viernes, junio 30, 2006

Más sobre estaciones

Los colores del otoño son el ocre, el castaño y el oro pálido. Una gama de tonalidades, miel, tierra y fuego, que tiñe la ropa de mi madre. También en otoño vencen los colores de los frutos rojos, desde el fresa al vino o al arándano. Una vez escribí un aborto de novela que se llamaba el bosque de las bayas rojas. No recuerdo el argumento, pero el bosque lo recuerdo muy bien: encendido y mate a la vez, con manto de hojas, familias al completo los domingos y un gran lago con patos, o sea, un bosque alemán.
El invierno es un gran tablero de ajedrez en negro y blanco, y el que se sale de estos dos colores, pierde. Pero, como dijo d´Ors, "debajo de la nevada/ está naciendo el verano", y en primavera no sólo revientan las flores sino también la moda. Llega el verde: desde el verde limón al verde agua. Hay un punto en que el verde ya es azul, ése es mi color favorito.
El verano guarda también para mí un matiz mágico. Hace un par de años empezaron a llamarlo en las revistas color vitamina, y me pareció bien. Está entre el ámbar y el zumo de naranja, tiene burbujas doradas que bailan dentro y es ácido, da energía. Te lleva de la mano a las terrazas de agosto, a los paseos con lazos los domingos, a las placitas de barrio conversando con Merl. Te lleva a tus siete años y a tus veintisiete, a un concierto de Van Morrison, a Lord Scutum con ojos de mar abierto y a Fernando do Vale diciéndote que el ámbar es el signo del tiempo detenido.

6 comentarios:

  1. Anónimo11:01 a. m.

    y yo añadiría, para el invierno, unos versos tuyos: "que hay extraños jardines/debajo de la nieve." Preciosa entrada, Ro.

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  2. Hay que ver lo que te dan de sí las estaciones. Muy bonito.

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  3. La prosa es impecable. Métela, sin dudas, en la carpeta de tu próximo libro.

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  4. Bravo por esta sinestésica y plástica prosa, Llir!

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  5. Anónimo11:11 a. m.

    Gracias por las flores y seguiremos adelante

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  6. Anónimo12:29 p. m.

    Gracias por tu impresionista prosa,venerada Gis...Tengo que contarte muchas anécdotas de mi último fin de semana en el Madrid de los Austrias,espero verte muy pronto,a ver si podemos irnos al mar...Un abrazo

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