Se ha habilitado la moderación de comentarios en este blogg. Y la verdad es que lo siento, porque da una imagen de poca libertad y de suma pena, pero así están las cosas: prefiero vivir los pequeños disgustos cotidianos en privado, reservarme el derecho a escoger los graffitti que adornen las paredes de esta casa. Todos podréis entrar en ella como siempre, ya sabéis, "di amigo y entra".
Yo también lo he tenido que hacer. De todos modos, la moderación aún no es la opción "no se permiten comentarios" que algunos, y yo respeto y comprendo su decisión, han adoptado. Hay que ser buenos, pero no ingenuos.
ResponderEliminarPor lo que voy leyendo de tus últimas entradas, vas camino de tener pronto un excelente libro de prosa poética.
Te comprendo y lo agradezco...
ResponderEliminarPara olvidar a los que escriben de más, escríbenos más. Ánimo.
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