Tostadas, castillos verdes y juego de naipes con el cielo: éso es Pampaluna. Mitad adivinanza y mitad pesquisa: éso es la anotación de una comedia barroca en esta biblioteca blanca. Los ventanales te muestran la vida afuera: los libros se meten dentro de tu vida.
Transmites felicidad, o plenitud. Creo (tal vez me equivoco) que le debes a Sevilla una mirada benévola como la que regalas a Pampaluna. Y textos como éste. Tengo ganas de leerlos. Saludos a Calderón, ¿cómo lo llevas?
ResponderEliminar¡Qué bonito proema!
ResponderEliminarMe has dejado algo descolocado...
ResponderEliminarY auzolan liburudenda. Y los peques y los abuelos y los pelotaris en la Vuelta del Castillo. Y un eslálom de claros con gas, y los adoquines ¿Aún hay alguien que recuerde los adoquines? El olor de los adoquines, el olor de las piedras recién mojadas por la lluvia. El olor de césped mojado recién cortado. Hay tantas...
ResponderEliminarno se si a sevilla o esa mochila ya la llevaba a la espalda
ResponderEliminarpero sabe hacernos mirar la realidad a través de sus ojos ambarinos, y lo que nos hace ver es siempre mas cercano a los nubes que al barro, mas azul que pardo, mas sonriente que grave, mas lúcido que mediocre, mas original que repetido, siempre.
Añoro Pamplona!
ResponderEliminarY en medio tú, como una bisagra o como una válvula que nos da acceso a tanta riqueza exterior e interior.
ResponderEliminarAyyyy que se lo cargan
ResponderEliminarq tal la tesis ????
ResponderEliminaryo, empezando....
¡Qué bonito Rocío, qué bonito!
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