencia y voluntad. En el fondo comparto con Rocío el rechazo al tremendismo, que desfigura incluso las más nobles causas. Pero es que hay veces que hay que ponerse tremendo. Hasta mis tías han aceptado que la Revolución Francesa "tenía que pasar, porque lo de antes no estaba bien..."

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  8. Anónimo1:21 p. m.

    Sí, claro, tenía que pasar, pero no en el modo en que pasó. ¿Tenían que rodar tantas cabezas? Lo malo de las revoluciones (y esto es una opinión de andar por casa) es que se mezclan churras con merinas. Los revolucionarios franceses y rusos tenían razón... pero no en todo, y menos en los medios empleados, ¿no?
    Y a mí también me gustan las vacas. Hablaré de ellas.

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  9. Por supuesto, Llir. Yo fui de los que cambiaron el ahora olvidado «No a la guerra» por un (desgraciadamente) siempre actual «No a las guerras». También hablaré de las vacas, pronto.

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  10. Anónimo6:16 a. m.

    Te felicito, Rocio, por hablar de este tema tan preocupante. El cambio climático no es ninguna broma, sólo hay que mirar como cada vez hay menos nieve en las estaciones de invierno (por poner un simple y cercano ejemplo). Es un poco tonto, en mi opinión, vincular el cambio climático a la izquierda. No creo que cuidar nuestro planeta sea de una ideología determinada, es cuestión de ética, estrictamente. Ni de fe en Dios, ni de sindicalismo. En ese sentido, me siento muy lejos de las posturas de García-Maíquez, y de Beades.
    Saludos, Fernando Rubio.

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